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OMNISCIENTE

El sonido de la gente hablar resonaba en esas paredes llena de vitrales, las sonrisas más que presentes en el lugar, los vestidos reluciendo en las curvas de las mujeres así como los trajes en la anatomía de los varones.

La decoración más que hermosa aunque la mayoría fueran flores, en su mayoría rosas, claro, la típica flor.

Todos andaban esperando porque tal ceremonia esperaban, pero al parecer eso iba a tomar aún más tiempo, pues ni siquiera estaban los que eran el soporto para quienes unirían sus vidas en tal día.

—Joder, ¿dónde está? —preguntó con nervios un pelo marrón mientras mantenía su celular pegado a su oreja. —¡Mierda! —y así lanzó el celular hacia el sillón que se encontraba ahí.

Ryan se fue hacia otro sillón que se encontraba ahí y suspiró con fuerza mientras sus ojos se comenzaban a aguar por lo enojado y decepcionado que se sentía en ese instante.

Tres golpeteos en la puerta fue lo que le sacaron de su trance mientras escuchaba una débil voz preguntándole si podía pasar, tan débil salió que ni siquiera identificó de quién provenía tal.

—P-Pasa... —se limpió sus pequeñas lágrimas y en seguida aparecieron tres cuerpos masculinos frente de él. —¿Q-Qué pasa? —preguntó sin siquiera mirarlos a los ojos.

—Ya debemos salir... —le habló el decolorado con voz tranquila. —Ya pasaron treinta minutos desde que debimos de haber iniciado.

—E-Está bien. —sorbió su nariz.

—Hey, tranquilo. —se hincó frente a él el de piel pálida. —Todo estará bien, ¿de acuerdo?

—S-Sí, entiendo. —mordió su labio, aún no podía calmar sus lágrimas por completo.

—Vente, Ryan. —habló un castaño. —Por cierto, ¿y Tyler? ¿Qué acaso ya está a...?

El más pequeño de todos comenzó a soltar sollozos causando que sus amigos lo abrazaran con fuerza al ver cómo es que su pequeño cuerpo temblaba.

—Ryan... ay no. —dijo Gerard mientras acariciaba sus finos cabellos.

—No llores, hey, no lo hagas, por favor no. —abrazaba con fuerza Jesse.

—Dios Ryan, no llores mi amigo. —Dallon le quitaba las lágrimas con delicadeza.

Le era inevitable no llorar de coraje en ese instante; el mejor día de su vida... y no estaría presente la persona que más le ayudó en todo.

Sus amigos le siguieron consolando por buen rato hasta que ya después Ryan soltó una tierna risa provocando que sus amigos lo soltaran pudiendo ver una sonrisa perfecta en aquel rostro.

—Vamos. —se levantó del sillón dejando a sus amigos medio confundidos. —Tenemos que ir a una boda, ¿recuerdan?

Y así, el más joven se dirigió fuera del cuarto siendo perseguidos por sus padrinos, pero claro, no sin antes quejarse del hecho de que Tyler no se había presentado a la boda.

Que hijo de puta era.

Los tres amigos se incorporaron en sus lugares sacándoles algunas miradas confundidas a los padrinos de Brendon, y por supuesto, al First Man del de cabello azabache.

Josh estaba a punto de cuestionarse miles de cosas hasta que las puertas de la iglesia se abrieron dando a conocer a dos chicos con sus respectivos padres así caminando hacia el altar.

Y la boda había comenzado.

El padre había estado dando la ceremonia normal, pudiendo llamar la atención de todos los que se encontraban ahí viendo a la pareja ser próximamente unida.

Drugs, Money and Sex || Tysh ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora