Culpa

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Froid.

—Greg se quitó la vida.

Froid giró la cabeza tan rápido que se hizo daño en el cuello, soltó un jadeo de dolor y se masajeó levemente la zona, casi esperando a que Chaud se burlara de él, pero al verlo con la mirada perdida en la pantalla del cine la preocupación brotó de su pecho.

—¿C-cómo...? —Su garganta parecía haberse cerrado, por lo que solo pudo quedarse allí, en medio de la oscuridad, con dolor en el cuello y observando el rostro imperturbable del castaño.

—Kyle y Steve encontraron su cuerpo esta mañana en su departamento —añadió Chaud, aún sin girar a verlo.

Una vez pudo procesar aquella información, tomó la mano de Chaud y ambos salieron del cine, caminando unos cuantos minutos en silencio hasta que salieron del centro comercial y llegaron al estacionamiento. Cuando estuvieron en frente del auto de Chaud, Froid se tiró a sus brazos, empinándose para abrazarlo por los hombros. Pasaron otro par de minutos así, en silencio, con el estacionamiento tan vacío que le resultaría terrorífico de no ser por la situación.

—No quiero sonar como un maldito —dijo Froid mientras se separaba, se plantó en frente de Chaud y lo miró al rostro—, pero realmente no lamento su pérdida en lo absoluto.

—"Lo siento, Chaud" —La mirada del castaño seguía perdida en algún lugar del suelo—, eso decía la nota que dejó —dijo, finalmente levantando la mirada y lo observó a los ojos cuando añadió—: Tal vez yo no até esa soga a su cuello, pero lo hizo por mi culpa.

—¿Q-qué...? ¿Cómo...? —Froid parpadeó con incredulidad— No vueles tan alto, compañero —respondió, con cierto grado de sarcasmo y acidez—. No hay una jodida manera en el mundo de que sea tu culpa, Chaud, ¿entiendes? —El rubio tomó el rostro de Chaud entre sus manos y lo acercó hasta que sus frentes estuvieron juntas y pudieron ver a través de los ojos del otro—. Tú no lo obligaste a hacerte lo que te hizo y, aunque ahora esté muerto, no es menos culpable. Él decidió acabar con su vida antes que buscarte y redimirse por todo el daño que te hizo.

—Pero yo hice que él me lastimara, Froid, ¿no lo ves? —Chaud se apartó con brusquedad y Froid vio las lágrimas en sus ojos— Mamá tiene razón...

—Chaud, ¿cuándo en la puta vida tus padres han tenido razón?

—La tienen ahora —susurró el castaño, las lágrimas finalmente escapando de sus ojos y cayendo por sus mejillas—. Yo hice que me lastimara, yo hice que mis papás se distancien, yo hice que todo en mi vida se destruyera y-

—Para, Chaud, para —rogó, sintiendo las lágrimas construyéndose en el fondo de su garganta también y acercándose de nuevo—. No puedes seguir así, necesitas... Necesitamos... —Se ahogó con sus propias palabras.

Chaud solo lo miró en silencio y frunció sus labios juntos.

—Solo vamos a casa —dijo depositando un beso en su cabello y rodeándolo para subirse al auto.

Más tarde, cuando Froid finalmente atravesó el umbral de su casa, se derrumbó en la entrada, empezando a llorar fuerte en los brazos de su confundida y preocupada madre, preguntándose porqué siempre las cosas malas le pasaban a las personas buenas.

Adversarios [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora