Narra Violetta
Cuando el piso de desmoronó caí bajo él. Estaba colgada del suelo que no se había caído, pero tenía muy poco tiempo. El suelo se estaba cayendo a trozos y si no salía de ahí caería también. No sé en qué piso estábamos, pero tenía pinta de ser muy alto.
Escuché como Michael y aquel hombre peleaban. Este le impedía a Michael venir ayudarme.
Intenté hacer una flexión con mis brazos para subir pero no tenía la suficiente fuerza. Me arrepiento muchísimo de no haber sido buena alumna de educación física, en estos momentos eso ya me habría salvado y no seguiría colgada.
Cogí una bocanada de aire y lo volví a intentar con todas mis fuerzas.-No hay manera- la voz me quebró
Miré hacia la pared e intenté localizar un saliente con el que impulsarse con los pies para poder subir ayudándome además de los brazos. Miré hacia todos lados y todo estaba completamente liso o el hueco no era lo suficientemente grande para mis pies. ¿Por qué? ¿Por qué esto me está pasando a mi? Ya sé que no he sido la hija perfecta, ni amiga y mucho menos la novia pero nadie lo es. No he hecho nada lo suficientemente malo como para que vaya a morir de esta manera.
Sentía como mis brazos estaban cansados y ya me costaba muchísimo estar colgada ahí. Estoy segura de que Michael no iba a llegar a tiempo para agarrarme. Supongo que ya me estaba llegando la hora. Supongo que esto tendría que acabar así.
De pronto me llegaron miles de recuerdos a mi mente y cerré mis ojos. Los abrazos de papá, Olga gritándome que había pastel de carne, Ramallo mirándome con cara de desaprobación por todas las locuras que hago, Fran y Camila riéndose por cualquier pabada, León besándome con pasión...-Vamos Violetta- abrí mis ojos- no puedes acabar así. Si vas a morir que no sea en vano.
Esta vez, cogí una gran bocanada de aire y me armé de valor. Flexione mis brazos con mucha fuerza y patalee la superficie en donde estaba agarrada, llegando así arriba. Clavé mi codo en el suelo con mucha fuerza y subí mi otro brazo. Me temblaban ambos brazos y casi ya no tenía fuerza.
"Vamos, el último esfuerzo" pensé. No sé cómo lo hice, ni cómo pero conseguí subir. Cuando estaba en el bordillo no conseguí ponerme de pie, así que di vueltas como una croqueta acabando finalmente sentada. Cogí fuerzas y miré hacia Michael. El hombre estaba encima de él con las manos en su cuello, tratando de asfixiarlo. Automáticamente sin pensar me levanté y corri hacía él tirándome encima.
Ambos dimos vueltas en el suelo hasta que dimos con la pared. Michael recobró fuerza y se levantó. Me compuse rápidamente y vi aquella hombre a mi lado sacando un cuchillo. Abrí los ojos como platos y rode rápidamente hacia el lado contrario de la dirección del cuchillo. Este se le clavó en el piso, en una ranura y Michael aprovechó esa desventaja propinándole una patada en la cara.
Finalmente este quedó inconsciente y Michael me ofreció la mano para levantarme del piso.-Gracias - dije sin aliento
-Gracias a ti- me respondió- ¿cómo conseguiste subir?
-No lo sé - le confese
-Pensé que ibas a caer- me dijo
-Yo también- le contesté.
-Tenemos que irnos de aqui y ya - agarró mi mano y empezamos a correr.
Conseguimos llegar hasta la puerta y antes de salir Michael paró
-¿Qué pasa? - pregunté
-Vete hacia el almacén abandonado que está a una cuadra, ahora te alcanzó - me dijo
-¿Estas loco? - le miré sería - ¿quieres que te deje así solo?
-Tengo que conseguir las pruebas para salvar a mi hermano - habló
-Bueno, iré contigo - le contesté
-No - me miró con sus ojos intensamente. Miró su reloj - son las 2:21, Linc, León y Fernando tienen que estar allí a las 2:30.
-¿Cómo saben que estamos aquí? - dije desconcertada
-No lo saben, solo saben que tienen que estar allí a esa hora - le miré desconcertada
-¿Por qué? - pregunté
-Porque yo se los dije - sonrio
-¿Cómo sabías que... - hice una pausa - ¿Esto era parte de tu plan? - me miró con intensidad - Estar aquí secuestrada era parte del plan - hablé histérica.
-Algo así - arrugó el ceño y le propine una piña, aunque a él ni le dolió, le habría hecho como mucho cosquillas - supongo que me la merezco. Violetta escúchame, si sabía que no podía rescatarte jamás lo habría hecho. Se está agotado el tiempo, ve al almacén. Porque si llegas unos minutos tarde se irán
-Pero y ¿tu? - dije
-No te preocupes - me tranquilizó - voy a llegar, corre y no mires atrás
Le miré asustada y salí por la puerta hacia el almacén.