Capitulo 94

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POV Makena
-La película está lista- lo observe desde la cocina. Estaba sentado muy cómodo en el sillón de mi casa mirando el televisor.
-¿Palomitas?- pregunte.
-Listas
-¿Móviles en silencio?
-Listos
-¿Manta?
-Lista- uno a uno respondió los puntos de mi lista imaginaria.
-Iré en un momento, deja que voy al baño primero.- camine rápidamente hacia el lugar e hice lo que debía hacer. Volví al living y me tiré a su lado. Me abrazo y acomode la manta sobre nuestros cuerpos.- ¿de que trata?
-No lo sé, no la he visto.
-¿Es sorpresa?
-Si, la he elegido al azar.- le dio play a la película y está comenzó. Hacíamos esto todos los sábados por la noche. Nos dábamos un tiempo para nosotros, para disfrutarnos y despejarnos de la rutina.
Yo seguía trabajando en el centro de tiro, mis clases iban con normalidad y los alumnos aumentaban en cantidad cada mes. Hubo que contratar al menos dos profesores más. Me convertí en la mano derecha de Zack, si él no podía ocuparse de este centro, entonces lo hacía yo. A las decisiones las tomaba él pero igualmente tenía en cuenta cada una de mis opiniones.
Axel alquiló un lugar en donde daba clases de teatro. Hacia algunos meses que había dejado su fama de lado y como no era muy mediático los medios lo olvidaron en un abrir y cerrar de ojos. Muchas personas lo conocían por sus películas y eso ayudó a que tenga varios alumnos en poco tiempo. Le iba bien y se sentía bien haciendo esto. Se sentía tranquilo, sin presiones, sin guardias y por sobre todo, sin madre que lo acosara. De esa mujer no supimos más nada, de la había tragado la tierra. A veces me daba lástima que Axel no pudiera compartir determinados momentos con su madre, pero él decía que estaba perfecto así y no quería cambiar nada de lo que sucedía.
Con Richard hablamos cada dos semanas, ha venido un par de veces a visitarnos y por supuesto, se ha fijado de la seguridad de prácticamente toda la isla. Estaba a poco tiempo de jubilarse y al saber que extrañaría su trabajo, estaba más obsesionado que nunca.
Sasha y Manuel se fueron a vivir a China, al fin libres, decidieron casarse y mudarse lejos de todo, un poco para no saber nada de nadie y otro poco para conocer otras culturas.
De Ethan no supimos nada más, no había familia con quien contactarse y a Axel no le gustaba mucho la idea de que lo buscara.
Anna, al fin salió con el chico que tanto quería, un alumno de nuestro centro. Dejó el miedo a un lado y lo invito a salir, esta más enamorada que nunca.
Steven y Eduard pudieron reabrir el gimnasio, ambos eran felices allí y los antiguos clientes volvieron al lugar. Hemos ido de visita algunas veces y está más hermoso que nunca. Los dos eran hombres solteros así que enfocaban su energía y tiempo en sacar adelante el gimnasio.
Maria y Jonan tuvieron dos hermosos hijos, Varick y Ritter. El bautizo fue hermoso y disfrute de mi ahijado tanto que hasta creo que se cansó de mi.
Mi relación con Axel iba cada vez mejor, poco a poco nuestros miedos de cagarla se fueron yendo y manteníamos una relación tranquila y sin apuros. Obviamente teníamos peleas, como todo el mundo. Pero siempre alguno de los dos, mayormente Axel, terminaba cediendo, no nos gustaba estar mal el uno con el otro.
La película había terminado, y por supuesto, al pensar en todo lo que habíamos vivido, ni siquiera le había prestado atención.
-¿Te ha gustado?- pregunto terminándose las palomitas.
-Eh si.. ha estado muy entretenida.
-Mentirosa.- dijo besando una de mis mejillas- he notado que no le has prestado atención, ¿pasa algo?
-No... todo está bien. Solo estaba pensando.
-¿Pensando en que?- se enderezó para luego despabilarse.
-En nosotros, en nuestros amigos y en todo lo que ha pasado todos estos meses.
-¿Has pensado cosas lindas?
-Claro que si. Solo han pasado cosas lindas, creo que hemos tenido nuestra recompensa después de todo lo malo que nos ha sucedido.
-Y falta aún... faltan muchas cosas buenas por las que vivir.- me dedico una hermosa sonrisa.
-Solo espero que no sigamos compartiendo órganos. Esto ya se está saliendo de control.- una enorme carcajada salió de su garganta contagiándome. Se acercó a mi y me dio un corto beso en los labios, me quede con ganas de mas pero vi que tenía algo que decirme o al menos eso parecía.- habla...- ordene.
-He estado pensando...- rasco su nuca- No quiero cagarla, sé que dijimos que no íbamos a hacerlo más pero por las dudas...tengo miedo.
-Dimelo de una vez- lo observe detenidamente. Sus mejillas se tornaron de un color rojo.
-¿Quieres vivir conmigo? Comprar una casa...para los dos...- sonreí ampliamente. Si bien llevábamos varios meses juntos aun no nos habíamos animado a dar ese paso. Íbamos y veníamos pero ambos manteníamos nuestro espacio.
-¿estás loco?- pregunte, el puso su semblante serio inmediatamente- claro que si quiero y lo sabes. Me has visto observar esa casa blanca a unas cuadras de aquí, sabes que la deseo, incluso más que a ti.- si rostro volvió a cambiar pero esta vez con una gran sonrisa. Fingió ofenderse por mis últimas palabras y tiré un almohadón en su cara. La verdad era que hacía tiempo quería vivir con él y compartir mi vida completamente. Había visto una hermosa casa de dos pisos, siempre la veía de camino al trabajo, a hacer las compras o al salir de paseo. Y el sabía que a mi me gustaba esa casa, muchas veces nos hemos detenido a observarla, tenía un enorme jardín delantero con muchísimas flores por todos lados y tres o cuatro árboles distribuidos por el lugar. Me imaginaba mi vida allí, nosotros, ambos, compartiendo esa hermosa casa. Evitaba preguntarme si la quería ya que, por supuesto, no quería cagarla.
El hecho es que yo ya había averiguado todo lo que necesitaba para comprarla y había anotado eso en un cuaderno. Me levante de mi lugar y volví con el mismo en mis manos.
-Aquí está el precio, lo que deberíamos poner cada uno, las cosas que deberíamos comprar y unas fotos.
-¿Lo tenias todo preparado?- dijo sorprendido mientras observaba el cuaderno.
-Claro que si ¿no me conoces aun?
-Si, lo hago. Y por eso...-se levanto de su lugar y al volver estiro una de sus manos, entre sus dedos tenía una llave. Lo observe extrañada.- la he comprado, la he comprado hace un tiempo. Nos veía en esa casa y no he hecho otra cosa más que seguir mi instinto.- salte sobre el en un ataque feroz de alegría. Daríamos este paso y estábamos más que preparados.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora