Amanecer

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Chaud.

Acababa de llegar a la escuela y ya se quería ir.

Había un tema en específico que lo había mantenido nervioso e inquieto durante lo corrido de la semana: aquel tenía que, obviamente, ver con Froid e, inesperadamente, también con su compañera Maddie.

La chica había permanecido alejada del rubio desde varias semanas atrás, debido a que Chaud se la literalmente pegado a su lado como un chicle. La había pillado en varias ocasiones con intenciones de acercarse, pero él era un maldito celoso y siempre se las apañaba para intervenir. No tenía ningún tipo de vergüenza, Maddie era extremadamente guapa y gentil, Chaud creía que cualquiera podría caer por ella con tan solo un batido de sus rizadas pestañas.

La situación era que, al comenzar la semana, Maddie había estado acercándose a Froid, quien no parecía ajeno ni molesto ante su presencia. De hecho, ayer habían almorzando junto a ella mientras Chaud los escuchaba de mala gana hablar sobre alguna serie de Netflix que ambos habían visto el fin de semana. Al parecer se habían hecho cercanos en su ausencia.

A esto, también podía sumarle el hecho de que muchas personas miraban los moretones casi curados en su rostro y le preguntaban al respecto, él realmente no quería hablar del tema, así que solo inventó que se trataba de un accidente y aunque nadie parecía muy convencido, igual no se animaban a preguntar más.

Su costilla había mejorado notablemente con los cuidados y las visitas al hospital, por lo que después de casi dos meses, allí estaba, de vuelta al infierno personal de muchos. No era su caso, le gustaba la escuela, solo que no ahora cuando sus compañeros parecían intrigados por verlo a él, un chico bueno y cero problemático, con un par de casi imperceptibles hematomas en el rostro.

Ahora estaban sentados juntos en la clase de música y a su grupo de cuatro: Froid, Chaud, Phoebe y Grace, se le había sumado una quinta integrante, Maddie.

Chaud no estaba molesto por ver a Froid interactuando con otras personas, eso nunca, estaba molesto porque hace mucho tiempo que no compartían el tiempo necesario, él mismo debido a su incapacidad médica y el rubio debido a los muchos trabajos y tareas por hacer. Habían pasado de verse cinco días a la semana—a veces seis—a verse solo uno o dos, los fines de semana.

Así que Chaud estaba ligeramente hambriento de cariño, quería un poco de tiempo y atención también. Quería sus bonitos ojos azules viéndole y sus tiernas expresiones de exasperación de vuelta sobre él. Lo había extrañado mucho y Maddie lo estaba tomando para ella cada vez más.

—¿Cómo estás, Chaud?

El castaño apartó su mirada del par de nuevos amigos y la posó en Grace, la rubia que estaba sentada a su lado y le sonreía con amabilidad. Él estaba algo en shock, debido a que la última vez que hablaron no fue en las mejores condiciones.

—Uh, estoy bien, Grace —respondió, sonriendo de vuelta con cortesía—. Gracias por preguntar.

—Me alegra —la rubia echó su lacio cabello sobre su hombro y se acomodó mejor en su asiento—. Este sábado habrá una reunión con los chicos de último año —le informó—. Ya sabes, estamos tratando de disfrutar un poco antes de irnos. Así que, ahora que estás de vuelta y dices sentirte mejor, deberías venir —sugirió.

Chaud lo consideró por un momento mientras veía el rostro amable de la rubia esperando por una respuesta. Concluyó que no le haría daño salir y despejarse un poco, seguro muchas personas conocidas estarían allí.

—Supongo que está bien —respondió con un encogimiento de hombros—. De todas formas necesito una distracción antes de que los exámenes finales nos arrastren como una avalancha.

—Genial —Grace sonrió y se removió en su asiento para sacar su teléfono celular del bolsillo de sus pantalones—. Cambié mi teléfono y perdí la mayoría de mis contactos, así que pon tu número y te enviaré la ubicación —extendió el móvil y Chaud lo tomó sin problema. Cuando terminó de escribir, se lo devolvió y Grace le sonrió de nuevo.

En cuanto la profesora entró en el aula, Chaud volvió su mirada hacia Froid solo para verlo riéndose de algo que Maddie le dijo en el oído. No pudo evitar fruncir el ceño y pensar en que necesitaba arrastrar a Froid consigo para recuperar el tiempo perdido.

Adversarios [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora