Un consejero inusual pt.1

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Chaud.

Esta mañana había pasado lo que Chaud creía que nunca en la vida volvería a pasar: había tenido una fuerte discusión con Froid en plena clase de Historia.

Todo había sucedido cuando Maddie había hecho una pequeña broma sobre los judíos, y como Chaud no estaba realmente de humor para callarse, le pidió tan amablemente como pudo que cerrara la boca, lo cual ella hizo, pero Froid no. Por supuesto que Froid no: se había enfadado más que la morena, y más que cualquier otra persona presente, y le había respondido de manera tosca. Chaud tampoco agachó la cabeza, así que ambos empezaron a discutir realmente fuerte, desviándose totalmente del tema principal.

Al final, la profesora los había mandado a detención, pero el director había tenido que salir por una emergencia familiar, por lo que ahora estaban sentados frente al entrenador.

—¿Alguno quiere decirme lo que sucedió? —preguntó Smith, poniéndose cómodo en la silla de cuero detrás del escritorio de la oficina del director.

Chaud guardó silencio, posando su mirada en la ventana detrás del entrenador, aún procesando el hecho de que Froid hubiera preferido discutir con él a simplemente aceptar que el comentario de Maddie no había sido algo adecuado para el momento.

—¿Ninguno? —Volvió a preguntar.

—Sólo fue una pequeña discusión, no es como si no hubiera pasado antes —Escuchó que respondió Froid finalmente.

—No, Hughes, la cosa aquí es que ustedes están permanentemente en una delicada situación de convivencia, así que no hay "pequeñas discusiones" para ustedes —respondió Smith—. Ahora, me gustaría saber porqué han tirado por la borda todos estos meses de esfuerzo.

Chaud volvió su vista al entrenador para verlo jugueteando con un bolígrafo negro entre sus manos y mirándolo a él directamente.

—Realmente fue un desliz, no volverá a pasar —contestó con simpleza.

Smith lo observó con ojos analíticos por unos segundos, antes de pedirle a Froid que se retirara y les diera un poco de privacidad a ambos.

—Chaud —llamó el entrenador cuando Froid ya había salido. El castaño se sorprendió un poco ya que no era común que el entrenador los llamara por su nombre—. Háblame de lo que está pasando aquí.

—No está pasando nada.

—No me mientas en la cara —Smith frunció el ceño—. Dos semanas atrás ustedes no podían literalmente vivir el uno sin el otro, ahora parece que igual, pero que ninguno de los dos está haciendo algo al respecto.

—Discutimos —admitió finalmente, un dolor haciéndose presente en su pecho al verse obligado a recordar—. Pasó algo que lanzó nuestra amistad a la mierda y solo... —Se quedó callado, confundido entre sí decir la verdad o quizá distorsionarla un poco. Después de todo, podría ponerse un poco vergonzoso si terminaba hablando de su situación sentimental con su profesor.

Pero sorprendentemente, una expresión comprensiva se instaló de inmediato en el rostro del entrenador.

—Ustedes van por la vida pensando que todos los demás somos tan o más ciegos que ustedes —Le dijo después de unos segundos, una media sonrisa apareciendo en su rostro—, cuando realmente ya nadie puede ignorar al elefante en la habitación. Ni siquiera ustedes mismos.

El corazón se le aceleró con miedo en cuanto las palabras del entrenador tuvieron sentido en su confundido cerebro. De pronto se le hizo difícil tragar saliva.

Adversarios [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora