El comienzo del desastre

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Chaud.

Si a Chaud le preguntaban hace cuánto no pasaba un sábado tan deprimido como el que estaba teniendo aquel día, seguro respondería que hace meses.

Las cosas buenas que le pasaban en la vida siempre venían seguidas de unas el doble de malas, por eso temía cuando algo bueno le pasaba; como el que su tío y primos al fin se hubieran mudado de su casa. Había sido algo demasiado bueno como para que el universo no se lo cobrara.

¿Por qué había ido a esa puñetera fiesta? ¿Por qué no pudo quedarse en casa como siempre? ¿Por qué Grace lo había dejado beber tanto? ¿Por qué su vejiga era tan pequeña y no pudo aguantar un poco más para no tener que entrar a ese baño? ¿Por qué Zack tuvo que hacer eso? ¿Por qué Froid tuvo que verlos? ¿Por qué si quiera Froid había cambiado de opinión y decidido ir a la fiesta? ¿Por qué Froid se había alejado? ¿Por qué Froid no estaba hablándole por WhatsApp en este momento y haciéndolo reír con sus ocurrencias? ¿Por qué Froid no estaba escuchándolo y ayudándolo a sacarse este peso de encima?

Froid, Froid, Froid... Siempre era Froid, podría estar en el baño cagando y Froid siempre vendría a su mente. Podría estar en la ducha lavándose el ombligo y Froid siempre vendría a su mente. O aquella vez que estaba viendo una película de romance gay y, en la escena en la que ambos protagonistas tenían sexo por primera vez, había tenido una casi erección, y no justamente por la escena de la película, sino por la dirección que habían tomado sus pensamientos. Aún seguía confundido al respecto.

¿Qué tan raro era tener una erección por tu amigo?

Chaud no quería aceptarlo, pero hace tiempo ya que tenía una lucha interna con respecto a su orientación sexual. El tener que clasificarse en una categoría le daba un dolor de cabeza y más cuando se sentía lo suficientemente curioso como para creerse 100% heterosexual. De hecho, dudaba mucho que existiera alguien que lo fuese.

El verdadero problema aquí era que estaba demasiado asustado de experimentar, y ni siquiera por él mismo, sino por su familia. ¿Qué dirían sus padres? ¿Qué dirían sus abuelos? Joder, ¿qué diría su tío? Seguramente no lo dejaría en paz nunca.

El sonido de notificación de su celular lo hizo levantarse de su cama y caminar hasta la mesa de noche para tomarlo. Le fue imposible controlar su emoción cuando observó que era un mensaje de Froid. Iba a abrirlo, pero casi inmediatamente el molesto letrero de "este mensaje fue eliminado" apareció en su barra de notificaciones, seguido diez segundos después de: perdón, me equivoqué de chat.

Se quedó observando su teléfono con incredulidad por unos segundos, al final lo lanzó contra su cama y bufó tan alto como pudo.

—¿Qué mierda me pasa? —Se preguntó frustrado.

Adversarios [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora