Capitulo 75

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POV Makena
¿Alguna vez les han roto el corazón de tal forma que pensaron que jamás, en su vida entera, podrían volver a arreglarlo?
A mi me sucedió y ese momento no se lo deseo a nadie.
Las palabras que salieron de la boca del hombre al cual amaba fueron como dagas, una tras otra en mi pecho. Y la sonrisa de su madre observando toda la situación no ayudaba mucho que digamos.
Axel enloqueció completamente, a tal punto de partir el móvil de su madre contra el piso. Las palabras de esa mujer me quedaron grabadas en mi cerebro y las repetía una y otra vez cada segundo del maldito día.
-Tengo el video guardado para cuando olvides esto, no importa el móvil. Al fin y al cabo, ella es como lo suponía, una oportunista. Y por lo qué todos vimos, bastante zorra.- escupió frente a mi.
Casi pierdo el control de todo, pero no podía. Axel ya había perdido totalmente el control y que yo lo haga ayudaría en nada.
Las palabras de él dolieron más aún.
-No quiero verte más en mi puta vida zorra desgraciada.- su mirada, joder, en su mirada solo había furia, no había ni rastros del amor que yo veía todos los días.
Me echaron de su casa, cuál perro vagabundo. No me dieron oportunidad a nada. Todos los empleados de la casa pudieron ver como me empujaban hacia el portón. Richard, Steven y varias personas de seguridad pudieron ver el gran escándalo. Y es que con los gritos de Axel todo mundo se puso alerta, pero nadie se animó a entrometerse, no con esa mujer allí.
Yo me deje arrastrar, mi cuerpo ya no soportaba tanta humillación. Ahora entendía el por que los guardias de seguridad de la entrada me veían tan extrañados.
Pero nada más me importaba, solo Axel, solo él me importaba.
-Cariño... déjame explicarte.- dije en un fallido intento por hablar con el. Claramente no me hizo caso, solo alimente su ira, que brotó de la peor forma. Estuvo a punto de golpearme, y lo iba a dejar, ya no tenía fuerza para defenderme. Golpeó el portón que estaba detrás de mi. Lo golpeo de tan manera que sus guardias tuvieron que llevarlo adentro de la casa para que no se lastimara.
Cuando crucé el gran portón de hierro, supe que no volvería jamás a este lugar. Pude ver a la madre de Axel sonreír tras el objeto de gran altura y ahí me di cuenta de que su plan le había salido a la perfección. Ella estaba esperando el momento indicado para atacar, solo le faltaba algún motivo y lo encontró en aquel beso con Ethan.
Camine, solo me dedique a caminar por donde sea, lejos de esa maldita casa y de todo lo que contenía dentro. Tenía el corazón partido en mil pedazos, no habían dejado que ni siquiera hablara para defenderme y eso era realmente injusto.
La tristeza y la indignación se adueñaron de mi, estaba en un momento muy lindo de mi vida, un momento que jamás había vivido con nadie. Me sentía única, especial. Y todo eso se fue a la gran mierda en cuestión de minutos.
Seguí caminando sin prestarle atención a nada ni nadie, estaba hundida en mis pensamientos, en la imagen que me había quedado de Axel diciéndome todas esas palabras y más.
Fue cuestión de media hora para que tuviera claros mis pensamientos. Me iría, me iría como tendría que haberlo hecho aquella vez. Pasaba de todos estos putos problemas que se me habían creado y por más que me haya sentido feliz, ya no.
Camine decidida a la casa de Mary, le explicaría todo como en realidad había sido y me marcharía de allí. Ya basta de esto, no encajo en este mundo y jamás lo haré.
Al llegar ella pudo notar la tristeza en mi rostro y enseguida acudió a mi.
-¿Que te sucedió amiga?- dijo con preocupación.
-Acompáñame a mi habitación, te explicaré todo.- dije firme. Por más que mi rostro demuestre tristeza me iba a mantener firme como debí hacerlo siempre.
Luego de contarle todo lo sucedido y de ver su cara de horror, hablamos tranquilamente.
Ella me convenció de quedarme unos días más ya que después de todo, no sabía a donde iba a ir. Tenía mis ahorros listos para comprarme un departamento, pero ya no lo quería. Quería irme lejos, donde no conociera a nadie.

Me quede en su casa por dos semanas, dos semanas en donde junte coraje y traté de comunicarme con Axel de todas las maneras posibles, todas menos ir a su casa, a eso me lo había auto prohibido totalmente. No recibí respuestas de su parte, solo me ignoró como si yo nunca hubiese existido. Y con cada intento se me rompía aún más el corazón.

-Ya está, no insistiré más.- dije apagando el móvil.- lo haré por mi bien mental Mary, ya no puedo más.- dije totalmente rendida.- él ya no me quiere y no lo hará nunca mas.- hable con dolor. Mi amiga me observo comprensiva y triste. Ella no quería que me fuese pero tampoco quería que estuviera sufriendo así. Acaricio mi espalda con cariño, hacia mucho que no hacían eso conmigo. Afloje mi cuerpo ante el contacto y traté de relajarme. Habían sido dos semanas totalmente horribles.
-Si tú crees que ya fue suficiente y que ya no hay más oportunidad entonces puedes hacer lo que tienes pensado.- dijo tranquila. La observe, mi mirada ya no demostraba nada, solo era obscura.
-No se a donde ir... solo se que me quiero ir lejos, a otra cuidad o a otro país.- dije ya cansada de todo.- ella sonrió levemente como si estuviese tratando con una pequeña niña.
-Espera aquí, tengo algo qué tal vez te ayudará.- dijo mientras salía se la habitación.
Cuando volvió lo hizo con un globo terráqueo pequeño.- cuando Jonan y yo no sabíamos a donde ir de vacaciones utilizábamos a este pequeño- dijo mirándolo con ilusión. Lo puso sobre la cama, justo entre medio de las dos.- cierra tus ojos y cuando yo te diga apoyas tu dedo ¿okey?- asentí con mi cabeza adaptándome a su juego. Ella giro el artefacto y cuando me dijo que apoye el dedo lo hice.- bien...abre tus ojos... tu próximo destino será...- observo el mapa.- hermoso...Bora Bora...- dijo con una sonrisa en su rostro. La observe no tan segura, luego lo considere y si mudarme allí era mi solución, entonces Bora Bora sería mi lugar.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora