Froid.
Froid se hallaba metiendo las bolsas con basura reciclable dentro de los contenedores, mientras Chaud salía del edificio con otras dos bolsas.
—Tuve que meter mis manos dentro de estas dos para sacar las cosas que no eran reciclables —comentó Chaud cuando llegó a su lado—. Estúpidos, sí saben cómo aplastar sus genitales con otros, pero no que deben aplastar las cajas de jugo y separar correctamente la basura —El castaño hizo una mueca de asco que hizo reír a Froid.
Ambos estaban trabajando en silencio cuando el sonido de dos personas discutiendo tuvo a Froid girando su cabeza para observar una patrulla de policía estacionada en la calle de en frente. Una enorme sonrisa apareció en su rostro cuando se dio cuenta de que se trataba del viejo dueño de la heladería, quien discutía con un oficial y señalaba la fachada de su negocio con enojo.
Froid se giró para decirle a Chaud, pero el castaño ya estaba observando la escena con diversión.
—Señor, le estoy diciendo que no podemos hacer nada si su local no cuenta con cámaras de seguridad por-
—¡Eso me importa una mierda! —Le gritó el dueño de la heladería al oficial, cosa que hizo a Froid soltar una carcajada— Salí un maldito fin de semana, regreso hoy y me encuentro con esto y ustedes me dicen que no pueden hacer nada.
—¿Crees que nos descubran? —Le preguntó Chaud a su lado, ambos observando al oficial tratando de calmar al dueño de la heladería.
—Nah —respondió de inmediato—, es imposible que lo hagan. Tú mismo has escuchado, no había cámaras, así que-
—¿Qué hacen ustedes ahí parados como dos viejas chismosas?
La estridente voz del entrenador los tuvo saltando en sus sitios y girándose con rapidez.
—Sólo estábamos...
Froid se calló en cuanto escuchó que Chaud dijo exactamente lo mismo y al mismo tiempo. El entrenador los observó con una ceja arqueada.
—Atacaron la heladería —respondió en su lugar Chaud, encogiéndose de hombros.
La mirada del entrenador se desplazó hacia el otro lado de la calle, observando la alterada imagen del local. Sus ojos se deslizaron por los arco iris en las ventanas y sonrió con diversión.
—Pues que bien —respondió—, ese viejo es un homofóbico de mierda.
A Froid no le sorprendió mucho escuchar tales palabras salir de la boca de su entrenador, ya que él solía ser bastante relajado, además de joven, no creía que superara los treinta años.
—Se lo merecía —opinó con una sonrisa divertida y dirigió su mirada de nuevo a ellos—. En cuanto a ustedes, par de chismosos, terminen con eso de una vez —señaló los contenedores de basura antes de darse media vuelta y adentrarse en el edificio nuevamente.
—¿Deberíamos contarle? —preguntó Froid en cuanto el entrenador ya no estuvo presente.
—¿Estás pendejo? —Chaud lo miró como si hubiera sugerido que tuvieran un picnic en un campo minado.
—¡Pero él está de acuerdo! —Froid retomó su tarea de seguir metiendo las bolsas con reciclaje en el contenedor.
—Olvídalo, Froid.
Froid dejó escapar un bufido mientras murmuraba un aburrido.
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Adversarios [EDITANDO]
Novela JuvenilChaud y Froid han sido enemigos desde que tienen memoria, siempre andan discutiendo y peleando, jamás han logrado mantener una conversación que no termine en insultos o en un castigo en la dirección. Los maestros, directivos y hasta el conserje, han...