Mi pulso se disparó cuando las llantas de la camioneta comenzaron a andar a una velocidad increíble. Mi corazón latía con tanta fuerza que creí que se saldría de mi pecho.
Me ahogaba, no podía estar así.
—No, no puedes, ¡Por favor detén el auto!—le grité con fiereza a Scott, que era el que conducía la camioneta en la que iba yo, no se inmutó, Anabelle iba a su lado y parecía nerviosa, en su mano seguía teniendo la pistola cargada y observaba cautelosamente cada lugar que pasábamos. Había un carro delante y atrás de nosotros.
—Guarda silencio joder niña—le dijo Anabelle cuando se dio cuenta que yo no dejaría de parlotear hasta lograr lo que quería.
—Que te calles tú, que no estoy hablando contigo.
Ella me miró y estaba dispuesta a responder mi insulto, sin embargo Scott nos interrumpió.
—Deténganse las dos, por favor.
—Lo único que pido es que te devuelvas, no sé cómo has podido dejar a Adam ahí solo Scott, lo van a dejar como un maldito colador—le dije afligida, sentía la preocupación saliendo hasta por mis poros, Scott se mostró serio.
—Él podrá salir de ahí Sky, es Adam...—murmuró confiado. Anabelle resopló.
—Por favor—supliqué, por primera vez en mi vida—Scott no lo dejes, Adam no debe morir, tú sabes que lo que has dicho no es cierto ¡Joder! —pataleé el asiento—¡Cómo va a sobrevivir si escuché perfectamente cuando le dijiste a Ian que activara las bombas! ¡Va a morir calcinado y será tu jodida culpa, te ordeno que te devuelvas!—le grité, Scott tensó su mandíbula y tomó un respingo.
—Lo siento, sólo sigo sus órdenes. Esto es así Sky, tú eres a quien debemos mantener con vida.
—Por favor—le volví a repetir, quebrantando mi voz—no lo dejes morir.
—Lo siento Skyler.
Me acomodé en la ventanilla, mirando por la ventana. Me sentía terrible, la sola idea de que Adam esté muerto o herido hacía que mis entrañas se retorcieran, no podía imaginarlo. Dolía, y me sentía demasiado culpable como para no estar terriblemente mal por ello, odié el instante en el que no correspondí aquel beso que pudo haber sido el último.
Si él moría no sabía qué sería de mi, mi padre me dejó a cargo de él porque (por alguna razón que desconozco) confía en él, y no habría puesto para su reemplazo, me sentía completamente mal, le había agarrado afecto, no quería que muriera, no quería tener que llamar a mi padre diciéndole que el jefe estaba muerto, ni siquiera podría pronunciar la oración.
Una lágrima bajó por mi mejilla, no podía creer que estaba llorando por el chico que había arruinado mi vida los últimos treinta días, sin embargo lo hacía.
Adam había sido un jodido dolor en el culo, pero sólo pensar que no escucharé sus malos tratos en las mañanas, sus estúpidos entrenamientos, que no estaré en sus cálidos brazos otra vez, y que no escucharé su ronca voz o veré sus mieles ojos me destrozaba internamente. Observé por el rabillo del ojo a Anabelle, se mantenía seria, pero sabía que estaba tan destrozada como yo.
Instinto femenino.
Media hora más tarde ya estábamos en casa, el sentimiento de nostalgia aún no salía de mi cuerpo y las lágrimas no paraban de cesar, me bajé de la camioneta y tiré la puerta con mucha fuerza, completamente enfurecida.

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BODYGUARD
AkcjaCaliente como el infierno, malvado como lucifer, y más vengativo que cualquiera, él llega a la vida de Skyler para desmoronarlo todo. Adam Black era como un botón palpable de destrucción instantánea. Y ella amaba la autodestrucción. "Nunca le pierd...