Capitulo 52

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-Vamos, mueve tu trasero que ya me dio hambre. - dijo Maria saliendo apresuradamente del baño. Le seguí; lo más rápido que mis tacos permitían. Ella de verdad tenía hambre, caminaba tan rapido esa mujer, era como una pequeña liebre. -Ya llegó la comida, apresurate!- dijo tratando de mirar a lo lejos, justo donde estaba nuestra mesa. Mire a todas las personas que nos rodeaban, todos conversaban entre si, habia sonrisas, sonrisas falsas y verdaderas. Sabía como se manejaban en este ambiente y tambien sabia que una buena sonrisa ayudaría en un buen negocio. Al llegar a nuestra mesa Maria se acomodo rapidamente junto a su marido, éste la recibio con una enorme sonrisa, y apoyo su mano izquierda sobre su pierna, dandole una tierna caricia en ese sitio. Pude notar como mi amiga se sonrojaba ligeramente. Me acomode en mi sitio.
-¿Todo bien?- Cuestiono Jonan.
-Si cariño, ya sabes como somos las mujeres en el baño.- respondio Maria. Comencé a alimentarme en silencio, observando a todos y todo. Cada cual estaba en su mundo. De repente a un lado de nuestra mesa apareció la chica que vi en el baño, ella simplemente brillaba, no se parecía en nada a la chica que realmente vi antes. Pensé en que bien estaban entrenadas estas chicas como para hacer como que nada pasase.
-¿Que tal señores Thompson?- hablo uno de los empleados que allí se encontraba, demasiado formal para mi gusto. Maria y Jonan dejaron de comer automáticamente y con algo de esfuerzo colocaron una sonrisa en sus rostros. Yo por otro lado, no estaba comiendo desde hace ya unos minutos. Solo mantenía el tenedor en mi mano mientras me dedicaba a observar todo.- disculpen la intromisión, solo quería presentarles a la señorita Sasha Parisi, hija de Pietro Parisi, el reconocido accionista y dueño de la empresa multinacional Parisi.- hablo nuevamente el chico. La chica se asomó lentamente, saliendo de atrás del chico que la "presentaba", como si fuera un concurso. Su sonrisa brillaba, sus dientes eran tan blancos que sorprendían a cualquiera. Se acercó a Jonan y lo saludó coquetamente, éste la había reconocido, o más bien, había reconocido a quien era su padre. Jonan era un buen hombre de negocios y conocía a todos los negociantes, posibles amigos o enemigos que le rodeaban. La saludó con simpatía y cortesía, como debía ser si no quería perderse algún negocio a futuro con el señor Parisi. Luego la chica saludó a Maria, ella la saludó ligeramente bien, aunque con un toque de celos, pues se había acercado a su marido y últimamente Maria se estaba comportando como una mamífera protegiendo su manada. Muy raro por cierto.
A mí no me saludó, obviamente, yo no soy una Thompson, ni tampoco soy negociante, ni tampoco tengo dinero. De hecho ni siquiera tengo casa. Me resigne a eso hace mucho tiempo ya. Pero me conformaba con observar el comportamiento humano que me rodeaba.
-Mi prometido no ha podido venir a saludarlos, ha tenido trabajo que hacer y se ha ido. Envía disculpas de su parte y desea que pasen una hermoso día.- hablo la chica alegre. Y me ha cagado todo con esas palabras, pues, algo que le había puesto un poco de condimento a mi día no resultó ser y me he quedado con las ganas de saber quién es el gilipollas de su prometido. Rodé los ojos insatisfecha con la situación y baje la mirada a mi plato, aún no entendía muy bien qué es lo que había allí dentro pero de seguro ya estaba frío y feo. Deje el tenedor a un lado y quite la servilleta bordo de mi falda. La enrolle y la coloqué sobre la mesa. Ya no quería comer más. Los presentes siguieron conversando solo unos minutos más, Sasha se dio cuenta al fin que había interrumpido su comida así que se despidió y prometió enviar saludos de los Thompson al señor Parisi.
Parecía una buena chica, no llamaba tanto la atención, he conocido a otras ricachonas con aires de superioridad mucho peor que ella.
-¿Me acompañas al baño? - Me hablo Maria por lo bajo, asentí con la cabeza. Me pareció raro esta nueva visita al baño ya que habíamos ido solo hacia veinte minutos. Ambas nos levantamos y caminamos hacia el lugar en silencio. Todos conversaban de manera amigable y algunos que podían reconocer a María la saludaban desde lejos.
Cuando entramos ella se apresuró y se metió al primer cubículo que vio. Yo sin embargo camine lento hacia el lavamanos y me observe en el gigante espejo que allí se encontraba. Me veía...no lo sé.. ¿demasiado mujer quizá? Era extraño para mi, nunca me había vestido así, no me relacionaba demasiado con este estilo. Maria salió del cubículo con cara de agotada, limpio las comisuras de sus labios y me observo con los ojos levemente aguados.
-¿has vomitado?- consulte, ella asintió lentamente y se acercó a mi.- ven, un poco de agua hará que te refresques.- puse una mano en su nuca y con la otra abrí en grifo, moje la misma con agua y luego la posicione en su frente, estaba algo caliente. Repetí los movimientos unas tres veces más y luego mojé su nuca de igual manera. Ella se dejaba llevar, como si eso que estuviera haciendo fuese un cariño.-¿te sientes mejor?- pregunté, ella asintió nuevamente. Quite mis manos de su rostro y se acercó al espejo, arreglo el poco maquillaje que traía puesto y suspiró fuertemente. Me observo y con algo de duda en sus ojos pronuncio las siguientes palabras.
-Creo que estoy embarazada...

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora