Acelgas (Maraton 2-3)

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Seguimos con la maratón !!

Narra Violetta

Estaba en la cocina esperándo a que León terminase de hablar con sus padres. Estaba muy entusiasmada porque se quedará a comer. Parecía una niña pequeña. Estaba sentada esperándole mientras recordaba nuestro abrazo. Sonreí como una estúpida mirando hacia el suelo y ni si quiera me percaté que León había entrado.

Apoyo su barbilla en mi hombro e intento mirar a donde yo miraba.

-Me asustaste León- dije. El corazón se me iba a salir del pecho.

-Perdona- dijo sonriente- es que quería ver que mirabas con esa sonrisa- carcajeó

-Que gracioso- dije irónicamente

Cogí la bandeja de jugos y de galletas dispuesta a subirla a mi habitación pero me paró, haciendo que dejara la bandeja.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- dijo serio.

-S..si- dije entrecortadamente. Estaba a punto de sufrir un infarto.

-¿Qué pensabas?- volví a respirar pesadamente

-No, nada importante- ‘’en que eres lo mejor que me ha pasado’’ dije para mí- ¿Vamos?- dije

-Si- seguía serio.

Cogí la bandeja y le guíe hasta mi cuarto.

-Esa es- señalando la puerta.

Me quitó la bandeja y dejó que abriese la puerta. Entramos y él colocó la bandeja encima de mi escritorio. Dejé mi mochila y mis cosas y me quité la chaqueta. ¿Qué calor hacia no? Eso o era el hecho de que León estuviese aquí conmigo.

Me giré hacia él y estaba mirando unos problemas de química que había dejado sobre la mesa. Me falta tres por resolver, se me había hecho tarde y los dejé ahí para hacerlo luego. Caminé hacía la cama y me senté a su lado.

-Yo también hago el colegio aparte del estudio- me dijo

-¿De verdad?-le dije

-Sí- sonrió-¿te faltan hacer estos ejercicios no?

-Si-cogí la libreta- pero los haré luego- me levanté para dejarla encima de la mesa pero León me cogió del brazo- ¿qué pasa?

-Hazlos ahora- dijo

-¿Por qué?-dije quejándome- ahora estas aquí y no quiero aburrirte.

-Tú nunca me aburres- dijo él

-Está bien- bufé

Me senté y empecé a leer el primer problema.

‘’En 250g de agua salada hay 30g de sal. Si la densidad del agua de mar es 1040 g/L, calcula: a)El tanto por ciento en masa b)La concentración en gramos/Litros.

‘’Fácil’’ me dije. No tardé nada en hacerlo. Con el segundo tampoco tuve problema. Estaba leyendo el último cuando sentí la respiración de León en mi cuello. Cogí aire costosamente y cerré los ojos fuertemente. León se dio cuenta de que no reaccionaba.

-¿No sabes hacerlo?- dijo mirándome

-No, no es eso- le miré- es que no me puedo concentrar si estás así de cerca- le dije sin más.

Entonces nuestras respiraciones se mezclaron y fuimos acercando nuestros rostros, hasta que nuestras narices se rozaron. Nos miramos por última vez y él puso su mano en mi mejilla, atrayéndome hacia él.

Narra León

Estaba muy cerca de Violetta. Nuestros labios estaban ya casi juntos hasta que de repente alguien abrió la puerta. Ese alguien hizo que nos separáramos bruscamente.

-¡A CENAAAAAAAAAAAAR VIOLETTA!- entró una señora bajita- dios mío-dijo mirándome

-Olga, no empieces por favor- dijo ella seria- solo somos amigos- otra vez con lo de amigos. Golpe bajo.

-Que mal genio tiene mi chiquitina-dijo de forma graciosa- un gusto conocerte-me miró

-Encantado, soy León- dije sonriente.

Violetta le levantó

-Bueno, ¿no íbamos a cenar?- dijo molesta- ¿qué hay de cenar Olguita?

-Acelgas- dijo indiferentemente, saliendo del cuarto.

Violetta puso muy mala cara.

-¿Qué pasa?- dije

-Nada, solo que no me gustan las acelgas.

Empecé a reírme a carcajadas y ella me miró con mala cara.

-No será para tanto- dije cariñosamente.

-Sí que lo es.

-Que no, ya lo verás- le ofrecí mi mano y ella sonrió.

Bajamos la escalera y fuimos a la cocina, donde nos sentamos en la mesa para comer todos juntos. Me senté y todos me observaron con cara triste.

-¿Pasa algo?- dije preocupado.

-No, León, es que donde te acabas de sentar es donde se sentaba mi mamá- ¿sentaba? Eso quiere decir que ya no está…

-Perdón- me levanté- yo no quería de verdad.

-No te preocupes- dijo ella- siéntate- palmeó la silla y la pegó a la suya.

-Con permiso- dije

Fue una noche espectacular. Me reí un montón con toda su familia y todos me trataron con mucho cariño. Estaba realmente agradecido.

-León- me dijo Germán- tienes que venir todos los días, eres la única persona que ha conseguido que Violetta se coma las acelgas- todos reímos menos Violetta

-¡PAPÁ!- dijo enfadada.

-Lo siento hija, es la verdad- sonrió. Bueno ya es un poco tarde, León debería irse ya.

-Sí- dije- es tarde. Muchas gracias por la cena.

Violetta me acompañó hasta la puerta y nos despedimos. Besé su mejilla y ella me sonrió.

-Hasta mañana Vilu- le dije

-Buenas noches León.

Leonetta, es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora