Capitulo 71

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POV Makena
Estábamos camino a la casa de Axel, él había traído su coche y los guardias iban en otro, como la noche del picnic. Richard estaba al tanto de esto, Axel me lo repitió mil veces para que yo me quedara tranquila.
Me preguntaba por qué Richard había cambiado de opinión respecto a mi, ojalá pudiera tener una charla con él pronto.
Al llegar, como siempre, sus guardias desaparecieron por la casa y nos quedamos solos los dos.
-Perdón por traerte siempre a la casa. Es el único lugar donde puedo estar tranquilo y el protocolo de seguridad me permite.- dijo subiendo las escaleras junto a mi.
-Lo se, tranquilo, no tengo problema con ello.- dije concentrada en los escalones.
-Sasha está de vacaciones así que no tendrás que soportar otra escena.- aclaró. Lo observé con agradecimiento. Lo que había pasado me había afectado mucho.
Al entrar a la habitación pude ver que todo estaba hermosamente decorado. Había pétalos de rosa en la cama y en el suelo. La luz era tenue ya que solo unas velas blancas ambientaban el lugar. Había olor a jazmines, me encantaba. Él sonrió al ver que yo observaba todo cuidadosamente.
-Ven, lo mejor está en el balcón.- dijo tirando levemente de mi mano para que lo siguiera. Cuando abrió las grandes puertas de cristal que daban al balcón pude ver todo lo que había hecho. Había una pequeña mesa con un mantel blanco y velas sobre ella. Había un adorno con flores en el centro y las sillas, también blancas, estaban decoradas con lindos almohadones rojos. También había dos copas y cubiertos. Se podía ver todo el jardín desde allí y la brisa refrescaba el lugar hermosamente.- toma asiento- dijo ayudándome con la silla. Nunca había visto esta faceta de caballero que él tenía y estaba sorprendida, aunque no acostumbrada a tantos detalles.- iré a por la cena- aviso. Yo asentí con la cabeza y me dediqué a observar el jardín. Había pequeñas plantaciones con flores por todos lados y el césped estaba más verde que nunca. El jardín estaba alumbrado por pequeños faroles estratégicamente posicionados que le daban un lindo toque. Logré escuchar una melodía tranquila y supe que Axel había puesto música, esta salía de la habitación. Fue cuestión de unos minutos que apareciera con una bandeja que tenía dos platos con pasta. Detrás de él había una empleada que llevaba una botella de vino en sus manos. Me sonroje al instante bajo su mirada.- he mandado a preparar pasta, no sabia que era lo que te gustaba así que elegí lo más normal.- dijo poniendo los platos en sus lugares. Le entrego la bandeja a la chica y ella a cambio le dio la botella de vino. Luego de eso ella se retiró y él se sentó frente a mí dejando la botella a un costado.
-La pasta ha sido una buena elección.- dije mirándolo con una pequeña sonrisa en mi rostro, él respondió con otra.
-Pues espero que te guste.- dijo tomando el tenedor.- muero de hambre.- y así como termino de decir eso, envolvió los espaguetis en el utensilio y se lo llevo a la boca. Yo hice lo mismo y cerré los ojos del placer, estaba riquísimo, justo como me gustaban.-¿quieres vino?- pregunto luego de varios bocados. Asentí y tomó la botella para destaparla. El líquido bordo relleno las copas, lo probé, estaba fresco y rico. Él también saboreó el vino y me observo con una pequeña sonrisa en sus labios.- me encanta que pasemos tiempos juntos...- dijo dejando la copa a un lado de la mesa.
-A mi también me gusta esto, aunque no estoy tan acostumbrada a estos detalles.- bebí un poco más de vino.
-Pues acostúmbrate cariño porque me la voy a pasar haciendo este tipo de cosas.- hablo seguro. Retome mi cena y él también. Aunque teníamos momentos de silencio, no eran incómodos, mas bien, los disfrutábamos.

La noche estaba tranquila, no había rastros de personas en ningún lado y estaba muy segura de que Axel se había encargado de eso anteriormente. Al terminar la cena, apartamos los trastes sucios y nos quedamos conversando aproximadamente dos horas mas. Ya habíamos terminado el vino y mis mejillas estaban calientes. Me sentía un poco mareada pero no era nada que no pudiera controlar.
-Te quedaras conmigo hasta mañana ¿no?- dijo sonrojado, sabía que el vino había hecho efecto en el también, habíamos perdido la vergüenza pero sabíamos lo que estábamos haciendo. 
-No creo que ahora mismo puedas llevarme a la casa, estamos muy alcoholizados.- ambos nos carcajeamos.
-Entonces si te quedaras conmigo.- dijo confirmandolo para si mismo. Alegre, asentí con la cabeza mientras sonreía. - Al fin podre tocar toda tu piel nuevamente.- hablo serio esta vez.
-Puede ser...- respondí coqueta. La verdad es que el vino me había puesto cachonda y no esperaba la hora de irnos a "dormir".- ven aquí...-dije en un susurro y sin vergüenza. A él le basto un segundo para entender la situación y saltar sobre mi como un lobo.
Si bien no tenia la experiencia suficiente, iba a hacer el intento de darle la mejor noche de su vida. El primer beso dio paso a uno mas profundo y feroz. Cuando quisimos darnos cuenta ya habíamos entrado a la habitación, le ayude a quitarse la camisa que llevaba puesta, él también hizo lo mismo conmigo. Nos fundimos nuevamente en un beso salvaje y caímos al mismo tiempo sobre la cama. Desesperado trato de desabrochar los botones de mi pantalón, pero quizá por la falta de pulso gracias al alcohol no pudo. Con tranquilidad desabroche yo mis propios botones, el me observo con una sonrisa, sus ojos brillaban. Cuando al fin estuvimos los dos desnudos y luego de ponerse un preservativo, nos unimos en carne y alma. Se sentía tan bien que me daban ganas de mantenerme así con él toda la vida. 



MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora