In(vulnerable)

39.3K 5.8K 690
                                    

Chaud.

Chaud se sentía como la mierda aquella tarde, sentía un terrible nudo obstruyendo su garganta desde la mañana, cuando había tenido una fuerte, muy fuerte, discusión con su tío, donde él le había gritado un montón de cosas horribles. Y Chaud no se caracterizaba por ser alguien... frío. Las palabras lo herían peor que los golpes físicos.

—Oye, cabeza de arbusto.

Sintió como una hoja de papel hecha bola se estrellaba contra su espalda, pero hizo caso omiso al llamado y continuó apagando el computador que tenía frente a él. No estaba de humor para soportar al idiota de Froid.

Su mente divagó por las miles de inseguridades que le asaltaban diariamente y le fue imposible no mezclarlas con las duras palabras de su tío en aquella mañana.

Pero por otro lado, ¿por qué él tenía que ser tan sensible? ¿Por qué no podía ser el "hombre" como su tío decía que debía ser? ¿Por qué sus hijos y él se empeñaban en molestarlo? Chaud simplemente no había querido quitarle la vida a aquella pequeña mariposa que atraparon en el jardín cuando tenía ocho o nueve años de edad, ¿cómo fue que eso lo hizo menos masculino ante los ojos de Greg? Desde ese incidente su tío fue una completa basura, se convirtió en el causante de cada una de las muchas inseguridades que empezaron a crecer en él y que con el pasar del tiempo se hicieron más y más pesadas. Inseguridades que absolutamente nadie sabía que guardaba. Absolutamente nadie le prestaba la suficiente atención para darse cuenta.

—Oye, Chaud, ¿estás bien? —Una mano posándose en su hombro lo tuvo volviendo a la realidad.

Parpadeó para aclarar su visión y asintió de mala manera en dirección al rubio.

—Sí, lo estoy —respondió, resistiéndose a dar media vuelta y permitir que Froid lo viera en un estado vulnerable.

Pasaron unos cuantos segundos en silencio, en los que Chaud terminó de calmarse y tragarse sus lágrimas y solo se dio media vuelta en cuanto pudo volver a tener su máscara de indiferencia puesta para darse cuenta de que Froid lo observó con algo parecido a la preocupación.

—Si no te sientes bien, puedes irte, yo terminaré de-

—Te dije que estoy jodidamente bien, Froid, deja de fastidiar —Lo cortó con agresividad y se giró de nuevo para continuar apagando la siguiente máquina.

En todo lo que restó de aquella tarde, Froid no volvió a dirigirle una sola palabra.

Adversarios [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora