Dos cosas:
1.No quiero causarle traumas a nadie, asi que si eres muy chiquito no leas esto.
2. Le quería dedicar este capitulo a @friendstotheend. Espero que te guste y mil gracias por leer la novela. ❤
Narra Violetta
Después de que León me colocara el colgante, me rodeó con sus brazos y enterró su cabeza en mi cuello plantando miles de besos que hicieron que la piel se me erizara por completo. Me mordí el labio inferior para ahogar un suspiro y él se dio cuenta de ello. Cuando no pude aguantar más, cuando estaba a punto de explotar y morir de placer, me giré hacia él – que había parado de besarme el cuello- para atraer sus labios hacia los míos. Nunca me cansaba de besarle, no era como si fuese una rutina porque cada vez que nos besamos surge otro sentimiento que antes no había aparecido. Quería que él supiese todo lo que le amo y sobretodo quería agradecerle por estar siempre a mi lado, por contenerme. Él es mi mundo. Quería que el disfrutase y esta vez no se lo iba a quitar. Mi manos que se encontraban en su cuello bajaron suavemente por su pecho-tranzando la V perfectamente marcada- y deteniéndose unos segundos ahí para admirar los latidos de su corazón- fuertes y acelerados-. Seguidamente las seguí bajando pasando por su abdomen y luego se quedaron a ambos las dos de la cintura. Metí mis dos manos por dentro de su camisa y volví a recorrer el camino que hice para bajarlas. En ese momento sentí como todos sus músculos se tensaban ante ese contacto. León se alejó un paso.
-V-violetta- tartamudeó
Le miré en señal de que le estaba escuchando.
-¿Sabes lo que va a pasar a partir de ahora no?- me advirtió, tenía cara seria.
-Sí León- acorté el paso que él había hecho entre nosotros. Obvio que sabía que iba a pasar.
-¿Estás segura de lo que quieres hacer?- seguía serio.
Por un momento me entró el pánico. Qué pasaría si la cagaba, o si no le gustas… Miré a León fijamente a los ojos y después agaché la cabeza, tratando de tranquilizarme.
-Yo…- dije- s-s-sí- soné indecisa e intenté arreglarlo- estoy segura- le sonreí- s-solo si tu quieres- le miré seria nuevamente- yo no tengo ni idea de esto- me sonrojé.
-Yo tampoco- le miré algo asombrada. ¿Cómo alguien como él no tenía ni idea?- y no quiero hacerte daño- me acarició la mejilla
-Yo pensé que tú…
-Lo sé- me interrumpió- es lo que aparento, pero estamos al mismo nivel- me aseguró.
Me acerqué a él para besarle y en ese momento todos mis miedos desaparecieron, me sentía en el cielo y pareciera que nosotros fuésemos las dos únicas personas que estaban en el mundo. Él era mi mundo y yo no necesitaba nada más. Noté que León me separo cariñosamente y me miró.
-Ahora contéstame a la pregunta- dijo, captando toda mi atención- ¿estás segura de esto?
-Sí- dije sin ningún miedo.
-¿De verdad? No quiero lastimarte Violetta. Yo…
-No vas a lastimarme- respondí poniéndole un dedo en sus labios para interrumpirle.
Entonces no hicieron falta más palabras entre nosotros.
Narra León
Las palabras de Violetta no me tranquilizaron. Sabía que era su primera vez y no quería arruinarlo. No quería lastimarla. Cuando ella me dio la respuesta afirmativa, antes de acercarme a ella cogí una gran bocanada de aire y la besé. Empecé miedoso y muy inseguro. El beso primeramente fue suave- como si por primera vez se conociesen- luego el deseo fue en aumento y mi lengua pidió permiso para entrar en su boca. Ya que esta lo aceptó, comenzó una guerra. Mis manos- temblorosas muy temblorosas- acariciaban la cintura de la chica. Violetta bajó sus manos agarrando los bordes de mi camiseta y la empezó a subir lentamente, haciendo que todos los nervios de mi cuerpo despertaran, causando en mí una especia de corriente eléctrica. Al llegar la prenda de ropa a mi cuello tuve que soltar sus caderas para alzar los brazos y que Violetta se deshiciera de mi camiseta. Me picaban las manos cuando la solté. Cuando Violetta tiró a un lado mi camiseta me miró a los ojos, que estos fueron bajando lentamente admirando mi cuerpo. Me sonrojé por ello y agaché la cabeza.
