Adversarios [EDITANDO]

Muy conveniente

Chaud.

Había dos cosas de las que Chaud estaba 110% seguro: mojaría sus pantalones si no encontraba el baño pronto y estaba ebrio. Bueno, quizá de la primera estaba un 120% seguro y de la segunda un 98%.

Se tambaleó por el pasillo, sosteniéndose de las paredes para evitar caer ya que sus pies se tropezaban por sí solos. Alcanzó a llegar a la puerta del baño sin irse de bruces antes y se apresuró a adentrarse en él. Una vez pudo descubrir cómo cerrar la puerta, caminó hasta el retrete y orinó allí. Soltó un suspiro de alivio en cuanto lo hizo y se dedicó a observar alrededor del baño.

Las cortinas de la ducha eran de un azul increíblemente llamativo, azul cielo, azul pastel, azul, azul, azul... 

Azul como los ojos de Froid.

Frunció el ceño ante su último pensamiento y se subió el cierre del pantalón. Se encaminó al lavabo para lavarse las manos mientras pensaba en lo ridículos que ambos eran. Se habían tardado más de dos meses construyendo una amistad que se habían negado por años y luego la habían terminado por una discusión de menos de dos minutos. ¿Acaso aquello era justo?

Chaud no podía hacer nada al respecto, no se consideraba a sí mismo una persona orgullosa, pero joder que Froid sí lo era. Ese enano... Lo que no tenía en altura lo tenía en orgullo.

La puerta siendo abierta sin previo aviso lo tuvo sobresaltándose y girando para observar a Zack; un compañero de su curso, entrando en el baño y cerrando la puerta detrás de él.

—Hola, Chaud —El pelirrojo lo saludó con una enorme sonrisa.

—Uh, hola, Zack —respondió un poco desorbitado. ¿Que no sabía tocar la puerta?

—Perdona por no tocar antes de entrar, es que no sabía que alguien estaba usando el baño.

Eh, ¿hola? La puerta estaba cerrada, genio.

—No importa, igual ya me estaba yendo —Le restó importancia con un ademán de su mano y se encaminó hacia la puerta, pero Zack le impidió el paso—. ¿Necesitas algo, Zack?

El pelirrojo lo analizó con sus orbes grises y curiosos, se acercó un paso más, invadiendo su espacio personal. El aire se atascó en su garganta cuando Zack se estiró más cerca y sus rostros quedaron a centímetros, su cuerpo parecía de piedra en ese instante.

—¿Los rumores son ciertos? —preguntó casi en un susurro el pelirrojo. Chaud pudo oler la cerveza en su aliento.

—Uh, ¿qué?

—¿Están Froid y tú en algo? —preguntó Zack— ¿Esa fachada de "enemigos" era para ocultarlo? ¿No se sentían listos para salir del closet?

Chaud se habría atragantado con su saliva si no tuviera la garganta seca en ese instante. ¿Estar en algo con Froid? ¿Qué demonios? ¿A quién se le había ocurrido esa descabellada y completamente fuera de lugar idea? ¿Cómo podrían Froid y él...? Ni siquiera era gay, ¿qué demonios? 

—¿Qué? No, por supuesto que no. ¿Por qué pensarían eso? No es-

—Oh, vamos, Chaud —Zack paseó su mano delicadamente por los hombros de Chaud hasta posarla en su nuca, donde acarició sus castaños cabellos—, sabes que estamos en todo nuestro derecho de pensar eso. Tú lo jodidamente acompañabas a todos los entrenamientos.

—Sólo le hacía el favor de llevarlo a su casa después.

—Estamos en el siglo XXI, existe algo llamado "autobús", ¿lo conoces? —Le preguntó con sarcasmo Zack.

Chaud bajó la mirada hacia sus zapatillas azules y frunció el ceño. ¿Era tan difícil creer en una amistad como la suya y la de Froid? Está bien, él no hacía las cosas que hacía con Froid con otros de sus amigos, pero era porque Froid era diferente; el rubio le inspiraba un tipo de confianza diferente a la que le inspiraban los demás. Tan sólo era eso.

O no.

—Igual, realmente no me interesa —Zack enrolló ambos brazos en su cuello, Chaud no sabía ni cómo reaccionar—, creo que puedo comprobar por mí mismo si te gustan los chicos o no.

—¿De qué estás-

Todo pasó tan rápido que Chaud estuvo a punto de sufrir un colapso mental; Zack besándolo, la puerta abriéndose de nuevo, Froid observando la escena con una expresión de asombro total, dando un paso atrás y desapareciendo del lugar tan rápido como apareció.

¿Que nadie sabía tocar antes de entrar?