Capítulo veintidós

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Un pinchazo en mi brazo derecho me hizo despertar de un sopetón, observé a mi lado y ahí se encontraba una doctora a la que jamás recuerdo haber visto, pero su rostro se me hacía demasiado familiar.

Estaba en una habitación blanca, parecía de hospital. Aunque yo sabía que era imposibe que me encontrara en uno.

La rubia cabellera de la mujer que estaba frente a mi no me permitía ver nada más allá de unas cortinas color  crema. Ella me observó con alegría y retiró la aguja de mi brazo, solté un quejido ante el acto.

—Oh, miren quien ha despertado—me dijo, esbozando una leve sonrisa.

—¿Pero qué...?—comencé a decirle, a la vez que trataba de levantarme .

—No—alzó la voz—por favor no te levantes, podrías lastimarte—dijo, en cuanto mi cuerpo se inclinaba hacia delante—¿Recuerdas cómo te llamas?

—Skyler Evans—le dije en un susurro, ella me miró. Su rostro era iluminado por la luz del día y mis ojos parecían no querer acostumbrarse aún a la sensación de estar despierta.

—Tiene...—comenzó decir

—Tuviste una conmoción cerebral—finalizó el chico que yo conocía bastante bien desde atrás de unas cortinas.

Lo observé, tenía los brazos cruzados y unos pequeños cortes su rostro fue tan rápido el contacto que tuve con sus ojos que no me di el tiempo de perderme en ellos como la última vez, estaba recargado en el umbral de la puerta y se le veía preocupado. Su entrecejo estaba fruncido, al igual que casi siempre, y su cabello esta vez estaba levantado levemente hacia atrás, y en las orillas de este el cabello era más escaso, se había cortado el cabello y no se podía ver más jodidamente sexy.

—¿Qué es eso? —le pregunté, esta vez a la doctora.

La mujer con delantal blanco que estaba a mi lado respondió, moviendo sus rosados labios.

—Cuando alguien recibe un golpe en la cabeza o se golpea muy fuerte contra algo, el cerebro se mueve repentinamente dentro del cráneo y puede chocar contra la superficie ósea de este. A veces, esto puede suceder con mucha fuerza, y esto ocasiona una conmoción cerebral—se detuvo, esta vez para revisar mi pulso—, la forma en que una persona actúa después de una conmoción cerebral depende de qué tan fuerte se haya sacudido el cerebro dentro de la cabeza. En ocasiones, la persona pierde la conciencia o el conocimiento durante algunos segundos o minutos, que es lo que ha sucedido contigo, para tu suerte. Ha podido ser peor.

—¿Qué quieres decir con peor?

—Tu cabeza pudo haber sufrido hematomas, y aquello pudo haberte causado algún tipo de amnesia... bueno, pero estás completamente bien, estuviste inconsciente al rededor de treinta minutos, y aquello está dentro de lo normal al recibir un golpe como este.

—¿Es normal que ahora sienta un dolor de cabeza bastante jodido?

La doctora rió, por mi falta de buen vocabulario supongo.

—Sí, así como también es normal que sientas náuseas o un malestar general por algunos días, si esto se extiende por más de una semana, llámenme—dijo, entregándole su tarjeta casualmente a Adam—. Te he aplicado anestesia, por las otras heridas que tienes, para que bueno... estas no te molesten. Te dará sueño, esto es completamente normal.

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