Capitulo 16

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P.O.V Axel
Algo de ella estaba llamándome la atención, y la verdad no sé que era.
Pude ver de cerca las perfectas facciones de su rostro, pude tocar su piel, suave. No creo que sea una chica de ponerse mascarillas ni nada de eso, por lo que me sorprendió la suavidad de su piel.
El tacto se había vuelto algo adictivo y necesitaba acariciarle el rostro nuevamente.
La tenía delante de mi, ella estaba atenta a lo que preguntaba, la verdad es que ya no sabía de que hablar.
-¿Hace mucho eres guardaespaldas?- pregunte. Ella se enderezó.
-Me recibí a los dieciocho.- respondió.
-¿Tu familia está de acuerdo con tu trabajo? Digo, pones tu vida en peligro.- pude ver cómo sus ojos se oscurecieron y su respiración se volvió más pesada.
-¿tu que piensas?- respondió con una pregunta. Alcé mis hombros y luego los baje.
-Si tuviera una hija o hermana que estuviera haciendo ese trabajo pues no la dejaría, es muy peligroso.- respondí con la verdad.
-Pues ellos me han dejado y ya.- habló algo nerviosa. Fruncí mi ceño.- la policía ya debe de haber venido, les hablaré a los chicos.- cambio de tema, me tire hacia atrás y apoye mi espalda sobre el respaldo de la silla, luego, cruce mis brazos sobre mi pecho y le observe mientras encendía su auricular.- ¿han llegado?- pregunto y espero respuesta.- está bien, en un momento voy.- se quitó el auricular y me observó- quédate aquí, cierra la puerta y no abras hasta que yo no vuelva.- asentí con mi cabeza. Salió pitando de la pequeña habitación, vi su cuerpo moverse mientras mantenía mi ceño fruncido.
Cerró la puerta y me levante de mi lugar para ponerle la tranca. Cuando moví mi mano para finalmente estar seguro tocaron la misma.
-¿Quién? -pregunté a través de la madera.
-Soy Ruth, ¿me dejas pasar?- sonreí, Ruth, alta, rubia, buen culo, buenas tetas. Abrí la puerta torpemente y le deje pasar con una gran sonrisa en mi rostro.
-¿Como estas, nena?- pregunte, ella se sentó en una de las sillas y cruzó sus largas y brillantes piernas, logrando mostrar el inicio de sus glúteos de lo corta que era su falda. Camine hacia ella y me senté en frente, ya no era lo mismo que con Makena, podía sentir que esa mujer emanaba deseo sexual por todos sus poros.
-Bien ¿y tú? he visto lo que ha hecho ese hombre, definitivamente esta loco. - sus ojos me observaban con deseo, sabía lo que quería, ella era como casi todas las mujeres que me rodeaban.
-Si, la verdad es que no me lo vi venir.- le dedique una sonrisa de lado.
-Que valiente has sido.- se acomodó un poco la falda.- oye..-suspiro, sabía lo que venía luego.- ¿quieres ir a tomar un café?- levante una ceja y lo pensé. No debería de hacer esto, pero que más daba.
-Está bien, ¿que te parece si vamos ahora?- ella sonrió abiertamente.
-Me parece bien, vamos.- se levanto, acomodo su vestimenta, yo me fijé si tenía mi billetera a mano y luego de levantarme, abrí la puerta. La chica pasó coqueta por delante de mí y le seguí.

P.O.V Makena
-Bien, tus papeles están todos en orden, has actuado como deberías por lo tanto no te llevaremos a la comisaría.- asentí con mi cabeza, el gilipollas del policía que tenía parado frente a mi quería llevarme a toda costa. Agradecí que mi carnet de guardaespaldas me respaldara en todo lo que hacía.- necesito que firmes aquí y todo estará correctamente tramitado.- tome el bolígrafo e hice el garabato que tenía como firma. Ethan y Manuel estaban tras de mí, ellos respiraban agitadamente, les había costado trabajo subir al idiota a la patrulla.
Vi al vehículo partir con sus sirenas abiertas, había varios chismosos a nuestro alrededor.
-No hay más nada que ver aquí, pueden retirarse.- gritó Ethan. Suspiré fuerte mientras la gente se iba, algunos nos observaban con cara de horror.
-Vamos adentro, he dejado a Axel en el camarín. Quiero largarme de aquí cuanto antes.- camine hacia adentro y los dos hombres me siguieron.
Al llegar toque dos veces la madera blanca de la puerta, nadie respondió entonces fruncí mi ceño.
-Axel, somos nosotros, abre.- pronuncie fuerte. No recibí respuesta por lo que todas mis alertas se activaron.- muévanse.- hable brusco, Ethan y Manuel fruncieron el ceño, ambos llevaron sus manos a sus armas. Patee la puerta dos veces y esta cayó. Entre rápidamente con mi arma en mano, los demás me siguieron y revisamos todo el camarín. No había nadie allí, una corriente eléctrica corrió por mi espalda.
-No hay nadie aquí.- gritó Manuel desde el baño. Mis músculos se tensaron. Había dos opciones, o lo habían secuestrado o se había ido por sus propios medios y rogaba que sea la primera, porque si se había ido juro por Dios que lo golpearía hasta que perdiera el conocimiento.
-Ethan, búscalo por el estudio; Manuel revisa el estacionamiento. No se pudo haber ido tan lejos.- guarde mi arma en mi cintura- iré al control central de seguridad, pediré las cámaras.- salí del camarín prácticamente corriendo. Este chico no nos daba un puto descanso.
Al llegar golpee la puerta, estaban demorando aproximadamente diez minutos en abrir, los últimos diez minutos que me quedaban de paciencia. Encendí mi auricular.
-¿noticias?- hable ansiosa.
-Por aquí nada, esta mierda está desierta.- dijo Manuel refiriéndose al estacionamiento. Apreté mis dientes. La única esperanza que tenía recaía sobre Ethan.
-¿En el estudio?- pregunte.
-Voy recorriendo casi todo pero nadie lo ha visto y yo tampoco.
-Joder.- golpee fuerte la puerta, estos cabrones no me atendían.- sigan buscando.- pronuncie mientras esperaba a que abran la maldita puerta.
-Hola, ¿que necesitas?- preguntó un pequeño hombre de lentes. Rodé mis ojos.
-Quiero ver el registro de las cámaras de seguridad.- hable demandante.
-Me temo que no puedo dártelos, ni siquiera sé quién eres. Necesitas llenar una solicitud, presentarla a la directiva y si ellos te dan el si vuelves y te los doy.- suspiré sin paciencia. Avance, utilice mi propio cuerpo como escudo. Empuje al pequeño hombre y me adentré a la sala que contenía muchas pantallas. Había un chico, de físico aún más grande que el primero, me observó de arriba a abajo con una sonrisa de lado. Alcé una ceja.
-¿Que se te ofrece guapa?
-Necesito que revises las grabaciones de hace media hora atrás.- el frunció su ceño.
-¿Que recibiré a cambio?
-Un puñetazo, de los fuertes.-quite mi carnet de mi chaqueta nuevamente- soy la encargada de seguridad de Axel Lowell, necesito esas grabaciones.- el chico rodó los ojos y se volteó en su sillón para escribir cosas en su computadora.
Las imágenes empezaron a moverse en una pantalla y pude verle, iba saliendo del estudio con ¿una chica? rodé los ojos.
-Parece que el chico no tiene una pizca de ignorante.- habló divertido el chico sentado a mi lado.- de seguro ha ido al café que está en la esquina, la chica es guapa, ha sido una buena elección.- siguió tecleando cosas en su computadora.
-Gracias por la ayuda.- pronuncie y salí pitando de la oficina. Cuando le encuentre le daré su merecido, gilipollas.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora