Capitulo 18

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P.O.V Axel
Ella estaba realmente enojada, podía ver cómo sus venas se marcaban en su cuello. La chica de la barra trajo mi hielo y le guiñe.
-¿Cuanto te debo guapa?- pregunte.
-Corre por mi cuenta, no te preocupes.- le dedique una sonrisa de lado y coloque un cubo de hielo en mi labio mientras veía como se marchaba. No me sorprendería si se estaba hinchando, el puñetazo había sido muy fuerte. Pude ver cómo Makena apretaba su mandíbula, llámenme inmaduro pero me divertía que se cabreara tanto.
Tomo un sorbo de su agua, observe como trataba de relajar sus músculos.
Un hombre grande camino hacia nosotros y se sentó a su lado, pude ver cómo se ponía rígida nuevamente.
-¿No te ha quedado claro verdad?- pronunció ella, fruncí mi ceño.
-Venía a pedir disculpas ¿okey? Tranquila, no saques tu arma.- mi cerebro trataba de armar un puzzle imposible de armar, ¿que coño ocurría aquí?.
-Disculpas aceptadas, puedes irte.- habló monótona y observando a la pared frente a ella. El chico la observó detenidamente, apreté mis dientes. ¿Quién era? ¿Por que le observaba así?
-¿Me das tu número? Me gustan las chicas salvajes como tú.- sentí la necesidad de intervenir, no porque ella no pudiera detenerlo, sabía que era capaz de ello pero algo en mi interior no quería que ese tipo extraño se acercase más a ella.
-Y tú quién eres ¿eh?- pregunte serio quitándome el hielo del labio. El chico me observó por un momento y luego se concentró nuevamente en la mujer a mi lado.
-¿Me lo das?- consultó nuevamente. Sentí la sangre hervir en mi interior.
-No, no te lo da. Ella está conmigo así que vete a tomar por culo de aquí.- el chico otra vez me observó pero esta vez con una sonrisa en su rostro. Pude ver cómo Mak apretaba fuertemente la botella con una de sus manos.
-Ella no está contigo, tú eres el que follaba en el baño. Así que no te metas en mi flirteo.- habló, bien, el tipo tenía cojones. Me levante de mi banco y mis músculos se pusieron rígidos. Sentí una mano firme en mi pecho.
-Tu, siéntate en tu lugar.- al fin me dirigió la palabra la pequeña guardaespaldas. Le hice caso, no quería que se enojase otra vez, vi como quitaba su mano de mi pecho y una sensación extraña se apoderó de mí. Observe como lentamente ella dirigía su mano a la parte trasera de sus jeans.- bien, quién quiera que seas- quito su arma y abrí mis ojos de par en par.- me has hartado la paciencia- ¿le iba a disparar? No podía, digo, si podía pero no aquí.
-Mak...-interrumpí.
-Cállate.- sentenció seria pero sin dejar de mirar al chico que tenía una gran sonrisa en su rostro.- escúchame idiota.- pasó su mano al frente, tenía el arma entre la barra y su cuerpo, apuntaba al chico y pude ver cómo él observaba lo mismo que yo. Comenzó a temblar.- te acercas nuevamente a mí o a él, y juro que no dudaré en dispararte.- no podía ver su rostro pero sabía que emanaba odio de él, lo sabía por la cara del chico- no jodas conmigo, no tengo la puta arma de adorno.- advirtió.- vete a la mierda de aquí, tienes cinco segundos.- el chico con cojones grandes no se movió, todo esa reacción que había tenido al principio se fue de repente y se instaló una sonrisa en su rostro.
-No puedes dispararme frente a toda esta gente, irías a la carcel.- sentí una risa sin gracia de Makena, creo que eso era lo que me daba miedo, ella nunca reía. ¿Le dispararía? Joder, espero que no. Vi como guardó su arma y mis músculos se aflojaron. No sé qué clase de plan estaba formulando en su cabeza pero creo que no me gustaba.
-Está bien, ¿quieres follar?- el chico asintió frenéticamente con su cabeza- pues vamos, acompáñame- ella se levanto y camino hacia afuera, observe la escena atónito. Ella se volteó mientras el chico le seguía- no te muevas de aquí, Manuel estará en unos segundos contigo.- pronunció seria, fruncí mi ceño. ¿en serio se iría a follar con ese tipo? Apreté mis dientes.
-No puedes hacer eso.- dije en alto.
-Cállate.- casi grito. Sus ojos estaban más oscuros de lo normal. Camino hacia afuera y pude verla por el gran vidrio delantero como el chico iba contento tras ella. No deje de verla, se iba quitando la chaqueta. No podía permitir eso, claro que no, me levante.
-Quieto ahí.- sentí la voz de Manuel. ¿De donde había salido? Estos chicos iban a enloquecerme. Volví a mi lugar, inquieto- los chicos se han ido a encargar de un asunto en el callejón de aquí al lado, los esperamos y luego nos vamos de aquí ¿que te ha pasado en el labio?- mi cabeza hizo click mientras él hablaba y una enorme sonrisa apareció en mis labios. Por "chicos" se refería a Ethan y Makena, el idiota del flirteo la tenía jodida. Ya sabía yo que ella no iba a entregarse tan fácilmente.
-No me ha pasado nada grave, todo bajo control.- respondí mientras ponía hielo nuevamente en mi labio, estaba mucho más tranquilo ahora.
-¿Por que te has ido así? Casi nos matas del susto. Mak estaba desquiciada.- dijo Manuel.
-Ha sido un desliz, prometo no volver a hacerlo.- el me observó.
-Siempre prometes lo mismo.- rodó los ojos y tomo la botella de agua que había comprado Makena en sus manos. La abrió y bebió un poco.- tienes que cambiar tu mentalidad hermano, por más que protejamos tu culo, si te vas así no habrá nadie que te salve.- habló tranquilo, tenía razón debía admitirlo.
-Lo siento, de verdad.- moví un poco el hielo en mi labio.
-Se que ha sido Makena la que te golpeo, por favor no sé lo digas a Richard, él la suspenderá de nuevo.-le observe - necesita el dinero y tú no estás colaborando mucho en eso. Ella a veces no puede controlar sus impulsos y tú le sacas de quicio.- rodé los ojos, quite el hielo de mi labio.
-¿Para que necesita dinero?- pregunte
-A eso deberías preguntárselo tu, a ella no le gusta que contemos sus cosas y no quiero perder su confianza. Dentro de todo, es una buena chica.- hice una mueca, debería de averiguar por qué ella ocultaba tantas cosas.- vamos, nos esperan en el coche.- habló, luego de que los dos nos levantamos le seguí hacia afuera.
-¿Puedes conducir?- ella estaba algo despeinada, le hablo a Manuel, él asintió con su cabeza y se instaló en el asiento del piloto, Ethan a su lado.
Subí al coche y ella lo hizo última a mi lado. Le observe, trataba de limpiar sus nudillos ya que estos tenían algo de sangre. Imagine al pobre tipo siendo golpeado por mis dos guardias, joder, era obvio que no se la había llevado bien.
-¿Estas bien?- cuestione, ella asintió con la cabeza pero nunca dirigió su mirada hacia mi.

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora