La llamada

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Narra Violetta

-¿El jefe? – contesté alucinada.

-Si- habló Michael – es como la mano derecha de la presidenta, ¿entiendes?

-Sí, sé a lo que te refieres, pero no lo puedo creer.

-Yo si me lo creo- habló León – es una rata- dijo León con resentimiento.

No pude evitar mirarle y reírme de su expresión.

-¿Sabes dónde vive?- preguntó Fernando.

-Mmm... - murmuré – no.

Ahora que lo decía jamás había ido a la casa de Tomás y nos conocíamos de hace bastante tiempo. Aunque ya tengo la respuesta de por qué nunca me llevaba a su casa.

-¿Tienes algún plan Michael? – habló Linc.

Michael levantó la mirada de color azul hacía su hermano y se quedó mirándolo con intensidad. Tenía una mirada tan penetrante que no le hacía falta hablar, con sus ojos lo contaba todo. Nunca había visto unos ojos tan azules.

**

Estaba en mi habitación tratando de relajarme tocando el piano. Hoy no había nadie en mi casa. Ramallo y papa habían ido de viaje de negocios y Olga ya se había ido a su casa. Por lo que me pareció que podía poner a Michael, Linc y Fernando en el cuarto de invitados para que Michael se recupere del disparo. Ya mañana León y yo los llevaríamos a la casa abandonada. León hoy había ido a echar un vistazo para ver si estaba abandonada y había dado el visto bueno.

Cogí una bocanada de aire y empecé a cantar.

"Hay un sueño que late
Dentro de ti, dentro de ti
No te deja dormir
Se hace oír, se hace oír
Respiras y sigue ahí
Vive en ti, vive en ti

Nada podrá impedir
Que te libere al fin

Una llama en tus ojos renace
Todo el mundo la verá cuando arde
Una voz si se cree en lo que hace
No pares, no pares
No, no no te rindas jamás
Lo que sueñes se cumplirá
Confía en ti y lo lograras
Siempre Brillarás''

Alcé la vista y me encontré con Michael. Estaba apoyado mirando desde la puerta.

-Perdón – supuse que querían descansar y yo estaba haciendo ruido - ¿hice mucho ruido no?

-No – habló Michael – no se oye nada de la habitación, solo pasaba para ir al baño – hizo una pausa – cantas muy bien.

-Gracias – sonreí.

Se dio la vuelta para ir al baño y recordé que le tenía que decir algo.

-Espera – dije

Él se dio la vuelta y me volví a encontrar con aquella mirada azul cielo.

-Gracias por salvarme la vida – hablé.

-Es lo mínimo que podía hacer por haber usurpado tu casa – respondió.

Me reí.

-No en serio – le miré – gracias de verdad.

-De nada – me dedicó una sonrisa y se volteó para irse.

De verdad estaba agradecida de que me hubiese salvado la vida y por ello yo había salvado la suya, y no me arrepiento de ello, sino un hombre inocente habría muerto. Parece mentira que sean las buenas personas las que están en la cárcel y todas las malas que merecen estar dentro estén fuera. La vida es tan injusta con las personas que no se lo merecen.
Solté aire y luego cogí una bocanada, estaba un poco nerviosa. Sinceramente no sabía lo que planeaba Michael y su respuesta cada vez que le preguntó siempre es la misma... "mientras menos sepas, mejor".

Me senté en mi cama y agarré mi diario. Hacía un tiempo largo que no escribía en él. Habían pasado tantas cosas que casi ni había tenido tiempo de sentarme a escribir lo que me pasaba.

De repente entró una llamada a mi celular.

-Tomas- dije en alto - Michael - grité.

Michael vino corriendo desde la habitación de los invitados y paró en la puerta de mi cuarto.

-¿Que pasa? - dijo asustado.

-Es Tomás - le mostré mi celular.

-Cógelo - me dijo

Tragué saliva y cogí el celular

-¿Bueno? - hablé nerviosa. Tenía el manos libres.

-Hola Vilu - contestó - ¿cómo estás? Me enteré de lo de el atraco a tu casa.

-Estoy bien - intenté parecer normal.

-Por lo que vi en las noticias - hizo una pausa - solo entró en tu casa Bagwell

-Si - que se supiese el nombre del ladrón me hizo entender que había algo de verdad en toda la historia que Michael contó.

-¿No viste a ninguno más entonces? - siguió insistente.

-Por suerte no - miré a Michael y él me observaba serio.

-Bueno - parecía que ya iba a cortar la llamada - mañana voy a dar una vuelta por el estudio. Si no te importa quiero saber si te encuentras bien.

- Que detalle por tu parte - bufé. ¿Cuántas veces le he dicho que él me importa lo más mínimo?

-Además - continuó - sé que mañana hacen un pequeño show para la gente de Umix. Me gustaría verlo.

-Esta bien - contesté.

-Adiós Violetta, de verdad me alegra que estés bien.

-Gracias - corté el teléfono.

Miré a Michael y supe tenía un plan.

Leonetta, es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora