P.O.V Makena
Los primeros en llegar corriendo a mi fueron Ethan y Manuel.
-Controla su pulso.- le grite a Ethan mientras seguía dando masajes cardiacos en el pecho del hombre. El ni siquiera dejo de correr, se tiro de rodillas frente a mí y luego tomó el rostro del hombre con sus manos. Colocó dos de sus dedos en el cuello y se mantuvo así un momento.
-No hay Mak...
-Joder...- seguí empujando hacia abajo y arriba.
-Hay un reanimador de emergencia por aquí...-dijo Manuel buscando desesperadamente por la cocina. Las mucamas aparecieron en escena y al ver el estado del hombre se quedaron petrificadas. Las dos quedaron pálidas y llevaron sus manos a su rostro tapando su boca.
-Manuel, escucha, sácalas de aquí y pregúntales en donde mierda está ese aparato.- dije tomando el control de la situación, había sido entrenada para esto.- Ethan, cuando diga 27 prepárate, en 30 debes de darle dos respiraciones en la boca. Bloquea todas las entradas de aire, que solo sea el tuyo el que entra.- el chico asintió algo nervioso. Comencé a contar las presiones que hacía en el pecho. Luego de unos segundos estaba preparada, Richard apareció en la cocina junto a Axel.- 27 Ethan...- el sello la boca y nariz del hombre, acomodo su cabeza correctamente.- 30, ahora, ahora, ahora.- separe mis manos del pecho. Ethan hizo lo suyo y continúe con los masajes cardiacos. David estaba cada vez más blanco y temía que su vida se fuese por entre mis dedos.- Richard, ve a ayudar a Manuel a buscar el puto desfribilador.- hable agitada, mis brazos comenzaron a sentirse y fue por la actividad física que había tenido por la tarde.- Axel, llama nuevamente a la ambulancia, se nos está muriendo joder...-seguí- 27 Ethan- mi amigo se preparó nuevamente.- 30..anda.- grite. El hizo la respiración y yo seguí con los masajes.
-Aquí está, abran paso.- corrió por la cocina Richard con el aparato en la mano. Seguí haciendo mis movimientos mientras Ethan y Richard lo preparaban. El último colocó dos pegatinas en el pecho de David y encendió el aparato. Una voz robótica comenzó a dar instrucciones. Todos nos separamos y dejamos que hiciera su magia milagrosa.
-La ambulancia está aquí.- gritó Axel mientras salía de la cocina. Podía escuchar el llanto de las dos mujeres en el living, rodé mis ojos.
El aparato dio el primer choque eléctrico y el cuerpo se movió un poco. Los presentes observamos todo pero no había mejoras.
Axel entro corriendo nuevamente con dos paramédicos detrás de el, ellos traían una camilla de emergencia. Richard, Ethan y yo nos movimos dejando el espacio libre a los profesionales. Observe a Axel de reojo, estaba a mi lado, él estaba agitado y sus ojos abiertos de par en par.
Cruce mis brazos sobre mi pecho y me decidí a hablarle, sentía que no merecía ni una palabra mía pero se le veía muy nervioso de más.
-Él estará bien...-dije mirando al frente. Por el rabillo de mi ojo pude ver cómo se volteaba a verme.
-Se está muriendo.- habló desesperado. Tenía un leve color rojo en todo su rostro y estaba despeinado.
-Estoy segura de que él saldrá sano y salvo de esto.- puse mis brazos a los costados de mi cuerpo y gire mi cabeza para observarlo.
-No entiendo cómo puedes estar tan tranquila.- pasó sus dedos por su cabello rubio.
-La costumbre supongo.- me voltee y comencé a caminar hacia el living.- vamos fuera, ver toda esta escena te pondrá más nervioso.- el pobre suspiro con sus manos en la cintura y camino hacia mi. Seguí el recorrido hacia afuera, abrí la gran puerta principal y espere a que él la cerrara tras su cuerpo.
Me senté en la escalinata principal y el lo hizo a mi lado. Suspiro nuevamente.- tienes que tranquilizarte.
-Esto es muy fuerte, nunca había vivido una situación así.- restregó su rostro con sus dos grandes manos.
-Eso pasa porque eres un niño mimado que por gracias al dinero vives aislado del mundo.- hable sin tacto alguno. El me observó, su respiración se aceleró, podía ver su pecho subir y bajar casi sin control.
-¿Que sabes tú? Solo hablas pura mierda.- habló rabioso.
-Digo lo que realmente es.- estire mis piernas con algo de pereza. La noche estaba cálida, había mucho movimiento dentro de la casa.
-Tu no sabes nada de mi vida Makena.- pronuncio lentamente, estaba algo estresado y eso me gustaba. A el le gustaba molestarme, bien, tendrá de su propio veneno.
-Se lo suficiente como para comprobar que eres un idiota egoísta.- hable con media sonrisa en el rostro.
-No sabes una mierda, hazme el favor de meter tus palabras una por una en tu trasero y deja de molestarme.- su rostro volvió a tomar un color rojo, podía ver sus venas marcadas en su cuello.
Se levanto de su lugar y camino enfadado hacia la puerta principal. Sonreí, me gustaba verle enojado. Minutos después la puerta volvió a abrirse y me giré pensando que era él quien volvía por revancha pero no, eran los paramédicos sacando a David de la casa, lo mantenían sobre la camilla inmóvil. Me levante de mi lugar y puse mis manos en mis bolsillos, Richard se posicionó a mi lado, Manuel y las dos salieron de la casa tras la camilla.
-Iré yo a acompañarle, quédense aquí, protejan la casa y por sobre todo a Axel, que no salga. Y tampoco quiero que entre nadie.- dijo mi jefe. Asentí con mi cabeza. Observe a Manuel que tenía cara de pena por la situación que estaban viviendo aquellas mujeres y luego dirigí mi mirada a Ethan, él se dio cuenta y me guiñó un ojo. Una sonrisa se escapó de mis labios, era un cabron, el que me viera diría que era una psicopata, riéndome en una situación así, pero la verdad no me importaba lo que dirían de mi.
-Vamos, todos dentro. Es hora de dormir.- pronuncie en voz alta luego de que Richard terminara de subir a la ambulancia. Todos los presentes entraron y luego de ser la última cerré la puerta lentamente. Sonreí al recordar el rostro enojado de Axel, era un pobre idiota.
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MAKENA. Terminada.
RomanceA Makena Robins le asignaron un nuevo protegido en su agencia de guardaespaldas. Hacia varios meses no se dedicaba a esa actividad, desde su último caso quiso retirarse pero su jefe insistió depositando muchísima confianza en ella nuevamente. Su nu...