P.O.V Axel
Ella tenía una cara de desconcertada totalmente y es que era obvio, no se esperaba que yo la siguiera y mucho menos que escuchara lo que dijo.
-Yo... joder... yo solo le he seguido la corriente a Eduard, no es lo qué verdaderamente pienso.- sonreí irónicamente.
-¿En serio dirás esa excusa barata?- me observó como una oveja temerosa ante un lobo hambriento.
-Es en serio Axel, ¿por qué mentiría?
-Porque te sirve, no es bueno tener al jefe en tu contra ¿no? -estaba dejando escapar ese gilipollas que se encontraba dentro de mi, pero es que tengo tanta rabia que no puedo controlarme.
-Sabes muy bien que me importa un bledo que seas el jefe o no.- se estaba estresando, lo sabía.
-No lo sé, puedo pensar que eres una oportunista.- me observó con algo de enojo.
-No soy así.
-Pues yo tampoco soy un niño mimado y sin embargo lo piensas.- ella rodo los ojos.- no ruedes los ojos.- ella suspiró fuertemente.
-No pienso que seas un mimado ¿Okey? No lo pienso.
-Pero lo has dicho.
-Le he seguido la corriente al gilipollas de Eduard...-suspiro de nuevo y apoyo su cuerpo sobre la puerta.- escucha, yo... joder...yo lo siento ¿si? Lo siento.- sabia que le costaba decir esas palabras, pero eso no arreglaba nada.
-Quiero salir de aquí, sal de la puerta.- me observó con los ojos abiertos de par en par.
-No puedes, yo.. te he dicho que lo siento, ¿que más quieres que haga?
-Que me dejes salir
-No puedes- dijo algo decepcionada, sé que esperaba que valore su esfuerzo pero no, osea si, lo hacía dentro de mí pero no sé lo iba a demostrar, estoy muy cabreado ahora mismo.
-¿Porque?
-Por qué hay muchas personas allí afuera y te podrían hacer daño.- pensó por unos segundos- escucha, sigo siendo tu guardaespaldas aunque estés cabreado conmigo y lo entiendo, aún así debes hacerme caso en lo que respecta a tu seguridad por lo tanto te quedas aquí hasta que llame a los chicos.- suspire, tenía razón. Así que me senté en una de las sillas libres y la observe mientras sacaba su móvil del bolsillo de sus jeans. Tecleo algunas cosas y luego se lo llevo al oído.- Richard, necesito a los chicos en el gimnasio donde entrenaba, Axel se ha escapado y ha llegado aquí, hay muchas personas y no puedo con todos.- la escuché decir, volvía la Makena controladora de siempre, esta mujer necesitaba tener todo bajo control para poder vivir en paz, creo que es esa una de las cosas que más me gustan de ella. Corto la llamada y me observó, alce una ceja.
-¿Me he escapado de mi propia casa? ¿Es en serio?
-Te has ido sin aviso, es prácticamente lo mismo.
-No recuerdo haber sido sentenciado a prision.
-Tienes que dar aviso Axel, ya no es tan simple como antes, ahora la gran mayoría de personas en esta ciudad y en muchas otras reconoce tu rostro.
-Lo se pero tampoco es para tanto.- pase una de mis piernas por sobre la otra y cruce mis brazos.- eres muy dramática cuando te lo propones.
-Bueno, pues yo cuido de mí trabajo y me lo tomo en serio. La vida de las personas que cuido son muy importantes.- cruzó sus brazos y apoyo más su cuerpo contra la puerta.
-Me imagino que son importantes, y más cuando tienes que cuidar de un mimado ¿no?
-¿Seguirás con eso? Termina ya.
-Tu no le das importancia pero yo sí.
-Te he dicho que lo sentía
-¿Conoces el ejemplo del plato que rompes, aunque quieras volver a unir sus partes ya no podrás?
-No eres un puto plato Axel y ni siquiera te he roto un hueso.
-Es un ejemplo joder, has roto el concepto que tenía de ti, lo has roto por completo y no creo que vuelva a pensar lo mismo otra vez.- ella me observó algo desconcertada. Camino en mi dirección y torpemente se sentó en una de las sillas frente a mi.
-No puedes cambiar lo que piensas de mí solo por haber escuchado unas palabras sin sentido, ni siquiera las dije queriendo.
-Pues, nadie te ha obligado a decirlas; no he visto que nadie te apuntara a la cabeza con un arma para que digas esas palabras. Lo has dicho porque es lo que en realidad piensas y claro que puedo cambiar mi pensamiento sobre ti por eso. Es más, ya lo he hecho.- me puse a la defensiva y deje salir por completo el cabron gilipollas que habita dentro de mi, quería herirla, quería que se sintiera como yo me estoy sintiendo en estos momentos. Y aprovecharía la atención que me estaba dando ahora.- ¿Sabes lo que pienso de ti?- la observe fijamente- pienso que no eres más que una simple oportunista arrastrada que no ha tenido la atención suficiente en su adolescencia y ahora quieres resaltar utilizándome, utilizando mi dinero. Aún eres aquella pobre huérfana muerta de hambr..-no me dejo terminar, no pude hacerlo, sentí un ardor en mi mejilla y luego líquido caliente bajar por esta. Me había dado un puñetazo, me había dado un puñetazo de los que sabe dar, ha dejado todas sus fuerzas en ello.
-¿Sabes una cosa, Axel? No eres más que un cabron con dinero, vacío de mente y alma- se levanto de su silla bruscamente- renuncio, puedes irte a la mierda con tu fama y tu dinero, no necesito de ti.- veía nada más que furia en su mirada, si tuviese la oportunidad me hubiese disparado, no lo dudo.
Camino rápidamente hacia la puerta y antes de salir de volteo- pensé que eras diferente, ya veo que me equivocaba.- y así como termino prácticamente salió volando de allí. La vi alejarse y entonces supe que me había propasado con mis palabras, mentí, no pienso eso de ella, pero mis deseos de venganza por sus palabras eran más elevados que cualquier cosa y quería lastimarla, quería hacerlo.
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MAKENA. Terminada.
RomanceA Makena Robins le asignaron un nuevo protegido en su agencia de guardaespaldas. Hacia varios meses no se dedicaba a esa actividad, desde su último caso quiso retirarse pero su jefe insistió depositando muchísima confianza en ella nuevamente. Su nu...