Adversarios [EDITANDO]

Neardentales

Chaud.

Supo que todo iba mal en cuanto vio a Froid incómodo ante los murmullos que dos de sus compañeros de equipos se estaban dando uno al otro. Lo peor es que a ninguno parecía importarle estar siendo completamente obvio. Incluso señalaban a Froid y luego a Chaud en menos de cinco segundos.

Austin, el capitán del equipo, estaba haciendo una pequeña junta antes de comenzar a entrenar donde cada uno de los jugadores estaban aportando algo, a excepción de los dos chicos murmurando y Froid, que se veía más molesto que incómodo ahora.

Chaud sabía que faltaban segundos para que explotara.

Tres, dos, uno...

—¿Cuál es su jodido problema?

El pequeño debate se vio interrumpido ante la brusca pregunta del rubio. Todos los integrantes del equipo posaron su vista en Froid con una expresión confundida.

—¿De qué hablas? —preguntó uno de los chicos que Chaud reconoció como Luke.

—Que se la han pasado toda la puta hora cuchicheando como chismosos —Froid señaló a ambos chicos quienes sólo parecían divertidos con su reacción.

—A ver —Austin intervino—, ¿tienen algo que decirle a Froid, Sebastian y Luke? —preguntó.

Ambos negaron con la cabeza, pero sólo Sebastian respondió:

—No es nada, Froid, no actúes tan ofendido. A nadie aquí le gusta el drama y hay una razón por la que solo se aceptan chicos en este equipo.

Chaud hizo una mueca en cuanto vio a Froid observar al chico sin expresión alguna, pero aquel característico músculo en su mandíbula se marcó debido a la fuerza. Chaud conocía bien esa expresión por todas las veces que la había visto; era la expresión que indicaba que habías acabado de decir lo que él mismo consideraría la razón por la cual te empujaría por el borde de un edificio.

—¿Con cuánto neardental has convivido para que sigas haciendo ese tipo de comentarios en pleno siglo XXI? —inquirió Froid con acidez.

—Fue una broma —intervino Luke.

—No hay absolutamente nada gracioso en escuchar a un hombre utilizar a las mujeres para hacerse el payaso —respondió de inmediato—. Nos lo han dicho por décadas, pero parece que a algunos todavía les cuesta un poco entenderlo. 

—Ok, vamos a calmarnos todos —dijo Austin esta vez, parándose en medio de todos— y empecemos a jugar.

Cuando todos empezaron a dispersarse y Froid miró en su dirección, Chaud solo pudo sonreírle y pensar en cuan asombroso era.