Chaud.
Definitivamente Chaud había tenido razón al decir, tres horas atrás, que jugar con el contenedor de basura con rueditas por los pasillos de la escuela no era una buena idea, fue una lástima que Froid nunca lo escuchaba, y no fue ese día no fue la excepción.
—Limpia bien esa esquina, Price, practicaste durante meses para este momento —dijo el entrenador a sus espaldas, quien los estaba vigilando a ambos limpiar su propia oficina; parecía que por alguna razón personal lo estaba disfrutando más de lo debido.
Era un poco extraño que el entrenador tuviera su propia oficina, por lo general en su escuela todos los maestros compartían una sala de maestros en general, pero el entrenador Smith tenía su propia oficina, casi tan amplia como la del director. Aunque ya todos sospechaban que tenía algo que ver con éste último.
—¿No deberíamos solo estar en detención? —preguntó Froid desde el otro lado de la habitación, limpiando el escritorio de madera mientras Chaud barría el suelo.
—Creo que el entrenador está haciendo esto por razones muy personales —añadió él por lo bajo, pero no lo suficientemente bajo para que Smith lo escuchara.
Pero al ver que el entrenador no respondió nada, levantó su vista de la mugre en el suelo y vio al entrenador ocupado observando algo en el pasillo de afuera.
—Aguarden aquí —Les indicó antes de salir prácticamente corriendo del lugar.
Chaud observó a Froid y éste lo observó de vuelta con curiosidad. En menos de un segundo, ambos abandonaron sus tareas y se desplazaron hasta la puerta de la oficina para chismosear al respecto. La escena que pudieron ver, gracias a las puertas de vidrio del final del pasillo, los dejó a ambos con la boca abierta; el entrenador Smith estaba sosteniendo al director en sus brazos y acariciándole la espalda con suavidad al mismo tiempo que el director escondía su rostro en el cuello de Smith.
Ambos lo notaron de inmediato: no se trataba de un abrazo amistoso, se trataba de algo más y Chaud no supo cómo demonios reaccionar.
—¿Tú crees que...? —Le preguntó Froid en voz baja y ambos aún observando la escena a unos metros de distancia.
—Está casado —fue lo único que Chaud respondió—. Ha tenido una argolla de oro desde el primer momento que pisó esta escuela.
—Hace mucho que no se ve a su esposa por aquí, de todos modos —respondió el rubio con un encogimiento de hombros.
Chaud dejó escapar un suspiro mientras volvía a ingresar en la oficina y tomaba la escoba de vuelta.
—Siempre creí que solo eran bromas amistosas.
—Puede ser un gesto amistoso —dijo Froid, siguiendo su ejemplo.
—No es un gesto amistoso, Froid, obviamente —Chaud se giró hacia el rubio con una expresión incrédula.
—Tú y yo nos abrazamos así muchas veces —Froid enarcó ambas cejas en su dirección.
Entonces Chaud tuvo que darse media vuelta para evitar su mirada.
—Sí, claro —respondió simplemente.
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Adversarios [EDITANDO]
Teen FictionChaud y Froid han sido enemigos desde que tienen memoria, siempre andan discutiendo y peleando, jamás han logrado mantener una conversación que no termine en insultos o en un castigo en la dirección. Los maestros, directivos y hasta el conserje, han...