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ESPECIAL 10k
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OMNISCIENTE

La luz se hace presente en el lugar apuntando directamente hacia el rostro del castaño, quien frunciendo el ceño, comienza a abrir sus párpados levemente provocando que sus iris chocolate chocaran con aquellos rayos de luz.

El delgado cuerpo del muchacho se endereza para poder troncarse sus músculos, para así, poder levantarse de su cama no sin antes verificar si alguien estaba ahí, a lo cual agradeció porque no era así,

Entró al baño y se vio en el espejo. Millones de marcas violáceas recalcaban su piel levemente morena haciéndole fruncir los labios.

Se sentía asqueado.

Se dirigió hacia la regadera para que así pudiese tomarse una ducha y se encontró con la supuestamente agradable sorpresa de que habían unos billetes mal acomodados cerca de donde se encontraba el jabón.

Tomó los billetes de mala gana y tomó escaleras abajo para dirigirse a la cocina, sin siquiera fijarse o importarse si traía ropa para que por lo menos le cubriesen los genitales,

El olor dulce de desayuno infestó sus fosas nasales dando a entender que su amigo estaba cocinando, pues era el único que sabía hacerlo de forma experta ya que apenas él y podía preparar dos o tres platillos.

Los pasos del castaño resonaron en los oídos del ojiverde haciéndole sonreír levemente, pues le agradaba la compañía del contrario aunque a veces fuera un poco molesta en la noche si saben a lo que me refiero.

—Hola Ty... —se dio la vuelta e hizo una cara de disgusto cuando vio a su amigo completamente desnudo para nuevamente voltear a ver lo que estaba preparando. —Por Dios, cúbrete. —rodó los ojos molesto. —Estoy cocinando, ¿qué no ves?

—Ten. —se escuchó su mano resonar fuertemente contra la mesa del comedor. —Es lo del mes.

Dallon se dio la vuelta y se encontró con gran cantidad de billetes de cantidades grandes haciéndole abrir los ojos. Suspiró casi de inmediato al recordar que alguien había salido del hogar hace apenas unas horas, provocándole un sentimiento de disgusto.

—¿Qué dijimos de cantidades grandes?

—Al menos no tendrás que esperar al siguiente mes. —se cruzó de brazos.

—Sabes que no hablo de eso.

A Dallon no le disgustaba el hecho de que su amigo cogiera con quien se le dé la gana, lo que le disgustaba era el hecho de que le pagasen demostrando el hecho de que era una puta, cosa que a Tyler le afectaba mucho que los demás pensaran aquello.

—Solamente tómalo.

—Tyler...

—¡Tómalo! —exclamó enojado. —¡Es más de lo que necesitamos!

—Quiero que entiendas esto...

—¿¡Si tanto te afecta el dinero entonces dámelo!? —volvió a exclamar, sí que estaba alterado. —¡Te traeré lo demás hasta dentro de un mes o más!

—¡Cálmate, Dios! —exclamó dirigiéndose a su amigo. —¿Ocupaste condón?

—¿Qué? —preguntó más calmado, pero aún así igual de confundido. —No me voy a embarazar si eso es lo que te preocupa.

—Volveré a hacerte la pregunta, ¿de acuerdo? —respiró profundo. —¿Ocupaste condón?

La tensión se podía sentir en el aire, el castaño podía sentir las gotas de sudor recorrer su piel desnuda al tener la mirada penetrante de Dallon encima, que al parecer, era una mirada que no quitaría nunca.

—N-No lo sé... —tragó saliva nervioso. —No recuerdo nada...

—Debes dejar eso, y ya. —habló firme.

—Solamente necesito una raya...

—¿Y el trabajo? ¿Qué pasa ahí? ¿Te siguen tratando mal?

—No importa, Dallon... —bajó la mirada. —Ellos no impor...

—¡Pues a mí me importa, Tyler! —exclamó interrumpiendo al castaño. —Odio que te traten como una basura.

—Ya se les pasará.

—¿Estás seguro de eso? ¿En verdad lo estás? —arqueó una ceja. —¿Crees que se les pasará como en estos largos meses? No soy idiota, Tyler, sé que han estado haciendo lo mismo desde la última vez que fui a visitarte a tu trabajo.

—Tú no debiste de estar ahí. —tragó saliva.

Ese día, el local supuestamente estaba cerrado ya que en la bodega se encontraba un Tyler dándole una mamada a uno de sus compañeros y masturbando al otro a duras penas; lo habían amenazado y las lágrimas en sus ojos lo delataban.

Dallon había ido al local, y como tenía copia de la llave ya que a veces a Tyler se le olvidaba la suya decidió abrir y se encontró con aquella sorpresa que le estrujó el corazón a más no poder.

Ver a tu amigo así, sería como sentir un balazo en tu pecho que nunca esperaste ver o siquiera sentir.

Dallon había dado muchas advertencias, tanto para su amigo como para las otras dos personas que trabajaban ahí, pero simplemente ninguno de los tres entendía y nada más pasaban por algo sus advertencias.

—Solamente tráeme otra raya... —suplicó Tyler mientras respiraba profundo, se sentía ansioso más no lo demostraba.

Tal vez, Tyler estaba mucho más drogado de la mente que cuando ingería drogas en sí, tal vez ya simplemente se había acostumbrado a su destino.

Porque eso era, un simple destino ya que ni siquiera pudo evitar todo lo malo que le había pasado en Ohio en el momento en el que se mudó con Dallon.

—Son las diez de la mañana, Tyler. —habló aún algo molesto, pero demostraba que estaba tranquilo. —Vamos a desayunar, ¿de acuerdo?

—No. —sin embrago, el castaño seguía siendo un terco como siempre. —Dame algo y ya desayuno contigo.

—Tyler, por favor...

—¡Simplemente dame algo rápido! —exclamó. —¡Una tacha! ¡Un porro! ¡Hasta la misma heroína! ¡Lo que sea pero dame algo!

—¡Yo no pienso desayunar con un drogadicto!

Tyler cerró la boca de inmediato al escuchar como lo había llamado su amigo, sí, Tyler estaba consciente de que se drogaba pero nunca se consideró un adicto.

—Yo no soy un adicto.

—Eso es exactamente lo que diría uno.

El castaño sentía algo amargo en su pecho, ¿en realidad lo había llamado así? ¿Con qué derecho lo había hecho?

Se dirigió escaleras arriba de manera rápida, para que así nuevamente bajara de estas mismas pero con ropa ya puesta.

Dallon sonrió pensando que su amigo por fin desayunaría con él como siempre quiso, sin embargo, Tyler simplemente tomó el dinero que había dejado en la mesa del comedor anteriormente, pero antes de que siquiera despegara su mano de la mesa, el ojiverde la había tomado con fuerza.

—Solamente ve tu jodido brazo. —comenzó a señalar todas las marcas de piquetes que tenía en su piel ya casi pálida. —Quiero que...

—Suéltame. —se zafó con fuerza, interrumpiendo lo que le iba a decir su supuesta amistad.

El castaño guardó los billetes y salió de aquella casa con el único propósito de conseguir droga, su cuerpo se lo pedía, y si Dallon no lo hacía entonces él lo haría.

Tal vez ese podría ser su pequeño trato, tal vez si es que seguía soportando mucho.



Cap dedicado a Twentyonepelotudos

Drugs, Money and Sex || Tysh ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora