PARTE DOS.
—¿Adam?
El sujeto no se inmutó, y mi corazón parecía no querer detenerse, iba a gran velocidad y sentí una gota de sudor correr por mi frente, mis manos comenzaron a temblar y el aire se me hacía casi nulo.
No podía ser, tenía que ser una maldita broma de mal gusto.
—Dios mío, ¿eres tu?—murmuré, era incapaz de levantar la voz, y era incapaz de levantarle la máscara para corroborar mis sospechas. Era una cobarde. Mi voz parecía un hilo y comencé a sentirme mal.
No tenía claro si era o no él realmente, pero me saqué la máscara plateada, y esperé que el sujeto misterioso hiciese lo mismo, este tomó mi mejilla y la acarició, me alejé ante el tacto. Era demasiado conocido para mi, era demasiado tortuoso.
—Felices dieciocho, cielo.
Era la gota que rebalsó el vaso, me aterroricé completamente, fui presa del pánico por unos segundos hasta que recapacité.
—Lindo versace.
Le empujé y me di la vuelta. Iba a llamar a seguridad, iba a llamar a mi guardaespaldas, iba a golpearlo, iba a decirle cuánto lo odiaba, iba a decirle cuánto había sufrido... Más no pude hacerlo. Me tomó del brazo y tapó mi boca. Segundos después me soltó.
Las luces se apagaron, la gente estaba extrañada, y un cosquilleo me recorrió toda la espina dorsal, estaba frenética al pensar que podría haber sido él. Al pensar que había venido aquí por mi, a secuestrarme, a llevarme con él.
Hijo de puta, mil veces hijo de puta.
Y parecía hasta irónico, hace un mes hubiera dado mi vida por estar siempre junto a él, ahora mataría por no verlo nunca más; ni a él ni a sus ojos traidores.
Observé el lugar en donde debería estar el chico y no había nadie, había desaparecido completamente. Comencé a desesperarme, comencé a sentir que el aire realmente no existía, todo me daba vueltas y pensé que todo podría haber sido efecto del trago que Bryan me había ofrecido, quizás no debería habérmelo tomado tan rápido, quizás sólo me estoy volviendo loca.
Quizás no era Adam, quizás sólo era un chico que me llamó cielo.
No, ni de coña.
Nadie lo hacía, él era el único que me llamaba de esa manera, él era el único lo suficientemente alto como para hacerme observar hacia arriba, el era la única persona capaz de ponerme en este estado con una mirada.
Todo parecía un sueño, y parecía que no quería despertar, los guardias estaban alrededor mío ya, y supe que estarían conmigo hasta que la luz volviese.
Estaba tiritando, mis manos estaban frías, las podía sentir, y agarré del brazo a Ryan que se encontraba por mi lado.
—Ryan...
—Por favor, sabes que no podemos dejar de estar aquí, hasta que la luz vuelva y podamos tenerte en vista—dijo, pero al verme se detuvo—, ¿Puedes decirme por qué estás tan fría?
—Adam, he visto a Adam en la fiesta, ha bailado conmigo—, le dije rápidamente uy tropezando con las palabras, mirándolo a los ojos. Ryan parecía no creerlo, apretó mi brazo y a la vez la luz volvió y todos siguieron con la fiesta.
—¿Estás segura de lo que dices?—preguntó, mirándome como si estuviera loca, como si fuera imposible—escucha, quizás te confundiste, realmente no pudo haber sido él.
—Ryan—le agarré por la camisa—, me ha dicho cielo, el hijo de puta está aquí, tienes que creerme, maldición.
Comencé a llorar, y Ryan me llevó a una sala alejados de todos y habló por la radio. Me senté en la silla más cercana, comenzaba a ver todo borroso.
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BODYGUARD
ActionCaliente como el infierno, malvado como lucifer, y más vengativo que cualquiera, él llega a la vida de Skyler para desmoronarlo todo. Adam Black era como un botón palpable de destrucción instantánea. Y ella amaba la autodestrucción. "Nunca le pierd...