Capitulo 89

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POV Axel
Me tire de la cama y aunque me dolía hasta el alma debía ir a buscarla.
Las máquinas comenzaron a sonar incontrolablemente y uno de mis yesos se quebró. Grite de dolor, pero más que el dolor del cuerpo, sentía el dolor de su despedida.
Me arrastre como pude hasta la puerta de la habitación, trataba de llamarla pero ninguna palabra salía de mi boca y eso me enfurecía. Las lágrimas caían hacia el piso y mojaban la bata hospitalaria que tenía. Pude ver como salía sangre de mi brazo ya que me había arrancado la vía por la caída. No me interesaba, debía encontrarla, debía detenerla y decirle que la amaba. Que no se fuera, que podíamos seguir juntos a partir de aquí. Que nada volvería a ser como antes.
-Ma...k..-trate de gritar pero un dolor mezclado con ardor se instaló en mi garganta.
-¿Que hace señor? Tenemos a un paciente caído aquí, ayuda por favor.- gritó la enfermera que se había topado conmigo justo cuando iba saliendo al pasillo. Busque a Makena por todos lados con mi vista, no estaba, no la podía ver y eso me desesperaba.
Ella ya no estaba y le rogaba a mi cerebro que por esta vez todo haya sido una ilusión. Que el medicamento me haya dejado tan mal la cabeza que hasta pude haberla visto.
Llore, llore como un niño pequeño al cual le arrebatan su juguete favorito.
Me levantaron entre dos enfermeros, no quería volver a esa cama. Quería buscarla, quería salir de aquí de una vez por todas.
-Tranquilo hombre, que terminarás hiriéndote más de lo que estás.- dijo uno de ellos. Al depositarme en la cama nuevamente apareció una enfermera y con una jeringa inyectó un líquido en mi cuerpo. Poco a poco las cosas fueron menos claras y de un momento a otro me quede dormido. No quería hacerlo, pero ese medicamento me obligaba a hacerlo.

-¿Que ha pasado?- sentí la voz de Richard agitada, de seguro estaba viendo lo que quedaba de mi.
-Se ha tirado de la cama, buscaba a alguien no lo sé. Tal vez alucino.- dijo una chica, de seguro una enfermera o la doctora. Sentí como movían mi pierna cuidadosamente, no dolía, estaba sedado profundamente.
-Joder...Axel... ¿se ha hecho daño?
-Ha quebrado su yeso, se ha arrancado las vías de sus venas y se ha golpeado el abdomen, justo cuando habíamos dicho que debía hacer reposo absoluto. Tiene una operación muy delicada.- sentí algo mojado en una de mis piernas y supe que estaban poniéndome otro yeso, quería decirles que no lo hagan, que ya no quería esa mierda en mi, pero no podía. Hoy no podía hacer nada, las cosas sucedían a mi alrededor y no podía detenerlas.- después de que terminen aquí iremos a por una resonancia magnética, queremos controlar que todo esté bien y que el golpe no haya dañado sus órganos.
-Esta..¿está sedado ahora mismo?- pregunto Richard. Si amigo, estoy sedado hasta las bolas.
-Lo hemos tenido que hacer porque no estaba en sus cabales. Quería irse a no sé dónde. ¿Sabe usted algo de esto?- cuestionó la doctora
-No, no se absolutamente nada.- dijo dudoso. Si tan solo pudiera hablar le diría que vaya en busca de Makena, que todavía hay tiempo de alcanzarla. Pero solo podía estar ahí escuchando y nada más, como si me hubiesen clausurado la puta boca.
-Esta bien, puede esperar afuera mientras vamos a por la resonancia, cuando vuelva le explicaré los resultados. Ruegue que no se haya hecho nada porque serían pasos agigantados de retroceso.- sentí como la cama se movía. Sabia que me estaban llevando a otro lado, si tan solo pudiera abrir más los ojos, podría buscarla.
Ella me ha dejado así, en este estado. Ha visto que no he tenido oportunidad de hablar y lo ha echo todo ella. No puedo culparla, de seguro aún estaba muy dolida con lo que había pasado y yo, yo seguía más arrepentido que nunca.
Me había salvado la vida y yo ni siquiera pude agradecérselo. Era un bueno para nada que no merecía ningún acto de compasión de su parte.
Me sentí inservible, me sentí prácticamente una porquería de persona que no merecía nada. Jamás debí tratarla como la trate, mejor dicho maltratarla, porque eso hice y no me lo perdonaría nunca. Pero la vida me estaba dando una lección y todo lo malo que he hecho ha vuelto a mi, como un maldito boomerang. Y lo aceptaba, aceptaba todo. Porque no se le hace eso a la persona que amas.
Debí darle la oportunidad de hablar, de explicarme que era lo que sucedía. Sin embargo me deje llevar por la manipulación de mi madre y no he medido mis actos. La había humillado, casi igual a como me estaba humillando yo mismo ahora llorando como un bebé y haciendo mierda todo.
Termine por dormirme, el medicamento ya había hecho su efecto.

Abrí los ojos y el dolor de cabeza me inundó.
Busque a Richard con la mirada y lo encontré justo a mi lado.
-Hola..buenos días- dijo mirándome. Obviamente no pude hablar y como si supiera lo que pensaba siguió hablando- te sacaran esa cosa por la tarde. Ya no es más necesaria. - No sonreí, esa no era la noticia que quería escuchar. A penas pudiera hablar, iba a preguntar por ella. No sabía si la mandaría a buscar, tal ves si dejo pasar un tiempo... no lo sé. Tendría que pensar muy bien lo que haría a partir de ahora. Ella quería estar sola y yo lo respetaría. Pero no me quedaría con las ganas de decirle todo lo que siento, de decirle cuanto lamento todo lo que ha sucedido. Tal vez cuando esté mejor, podría resarcir todo el daño que he hecho.
Ahora estaba totalmente hecho mierda pero pronto mejoraría y tendría tiempo de arreglar todo, no perdería la esperanza por nada en el mundo.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora