Chaud.
Las últimas dos semanas habían sido muy extrañas para Chaud, tan jodidamente extrañas que en este preciso momento estaba casi suspirando por la manera en la que Froid lucía en aquel suéter color azul cielo; estaba vergonzosamente desesperado por que Froid lo mirara a los ojos de nuevo para que pudiera perder el aliento por la forma en la que se producía un contraste entre sus ojos y el suéter.
—¿Por qué los perritos no tienen ombligo? —preguntó en voz alta Phoebe, interrumpiendo su ensoñación.
Los tres jóvenes estaban sentados en el patio trasero de la escuela, disfrutando de la suave brisa y el calor del sol. O al menos eso hacía la mayoría, menos Froid, quien no tenía intensiones de quitarse el suéter y tenía sus facciones permanentemente pintadas de molestia por cada que vez que el sol le deslumbró la vista.
—No sé, Phoebe, reprobé biología —respondió Froid, estirando las mangas de su suéter para terminar de cubrirse las manos. Chaud se preguntó si no estaba muriendo de calor.
—En realidad —intervino, volviendo su atención a Phoebe—, sí tienen ombligo, solo que es diferente al nuestro —respondió con una sonrisa—. Son mamíferos, eso significa que su mamá los alimentaba a través de un cordón umbilical.
—Desataste al nerd, Phoebe, no habrá quien lo calme ahora —bufó Froid y el castaño no pudo evitar reírse.
—Te gusta que sea un nerd, cállate.
—Me gusta que lo seas cuando estás detrás de mí en clase y en un examen —aclaró Froid.
Chaud rodó los ojos, listo para responder pero Phoebe se le adelantó: —Así que detrás de ti, ¿eh?
Cuando su mirada chocó con la de Phoebe de inmediato ambos estallaron en risas mientras veían a Froid sonrojarse y hacer una mueca de fastidio.
—Bueno, Phoebe —empezó el rubio después de que ambos recuperaran el aliento—, eso significa que todos tus intentos de mantenerme puro y sin traumas adolescentes han sido lanzados por el caño —comentó mientras se levantaba de la mesa y se ponía su mochila ante la expresión atónita de ambos—. Ah, y aún no hay un anillo aquí —añadió mostrando su dedo anular a su mejor amiga.
Ambos castaños lo observaron alejarse en silencio, hasta que Phoebe se giró hacia él, repentinamente seria.
—¿En serio ustedes...? —dejó la pregunta al aire.
—No —se apresuró Chaud a responder—, claro que no. Bromeamos todo el tiempo así.
Phoebe asintió lentamente mientras se mantenía pensativa, hasta que una sonrisa se deslizó por su bronceado rostro y se levantó de la silla con un saltito de repentina energía.
—Dios, los acabo de descubrir y ya mataría a cualquiera que se interponga —comentó—. Pero debes saber que Froid es mi pequeño y no puedes cogértelo si no piensas casarte y formar una bella y homosexual vida junto a su lado.
Chaud parpadeó estupefacto, pero no pudo preguntar nada al respecto porque Phoebe ya estaba corriendo hacia la misma dirección por donde Froid se había ido.
ESTÁS LEYENDO
Adversarios [EDITANDO]
Teen FictionChaud y Froid han sido enemigos desde que tienen memoria, siempre andan discutiendo y peleando, jamás han logrado mantener una conversación que no termine en insultos o en un castigo en la dirección. Los maestros, directivos y hasta el conserje, han...