Última de la maratón !!
Narra León.
Me desperté muy temprano. Casi no había podido dormir pensando en la maravillosa tarde que había pasado con Violetta. Todavía me sigo preguntando que hubiese pasado si la hubiera besado. ¿Por qué siempre nos tenían que interrumpir? Me levanté malhumorado por aquello y me vestí con unos jeans y una camisa blanca apretada. Me arreglé el jopo y salí disparado de mi habitación a desayunar-¡qué hambre tenía!- y lo mejor de todo es que olía a… ¡tortitas! El día empezaba muy bien a pesar del tema del beso de Violetta.
Salí de casa más temprano de lo normal, todavía eran las 7:30, quedaba media hora para que las clases del estudio comiencen. Pasé en frente de la casa de Violetta, ya que me quedaba de paso hacia el estudio y la vi por la ventana de su habitación. Sonreí como un tonto y me quedé embobado mirándola. Hoy tenía puesto un jean roto por la rodilla, una camisa azul de vuelo y llevaba el pelo suelto en ondas. Sin duda, esa era mi camisa favorita a partir de ahora, parecía una diosa.
Justamente ella miró por la ventana cuando yo me iba a hacia el estudio y me llamó.
-¡León!- gritó.
Me giré y vi a Violetta saludándome con una sonrisa enorme. Le correspondí a su saludo y me pidió que la esperase, ella ya iba a salir
Me senté en la cera, esperándola hasta que unas manos me taparon los ojos.
-¿Quién soy?- dijo la mujer más hermosa del mundo.
Quité sus manos de mi cara y las entrelacé con las mías. Me di la vuelta encontrándome con sus ojos.
-Buenos días hermosa- dije.
-Buenos días- dijo sonrojada.
-Me gusta el color de tus mejillas así- dije picarón
-¿Vamos al estudio?- dijo mordiéndose el labio.
-Sí- dije soltando una de sus manos, quedándome solo con una.
Narra Violetta
Caminamos hacia el estudio agarrados de la mano. Fue un paseo muy agradable, aunque desgraciadamente para mí algo corto. Nos sentamos en nuestra banca esperando a que se hiciera la hora para entrar al estudio. Todavía quedaban 15 minutos.
-Hoy saliste algo pronto de tu casa ¿no?- dije sin pensar.
-Sí.
-¿Se puede saber por qué?- le dije curiosa
-Tenía ganas de verte- me miró fijamente.
-A mí…- dije, casi ni se escuchó- ¿por qué?- me sonrojé.
-No lo sé- dijo sonriente- me gusta pasa tiempo contigo.
-A mi igual- respondí.
Nos quedamos callados un largo rato mirando hacia el horizonte. La banca estaba situada en lo alto de una montaña, donde se veía casi toda la ciudad. Alrededor había árboles y un lago. Estábamos sentados muy cerca. Él había colocado su brazo alrededor de mis hombros y yo sin pensarlo dos veces apoyé mi cabeza en su hombro. Escuchaba con atención los latidos de su corazón-eran música para mis oídos- él me miraba con atención. Yo no quería mirarle porque sabía que me iba a poner más nerviosa de lo que estaba.
Estaba tan cómoda ahí en su pecho que me olvidé del resto del mundo. Sentí que él, me beso la coronilla, suave y lentamente. Noté que apoyó su mejilla en mi cabeza y yo rodeé mis brazos en su cintura. Levantó su cabeza y volvió a mirar al frente. ¿Por qué hizo eso? ¿No le gustaba que estuviésemos así?
Levanté mi cabeza para mirarlo
-¿Qué pasa?- me dijo
-Nada- pensé un momento- es que como levantaste tu cabeza pensé que estabas incomodo.
Me negó con la cabeza.
-Nunca había estado tan a gusto en mi vida Violetta- me susurró al oído.
Sentía que el corazón me iba a explotar.
-Yo…- puso un dedo en mis labios.
-No digas nada- y volví a apoyar mi cabeza en su pecho.
Apartó mi pelo y no pude evitar mirarle de nuevo, miré sus labios… lo necesitaba y ahora. Levanté mi cabeza y me acerqué a sus labios con miedo. Él me observó y cerró sus ojos.
¿Qué creen que pasará? ¿Hay beso o no? Voten si quieren que la siga.