-León- hizo que le mirara- te amo- sonreí.
-Yo más mi amor- me acerqué y la besé. Agarré su vestido y lo fui subiendo del mismo modo que ella lo había hecho conmigo- te amo más de lo que tú piensas- dije cuando le hube sacando el vestido íntegro. La pegué a mi cuando ya su prenda esta por los suelos y sentimos nuestras pieles desnudas. Yo aún tenía mis pantalones- eres hermosa le susurré al oído. Agachó la cabeza y se rió.
Al susurrarle aquello al oído, le mordí el lóbulo de la oreja y ella se estremeció por completo, haciendo que su escalofrió pasara por mi cuerpo también. Fui bajando y encontré un punto sensible, gimió cuando pasé mis labios por debajo de su oreja. Mis manos, que se encontraban en su cintura, subieron lentamente por su espalda encontrándose con el enganche de su sostén. Violetta pensó que se lo quitaría en ese momento y vacilé bajando mis manos nuevamente hasta su cintura.
-Tramposo- dijo en mis labios con una sonrisa.
-Está excitada- sonando pervertido.
Se separó de mí bruscamente con muy mala cara y alzó una ceja.
-No hablemos, que tú no te quedas atrás- me respondió
Me carcajeé y negué con la cabeza.
-Tú lo estás más- le dije
-No es verdad- me desafió
-A ¿no?- caminé hacia ella haciéndola retroceder y llegamos a una mesa- demuéstramelo- entonces la subí a la mesa y mi mano bajó a su feminidad. Ella se mordió el labio reprimiendo un gemido.
La amo, me dije a mí mismo. Quería que disfrutase por completo y que ella me lo dijera y eso es lo que iba a lograr. Jugueteé con mi mano dentro de su entrepierna, simplemente vacilándola y ella respondió automáticamente abriendo más su piernas rodeándolas de en mi cintura. Se arqueó de forma instintiva y sin ninguna vacilación más entré mi dedos dentro de ella.
-León- suspiró…
-¿Qué?- sonreí- ¿me lo vas a admitir?
-Para,para… - me pidió y eso fue lo que hice- me vas a matar de desesperación.
-¿Y a qué esperas?- dije invitándola a probarme.
-A nada…- se bajó de la mesa y quedó de pie en frente de mí- pero antes…- dejó de hablar y empujo de mi hasta chocar con una pared.
-¿Qué haces Violetta?- fruncí el ceño
-Yo no soy la única que quede en evidencia- no, no…
Demasiado tarde. Violetta me besó y mientras fue bajando sus manos a mí entrepierna. Despegó sus labios y ambos miramos hacia abajo cuando ella desabrochó el botón y me bajó la cremallera. Me miró y acto seguido metió su mano encima de mi bóxer y comenzó a masajear. Tenía razón, estaba igual o más excitado que ella. Me torturó por completo, masajeándome muy suavemente y apretando con intensidad.
-Vale- agarré su muñeca- tu ganas- me rendí y ella se rió.
Violetta bajó por completo mis pantalones y en menos de 5 minutos nos deshicimos del resto de las prendas. Tumbé a Violetta debajo de mí en el sofá y ambos nos besábamos, acariciando el uno al otro. Cuando ya el deseo nos consumió por completo, busqué mi lugar en sus muslos y la miré.
-Dime si te hago daño- dije preocupado.
-No lo harás- me dio seguridad.
Sin una palabra más entré en ella. Empezaron a salir lágrimas de sus ojos y me sentí tremendamente culpable.
-Violetta- susurré preocupado.
-Estoy bien- agarró mi mano y me besó.
El dolor se fue convirtiendo en placer a medida que pasaban los segundos, lo fui viendo en la cara de Violetta. Cuando ella por fin, hubo estado bien me dediqué a disfrutar nuevamente. Cuando ya no pudimos más, me dejé caer a un lado, saliendo de ella.
-Te amo León- me abrazó y colocó su cabeza en mi pecho.
-Yo más- besé su coronilla y finalmente se durmió- Feliz cumpleaños amor mío- dije.
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