Froid.
El rubio llevaba cerca de diez minutos imaginando mil y un maneras diferentes de privarle el derecho a la vida a su compañero Zack. Iba por la opción cincuenta y seis, la cual incluía unos auriculares y jugo de naranja.
—Repruebo un examen más y mamá me echa de casa —Le comentó Phoebe, quien estaba sentada a su lado "estudiando" o al menos intentándolo, ya que la castaña tenía la atención habitualmente dispersa.
—En mi casa hay sobrepoblación —advirtió, dándole un largo sorbo a su bebida de mora y observando como Zack toqueteaba los brazos de Chaud y empujaba sus hombros juntos. ¿Acaso no conocía el espacio personal?
—Gracias, tú tan amable y compasivo, como siempre —comentó ella con sarcasmo, volviendo su atención al libro.
Froid aprovechó que su amiga no le estaba prestando atención para ver mejor la escena y fruncir todavía más el ceño. Chaud hablaba con docenas de personas alrededor de la escuela, era un bicho raro bastante hábil para socializar, y Froid estaba bien con eso, en serio. El problema venía cuando Chaud socializaba con una persona en especial: Zack. Si bien Froid no era un gran fan de la gente en su escuela, o en cualquier otro sitio para ser sinceros, aquel pelirrojo lo ponía de los nervios. Cada vez que lo veía sentía ganas de romperle su amable e infantil rostro de dos patadas, una para cada uno de sus molestos y prominentes pómulos.
Debía estar lanzando cuchillas imaginarias por sus ojos, porque Chaud posó su vista sobre él en ese preciso momento. Froid enarcó ambas cejas en su dirección y solo recibió un encogimiento de hombros como respuesta. Zack parecía demasiado ensimismado en su relato, completamente ajeno al espectáculo de gestos que ambos estaban protagonizando. Fue solo cuando Chaud envolvió al pelirrojo en un abrazo amistoso que Froid le sacó el dedo de en medio, a lo que Chaud rió y él mismo rodó los ojos.
—Te veo luego —se despidió de Phoebe, tomando su mochila para adentrarse en el edificio.
No pensaba seguir allí presenciando escenas no agradables.
Se sentía como un maldito estúpido porque la sensación de querer lejos a Zack de Chaud había aumentado al cien por ciento. Y no era tan estúpido como para no darse cuenta de que estaba malditamente celoso, casi colérico, aquel malestar en su estómago le estaba arruinando el día y no iba a permitir que lo siguiera haciendo.
Chaud podía irse a la mierda, claro que sí.
Entonces, después de unas horas, cuando su enojo hubiera disminuido, podría ir por él y echarle en cara lo estúpido que había sido. Y quizá después besarlo solo un poco... Un poco mucho.
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Adversarios [EDITANDO]
Teen FictionChaud y Froid han sido enemigos desde que tienen memoria, siempre andan discutiendo y peleando, jamás han logrado mantener una conversación que no termine en insultos o en un castigo en la dirección. Los maestros, directivos y hasta el conserje, han...