Chaud.
Aquella tarde, después de la escuela, Chaud y Froid habían buscado al entrenador Smith, ya que no se les había encargado tarea alguna, pero el entrenador simplemente los llevó a la oficina del director y los dejó allí para después cerrar la puerta y salir del lugar.
—¿Qué crees que guarda el director en estos cajones con llave? —Escuchó que Froid le preguntaba a sus espaldas. Se dio media vuelta para observarlo sentado en la silla del director, recostándose y dando vueltas.
—No lo sé, documentos del Área 51, supongo.
—O aún mejor, pruebas de que Kevin está enredándose con la profesora de Bilogía —Froid levantó ambas cejas mientras sonreía con picardía.
Chaud de inmediato hizo una mueca de asco.
—Esa señora tiene como sesenta años, Froid, qué desagradable —respondió mientras intentaba alejar las perturbadoras imágenes que atacaron su mente.
—Es la única explicación que hallo para que él haya pasado Bilogía y yo no —Se dejó caer en el respaldar de la silla con los brazos cruzados y un puchero en su rostro.
—Hmm —Chaud se acercó al escritorio con un dedo sobre su barbilla, fingiendo pensar—, yo puedo pensar en varias explicaciones —Alzó sus dedos para empezar a enumerar—: nunca haces las tareas, te quedaste dormido en la última evaluación, nunca te interesas en lo más mínimo por-
—Detente —Lo cortó—, ya entendí, ya entendí. ¡Pero Kevin tampoco hace nada en su clase!
—Pero al menos él sabe fingir respeto y admiración —Se encogió de hombros mientras se sentaba en una de las sillas delante del escritorio—. O ser un lamebotas excepcional.
Froid iba a responder algo cuando el director ingresó en la oficina y los observó a ambos mientras sonreía.
—¿Qué es esa extraña mueca en su rostro? —preguntó Froid mientras señalaba su sonrisa.
El director rodó los ojos mientras se dirigía a su silla, levantaba al rubio de allí y lo empujaba en la silla junto a Chaud, donde él mismo se sentó.
—Tengo buenas noticias para ustedes, muchachos —anunció de buen humor, sentándose.
—¿El entrenador y usted se van a casar y me adoptarán? —preguntó Froid a su lado.
—¿Ya no lavaremos baños nunca más? —inquirió Chaud.
—No —respondió el entrenador mirando extrañado a Froid y luego se giró hacia Chaud— y sí. Su castigo ha terminado, son libres como mariposas ahora.
—Mejor como palomas —dijo Froid.
—Bueno, son libres como palomas ahora —Se corrigió a sí mismo el director.
—Espere, ¿qué? —Chaud frunció si ceño con confusión— ¿Ya no estamos castigados?
—No —respondió el director, recostándose en su cómoda silla y observándolos—. No han causado ni un sólo problema durante este mes y medio, además de que debido a que Smith y yo hemos estado supervisándolos, nos dimos cuenta de que han empezado a llevarse mucho mejor. Lo cual significa que ya no necesitan venir más después de la escuela.
—¡Si! —Chaud se levantó de su silla, gritando con euforia. Levantó a Froid de su asiento y lo abrazó con fuerza, levantándolo del piso y comenzando a girar mientras gritaba más "¡si!".
El director los observaba con una expresión divertida.
—¿Entiendes eso, Froid? —preguntó, depositándolo en el piso otra vez para acunar su rostro en sus manos— ¡Ya no limpiaremos más caca ajena! —anunció para después reír y depositar un beso en la frente del rubio— ¡Vamos a celebrar a Malteadas Locas! —Se giró para tomar ambas mochilas del piso y despedirse del director.
—¿Qué? —preguntó Froid aún de pie en su lugar, con una expresión avergonzada y a la vez estupefacta.
—No preguntes, solo disfrútalo —Chaud lo tomó por la muñeca y despidiéndose una vez más del director, ambos chicos casi atravesaron la puerta de su oficina.
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Adversarios [EDITANDO]
Teen FictionChaud y Froid han sido enemigos desde que tienen memoria, siempre andan discutiendo y peleando, jamás han logrado mantener una conversación que no termine en insultos o en un castigo en la dirección. Los maestros, directivos y hasta el conserje, han...