Capitulo 3

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Paro pero no apago el jeep, estaba frente a un gran portón de metal. Observó al guardia que estaba a un costado, saco su permiso de guardaespaldas y se lo mostró. El hombre asintió con la cabeza y presionó un botón que abrió el portón lentamente. Avanzó con el vehículo hacia un supuesto estacionamiento en donde había varios coches más.
Bajo del jeep solo con su mochila de siempre, ahí dentro tenía el expediente y algunas cosas personales. El arma ya estaba posicionada en su cintura y oculta con su chaqueta de cuero negra.
Golpeó la gigante puerta de madera, no era una casa, era una mansión que no le sorprendía para nada.
Varios minutos pasaron hasta que la atendieron.
-¿Tu eres la chica? Pasa, eres guapa.- Makena levanto una ceja y lo observó seria. Se adentró a la casa y busco con la mirada a Richard, él sería quien le explicase todo.- te esperan arriba, ante última puerta a la derecha, no golpees, simplemente entra. Ya sabe que estás aquí.- La chica acomodó las correas de la mochila sobre sus hombros nuevamente y subió la escalera decidida. Era demasiado raro que tengan un despacho en el segundo piso, pero sobre gustos no podía decir nada.
Había 7 puertas arriba, se guió por lo que el chico de la entrada había dicho y busco la ante ultima puerta. Contó y camino hasta encontrarla. Puso la mano sobre el picaporte y suspiro, conocería al gran idiota al que tendría que cuidar.
Entro de repente y sin cuidado, se suponía que ya la esperaban ahí. Se encontró con Axel, lo observó y luego se dio vuelta bruscamente para mirar a la pared.
-¿Pero quien cojones eres tú y qué haces en mi habitación? ¡Seguridad! ¡Seguridad!- gritó el rubio desaforadamente, estaba desnudo. Makena busco nerviosa su identificación en el bolsillo de la chaqueta.- ¡tiene un arma! ¡Seguridad!- de repente dos grandes hombres entraron a la habitación y acorralaron a la chica.
-Tranquilos, ha sido todo un mal entendido.- levanto las manos para indicar que no estaba armada, aunque era mentira. Llevaba su arma en la cintura pero no para utilizarla en esa situación.
-Pon tus manos sobre la cabeza y voltéate.- dijo el chico que la atendió en la puerta acercándose a ella.
-No es necesario todo esto, puedo explicarlo.- metió lentamente una de sus manos en el bolsillo interno de la chaqueta. Al ver ese acto, todos los presentes pensaron que sacaría un arma. El chico de la puerta se abalanzó sobre ella y entonces a Makena no le quedó otra que actuar. Era autodefensa.
El chico quiso reducirla pero ella fue más rápida y lo esquivo.- No quiero golpearte, déjame explicarme- el chico nuevamente se abalanzó hacia ella, esta vez tomándole una muñeca con fuerza. Makena se zafó, logró acercarse y hacerle una llave, lo redujo.- ¿puedo, por mis santos cojones, explicar que es lo que mierda sucede aquí?- torció más el brazo del chico, éste estaba a punto de gritar cuando Richard entró a la habitación.
-¡Makena! Suéltalo...
-Es pura autodefensa...- soltó despacio al chico.
-Cabrona- dijo rabioso el mismo y se abalanzó sobre ella nuevamente, Makena rodó los ojos y le tiro un puñetazo pegándole justo en la nariz. El chico soltó un gemido de dolor y se tomó la nariz con las manos.
-Ya basta Ethan, es colega.- dijo Richard.
-¿Alguien puede explicarme qué es lo que sucede?- intervino Axel.
-Luego de que te vistas, te esperamos en el despacho. Vamos Makena.- le indicó a la chica la salida y ella sin más camino rápidamente.
Bajo las escaleras con Richard y los demás guardias detrás. Dobló a la izquierda luego de bajar y camino aún más rápido hacia algún lugar.
-No es por ahí...- dijo Richard doblando a la derecha. Los otros dos chicos sonrieron y siguieron a su jefe. Makena los miro mal y luego los siguió. Entraron a un gran despacho, era casi todo de madera y tenía varias estanterías llenas de libros. Había un gran ventanal en donde se podía ver todo el patio delantero de la casa.- siéntate, te pondré al corriente.- ella dejó la mochila a un lado y se sentó en uno de los sillones de cuero que había en el lugar, el hombre también lo hizo y los otros dos quedaron parados a un lado.- ¿que ha pasado arriba?
-Pues que te lo explique el chico, él me ha enviado ahí.- cruzó sus brazos y levanto una ceja. El chico se rasco la nunca nervioso. Se había limpiado la sangre que salía de la nariz con un pañuelo pero aún le quedaban rastros de sangre en el rostro.
-Me he equivocado de chica, pensé que era la que venía a... ya sabes...
-¿A que?- preguntó Makena
-Pues... a follar con Axel...- dijo sin más. Ella abrió los ojos de par en par sin poder creer lo que su nuevo compañero decía.
-No quiero que se vuelvan a repetir estas situaciones- habló autoritario Richard- ella es Makena Robins, su nueva compañera. Ellos son Ethan y Manuel, los guardias personales de Axel Lowell. Bienvenida al equipo.- estiró la mano para saludarla y ella se la apretó.
-Un gusto volver a trabajar contigo.-sonrió la chica.
-¿Se conocen?- preguntó Manuel, él era el más callado de todos, podía notarlo por su comportamiento.
-Trabajamos juntos hace unos años atrás. Una gran época.- el hombre sonrío y Makena también.
-¿Se puede saber que cojones hacia esa chica en mi habitación?- entro Axel de repente. Cuando vio a la chica hizo una mueca- ¿sigues aquí? ¿No tienes casa o que? - ella lo ignoro olímpicamente.
-Axel, compórtate como una persona madura.- el chico rodó los ojos- ella es Makena Robins, a partir de hoy formará parte de nuestro cuerpo de guardias. Makena, el es..
-Axel Lowell..-interrumpió- tengo su expediente.
-¿Una chica? ¿Es enserio Richard? ¿Como se supone que esa pequeña me protegerá? -reclamo el joven.
-Ella está entrenada, fue una de las mejores de su generación en la academia de guardaespaldas. Ha trabajado conmigo y se cómo actúa. Compórtate.
-¿Comportarme? ¡Ahora temeré aún más por mi vida!- los otros dos jóvenes sonrieron pero trataron de disimular.
-Escúchame bien grandísimo idiota.-se paró de su lugar y se acercó a él- cuidaré de tu culo solo por un año, después de eso me largo. No tengo intensiones de seguir trabajando con un estupido como tú.- lo iba a golpear pero se arrepintió.
-Ya basta, contrólense.- habló Richard- ustedes dos acompañen a Mak a su cuarto, tú- señaló a Axel- te quedas aquí, tengo que hablar contigo. Muévanse.- los tres guardias se retiraron del despacho, antes de salir la chica le dirigió una mirada amenazante al rubio.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora