Narra Violetta
El día de hoy en el estudio transcurría bastante lento. León y yo hoy tuvimos una clase juntos, la de baile. León bailaba muy bien, se le notaba que se sentía a gusto mientras bailaba.
La verdad es que me puso bastante nerviosa que nos tocará una clase juntos, me dio mucha vergüenza que me viese bailar y no sé por qué. Intenté hacerlo lo mejor posible para que esta vez los profesores no perdieran la paciencia conmigo. No puedo ir todos los días despistada.
Olvidé a todos los que me miraban y dejé que a música me invadiera por completo. Sintiendo cada paso, iba al compás con la música y me sentía en el cielo. Me encantaba bailar, desde pequeñita me paraba frente a un espejo e imitaba a cualquier famoso que veía por la televisión.
Entonces la música se acabó y escuché unos aplausos de fondo, todavía no había vuelto a la realidad, todavía sentía que estaba bailando.
-Impresionante señorita Violetta- dijo el profesor sin dejar de aplaudir y mirándome intensamente por el reflejo de los espejos que había en la sala.
Sonreí satisfecha y respondí.
-Gracias- dije dándome la vuelta para mirarle, pero me encontré con los ojos de León.
Sonreía de oreja a oreja y estaba muy sorprendido. Me asintió con su cabeza dándome a entender que le había encantado y sonreí para mis adentros agachando la cabeza.
-Bueno señorita- empezó el profesor- ¿qué hace ahí parada? Regrese a su posición.
Me apresuré por llegar a mi sitio para que no se enfadara, Gregorio -el profesor- era muy estricto pero no ayudaba mucho, tenía un gran corazón y un amor enorme a su trabajo, pero a él no le gusta que lo digamos, prefiere hacerse el duro.
-Bueno chicos- dijo Gregorio- vamos a hacer por parejas un ejercicio. Dicho ejercicio tiene que ser totalmente una creación de ustedes, aunque si necesitan ayuda, se las puedo ofrecer- paro y nos fulminó con la mirada- pero no abusen de mi confianza- advirtió.
-Gregorio- dijo Francesca- las parejas, ¿las elige usted?
-Elijan ustedes, ya son grandes- justamente sonó el timbre y el profesor se fue.
Me encaminé al final de la clase para coger mis cosas y me topé con León. Él sonrió y yo hice lo mismo.
-Bailas genial Violetta, te felicito- dijo León.
-No tanto como tú- respondí con una sonrisa.
-Lamento discrepar a eso- me miró divertido.
-Lamento decirte que es verdad- le miré- asúmelo.
-Y bueno...- se agarró el pelo, lo hace siempre que está nervioso- ¿con quién te vas a poner de pareja para el ejercicio?
-Yo...- desvié la mirada de la suya, me había puesto nerviosa- no sé y ¿tú?
-Yo había pensado... si quieres- sonrió- que nos pongamos juntos.
-Me parece bien- acepté de inmediato.
Mostró una mirada triunfante y salimos por fin de la sala de baile. A ambos todavía nos quedaba una clase para acabar las clases por hoy. A mí me tocaba canto y a él creo que le tocaba guitarra, no estaba segura.
Estaba cambiándome de ropa, ya que la que tenía puesta era para baile. Salí del baño y me encontré a León en el pasillo hablando con una chica. No sé por qué, pero me escondí en una de las clases para espiarles. ‘‘¿A qué viene esa actitud Violetta?'' pensé para mí. Estaba demasiado intrigada como para irme a clase. No podía escuchar lo que decían ya que estaba muy lejos y no me quería acercar por si me veían. Solo estaban hablando. No me pareció extraño, así que decidí irme a clase, pero en ese momento me estampe con un chico.
-Perdóname- Maxi- ¿estás bien Violetta?
-No perdóname vos- dije ayudándole a recoger sus cosas.
-Está bien, gracias- dijo cuando le di sus pertenencias.
-Bueno, me tengo que ir, lo siento de nuevo- Maxi sonrió y yo le devolví la sonrisa.
Narra León.
Vi a Violetta chocarse con Maxi y eso me causó un dolor punzante en el estómago y en el pecho. Fue una sensación rara y no pude evitar echarle una mirada asesina a Maxi, del cual él me respondió frunciendo el ceño. Supuso que estaría loco, le había mirando así sin ninguna razón en concreto, apenas ni habíamos hablando.
Yo estaba en el pasillo esperando al profesor en el pasillo con una compañera de la clase de guitarra -Lara- no paraba de hablar. ¡Parecía un loro! Intenté parecer lo más amable posible, sonriendo e intentando seguirle la conversación.
-Siento el retraso chicos- menos mal, era el profesor.
-No pasa nada- sonreí y me dirigí a la clase.
-No, espere León- me giré para ver que problema había- ya va a sonar el timbre, así que no merece la pena que hoy hagamos la clase. De verdad siento el retraso, tuvo un asunto de suma urgencia.
-No pasa nada- dijo Lara.
Quedaban dos minutos para que sonase el timbre y decidí esperar a Violetta, para invitarla a tomar algo. Espero que aceptara. Me percaté de que Lara no se había ido, estaba a mi lado mirando a un punto fijo. ‘‘¿Qué está pensando está mirando para el conducto de ventilación?'' me dije a mi mismo mirándola raro. Dejé prestarle atención y miré a la puerta de la clase de Violetta. Ya había sonado el timbre y la vi saliendo, estaba hablando con Francesca.
-León...- dijo Lara, le miré y me besó.
Narra Violetta
Salía de clases, con la esperanza de que León estuviese esperándome en la salida. Estaba hablando con Francesca sobre el ejercicio que teníamos a realizar. Me despedí de ella y al mirar al frente vi a la chica con la que hablaba León antes de que yo me fuese a clase. Se estaban... ¡¡BESANDO!! Ahí en frente de todo el estudio. Se separaron y León volteó la cabeza hacía a mí. No pude contener las lágrimas y no quería que me viese así y lo único que se me ocurrió fue correr fuera de aquel lugar y así lo hice.
Llegué a la banca donde León y yo nos habíamos intercambiado nuestros números y me senté ahí sola... derramando miles de lágrimas. No sé por qué me sentía así, no podía evitar sentirme dolida y ¿traicionada? León y yo no somos nada... y creo que eso era lo que más dolor me causaba.
Narra León
Me separé bruscamente de Lara y volteé para ver si Violetta nos había visto. Mierda, nos había visto y lo peor es que salió corriendo.
-¿Qué haces Lara? Te volviste loca- dije casi gritando.
-León yo...-la interrumpí.
-León nada, no vuelvas a hacer eso- dije serio.
-Tú te lo pierdes- dijo ella marchándose, golpeando su pelo en mi cara.
Está loca definitivamente. Salí del estudio con la esperanza de encontrar a Violetta. Me dirigía a su casa para aclarar el malentendido y la vi sentada en la banca... en nuestra banca. Me acerqué a ella y tenía los ojos llorosos y rojos.
-Violetta...- ella se giró y me miró.
-Hola León- respondió naturalmente.
-Oye Violetta...- empecé- lo que viste en el pasillo, no es lo que parece. La chica con la que me viste era mi compañera de guitarra y me besó, pero ella y yo no somos n...
-Está bien León- dijo interrumpiéndome- tranquilo te creo. Aunque no tienes que explicarme nada. Tú y yo solo somos amigos.
Amigos... eso me dolió.
-Emm, si claro- dije sintiéndome estúpido.
-Bueno me tengo que ir a casa- dijo ella con un tono triste.
-Te acompaño- me levanté y ella asintió.
-Claro- sonrió sin ganas.