Narra Violetta
El tenedor encajó perfectamente en la cerradura, de echo me sorprendió. Me aleje un paso de la puerta y miré fijamente el tenedor en la cerradura. No podía ser tan fácil. ¿Por qué ese hombre iba a dejarme escapar así como así?. Hice girar el tenedor y abrí la puerta.
Salí por el pasillo hacia la otra puerta con el tenedor en mi mano, pero esta vez el tenedor no encajaba.-¿Me estás cargando?- hablé resignada.
En el pasillo no había nada literalmente. Estaba mi celda, un pasillo que seguía todo recto y al final de este otra puerta que no se a donde daba. Empecé a mirar a mi alrededor y no encontré nada por donde pudiese salir. Volví a mi celda y me senté con las manos en mi cabeza. La frustración se apoderó de mí y no me dejaba pensar con tranquilidad. ¿Qué narices iba a hacer yo ahora? La puerta de afuera tiene clave y el tenedor no me vale de nada porque no tiene cerradura.
Lo único que tenía para salir de allí era un tenedor, comida rancia y un papel con unos números estúpidos números sin sentido.-Espera- levanté la cabeza con los ojos como platos- los números.
Agarré la servilleta y salí de la celda hacia la puerta del final del pasillo. Puse los números tal cual me aparecieron en orden.
--2, 2, 4, 8, 5, 9, 6 y 1 - dije mientras ponía en la clave.
De repente se escuchó una alarma y todas las luces se apagaron. Se me cortó la respiración y corrí rápidamente hacia mi celda. Los números no son lo que yo pensaba y encima había hecho saltar la alarma. Seguramente sabrían que era yo y vendrían a por mí. Tenía que pensar algo rápido porque si no no saldría viva de allí.
-Tranquilízate Violetta, pensa.
De repente escuché la puerta del pasillo y me altere. Automáticamente me agaché y saqué la piedra que estaba suelta, no estaba segura de que el hueco fuera lo suficientemente grande para caber por ahí, pero ¿qué podía perder? Más perdería si me cogían aquellos psicópatas. Meti un pie por el hueco y encontré un sitio plano para apoyarme.
Pero fue demasiado tarde. Alcé la vista y vi un figura negra en la puerta de mi celda.
***
Narra Leon
No podía estar tranquilo sabiendo que Violetta estaba secuestrada con esos locos. Cada segundo que pasaba peor me sentía. El estómago me daba vueltas.
-Leon- entro Linc, supe reconocer la cara de preocupación
¿Qué pasa?-me levanté alterado de la camioneta.
-Michael no está.
-¿Dónde está?- pregunté confuso
-No lo sabemos- apareció Fernando- solo nos dejó esto.
Se acercó a mí y me entregó la nota.
Nos vemos a las 02:30 en el almacén abandonado que se encuentra a unos 3,4 kilómetros del Studio On Beat.
Si se os ocurra ir antes, porque saldría todo mal.
Sabed que si no estoy allí antes, tendréis que huir sin mi. No miréis atrás.
Michael.-¿Qué carajos? - pregunté asombrado.
-No sabemos nada León- respondió Linc - estamos tan sorprendidos como tú.
-Muchachos, sepan que nunca sabemos que es lo que piensa Michael- Fernando
-Tienes bastante razón- le correspondió Linc- el cerebro de mi hermano es brillante. Él siempre ira un paso por delante de todos. Aunque pienses que lleves ventaja siempre tiene un AS en la manga.
-¿Y qué pasa con Violetta?- hablé con resignación- no sabemos absolutamente nada de ella ni de su paradero.
Ambos se miraron y supe que sabían algo que yo no sabía.
-Creemos que donde ha ido Michael es a buscarla - hablo Linc
-¿Entonces sabe dónde está? - pregunté cómo loco
-No sabemos Leon- trató de calmarme.
-¿Y a donde iría entonces?- pregunté.
-No lo sé León, mi hermano no me dijo nada- volvió a responder Linc.
-Bueno, ¿qué hacemos entonces?
-Esperar a que se hagan las dos y media por supuesto- dijo Fernando.
-Esto me huele mal - dije mirando a los dos.
Si Michael sabía desde el principio donde estaba Violetta y no me lo había dicho, juro que lo mataría. No tiene sentido que desaparezca sabiendo que Violetta está por ahí.