Ya era muy tarde y yo aún seguía despierta. No tenía mucha hambre, asi que no cené esa noche. Simplmente llegué, me pegué una ducha, me puse el pijama y me metí en la cama. Estaba tumbada en la cama pensando cualquier cosa, dando miles de vueltas a ver si al menos conciliaba el sueño. Pero finalmente me limite a mirar hacia arriba en la oscuridad, hasta que me entraran ganas de dormir. Estaba pensando en mi primer día de clases en el estudio. Todos los chicos del estudio son geniales, son muy talentosos y los profesores a pesar de que hoy no fue mi mejor día se portaron muy bien conmigo. Sonreí inconscientemente al recordar el encuentro con León.
''¿Violetta?'' su voz vino a mi mente, seguida de una imagen hermosa de su sonrisa.
Ya eran las 1:36 de la mañana, cuando por fin había conseguido dormirme. Pero el despertador no tardó en sonar.
Me encontraba caminando hacia al estudio cuando de repente vi a León sentado en la banca donde charlamos ayer y nos intercambiabamos nuestros números de teléfono. Sin pensarlo me acerqué a él para preguntarle si iba al estudio con intención de que fuesemos juntos. Al llegar a su lado, de nuevo sus ojos verdes intensos me aturdieron, me miro-mostrando una magnifica sonrisa- y se levantó de la banca.
-Hola hermosa- yo me sobresalté al escuchar lo que había dicho
-Hola- dije avergonzada
-Me encantas cuando te ruborizas, ¿sabías?- dijo él, sujentandome por el menton, haciendo que le mirase.
No supe decir más nada, me quedé mirándole a los ojos y luego a sus labios que se encontraban demasiado cerca de mi. Se percató de que yo le miraba los labios y se acercó más aún casi sin dejar un espacio entre nosotros. Rodeó mi cintura con sus brazos pegandome más a él y yo puse mis brazos en su nuca. Bajo su rostro increíblemente perfecto a mi y junto sus labios con los míos...
Entonces desperté.
Me levanté bruscamente de la cama con los ojos fuera de sus órbitas.
-¿Pero qué...- me dije a mi misma. No sabía que decir respecto a mi sueño.
Me pasé la mano por la frente-¿estaba sudando?- miré el reloj. Todavía quedaban unos minutos antes de que sonase la alarma. No tenía sentido que me durmiese otra vez, aunque quisiera no lo iba a conseguir, ese sueño me había dejado ... no sé ni como decirlo.
Me levanté y me dirigí al closet-estaba echo un desastre, cuando llegase por la tarde tendría que ordenarlo- me puse un short, ya que parecía que hoy iba a ser mucho calor y una camiseta de color azul claro. Me puse mis converse blancas y me dirigí al baño. Esta vez mi pelo estaba muchísimo mejor, me lo había planchado por la noche, asi que hoy solamente me tuve que peinar. Bajé a desayunar y me percaté de que no había nadie en casa, en la cocina sobre la mesa, había una nota.
''Violetta estoy en la empresa, hoy llegaré bastante tarde, Ramallo esta conmigo y Olga se tomó el día libre. Nos vemos a la noche, te quiero''
-Hoy almuerzo pizza- dije casi automáticamente para mi. Yo en la cocina era un verdadero desastre. Por suerte hacerme un tazón de leche con cereales no tenía ciencia.
Terminé de desayunar y subí arriba a buscar mi mochila con las cosas para el estudio. De por último, agarré las llaves y me encaminé hacia el estudio. Todavía eran las 7:40, asi que caminé lento disfrutando del paseo, mientras recordaba aquel sueño.
''León acercándome a él, yo rodeando su cuello, él aplastando mis labios con los suyos, su ojos verdes mirándome fijamente...''
Sentía un montón de sensaciones, pero ninguna era de asco. Todas me hacían sentir bien.
Mi paseo se vio interrumpido cuando me percaté de que alguien me estaba siguiendo, me giré un par de veces para ver si estaba en lo cierto, pero no conseguía verle. Giré en la esquina como para despistarlo y de repente paso delante mía.
-Tomás, ¿qué haces?- dije molesta.
-Violetta, yo...- tartamudeó.
-¿A qué estas jugando?- pusé mala cara- ¿al acosador?
-No digas tonterías Violetta- dijo nervioso
-Como quieras- rodé los ojos- me tengo que ir, deja de seguirme.
Me eché a casi a correr, solo para que me dejara en paz.
-¿A dónde vas?- me alcanzó
-Al estudio- dije- y voy a llegar tarde por tu culpa.
-¿Hacemos algo juntos luego?- soltó de repente
-Tomás...- le miré- no, ya sabes lo que pienso
-¿Por qué no me das una oportunidad?- dijo esperanzado
-No puedo y no sería justo para los dos.
-¿Por qué?
-Porque no quiero ilusionarte con algo que no va a pasar jamás-fui demasiado directa- perdona Tomás, no quiero hacerte daño. Ya se que ahora te esta doliendo pero ilusionarte será peor-él no respondía- adiós Tomas.
Tomás por fin se fue y en embriagada por mis pensamientos me estampé con alguien. Me caí al suelo y me raspé el brazo. Miré algo molesta a la persona.
-¿Esto se va a convertir en una costumbre?- dijo León riendo
Reí y se dio cuenta de que me estaba mirando el brazo ensangrentado. Inmediantamente se levantó y se acercó a mí.
-¿Estás bien?- sonó preocupado- te sangra el brazo.
-Si- dije yo- no es nada.
Me levanté torpemente y él me ayudo. Acto seguido, sacó un pañuelo de su mochila y lo sostuvo sobre mi herida.
-León...-comencé- estoy bien, no es para tanto.
-Shh, calla y dejate cuidar- sonrió divertido.
Me sonrojé y bajé la cabeza. Apretó el pañuelo contra mi herida y solté un gemido.
-Perdón- separó el pañuelo de la herida- ¿te hice daño?
-No, no, no te preocupes- me miró y me quedé atrapada en su profundo color verde
León tampoco me paraba de mirar hasta que nos interrumpieron.
-Me encanta-¿Tomás?- entonces tú eres la razón por la cual Violetta no me da una opotunidad, ¿no?- miró a León de arriba abajo.
-Tomás, ¿qué haces?- me había seguido de nuevo- te volviste loco.
-Ya veo que ibas al estudio- dijo con muy mal tono- encima de mentirosa- gritó.
-Es que vamos a ir al estudio- León- me tropecé con Violetta y ella se cayó.
-Ah...- fue lo único que logró decir Tomás.
No dije nada más y me fui corriendo, estaba harta de que Tomás se metiera en mi vida. Frené el paso cuando de repente alguien me cogio por el brazo- el brazo de la herida-
-¡Ay!- dije
-Perdón- dijo León poniendose las manos en la boca.
-Perdón debería decirte yo León- empecé- por hacerte pasar un mal momento.
-No pasa nada- sonrio con amargura- ¿era tu novio?
-No...- bufé, no quería hablarle de eso al chico guapo- tenemos que ir al estudio. Vamos a llegar tarde.
Asintió y nos fuimos.
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