Echo | BNHA |

VI.

...

— Ojiro-kun, Echo-san—Habló la invisible. Ambos aludidos miraron hacia donde habían unos guantes flotando —. ¡Me quitaré esto para ir en serio!

— ¡Ahora, empecemos el segundo encuentro de entrenamiento interno!—Proclamó All-Might a los cuatro vientos.

— Sensei... ¿No es un poco injusto que sean impares?—Inquirió una jovencita rana —. El grupo de los héroes son dos, en cambio los villanos son tres...

— ¡No te preocupes, joven!— Exclamó, recibiendo la atención de todos— Ha sido calculado así ya que Shoji puede contar como otra persona más debido a su particularidad. Están bien equilibrados.

— Ah...—Suspiró Uraraka con emoción. Juntó sus manos, expectante de lo que fuera a presenciar— ¡Ya quiero ver a Echo utilizar su poder!

— También quiero verlo...—Admitió Tenya.

— ¿Sabéis cuál es? —Preguntaron la mayoría de los compañeros. Tanto el de gafas como la de gravedad, asintieron levemente— ¡Qué envidia!

— Parece tan calmada que me cuesta verla peleando...—Murmuró una chica de cabello corto y negro, con orejas alargadas.

— No se puede menospreciar a los contrincantes, chicos—Avisó Momo. Ella también estaba pendiente de lo que verían.

Detrás de la pantalla, y en las pieles de los rumoreados villanos, estaba Echo.

Sus otros aliados se mantenían a sus costados, entretanto ella aguardaba justo al frente la llegada de sus contrincantes.

Fortaleció el nudo de sus muñecas del lazo que tenía enrollado en ellas, y que aguantaban unas campanillas que caían en un pequeño hilo fino.

Tanto los que batallaban como los que admiraban, esperaron con enorme expectación el primer movimiento.

Y vino sin previo aviso.

Bajo un súbito y rápido movimiento, los que actuaban como los enemigos se quedaron literalmente petrificados cuando notaron, de una manera súbita alarmante, una gran masa de hielo incrustándose en sus cuerpos.

Todos habían quedado atrapados.

Los ojos grisáceos de la lilácea observaron sin moverse el frío pico que había aprisionado su pierna izquierda. Movió sus dedos como unas pequeñas olas, cuando subió la mirada al ver a alguien apareciendo por la habitación.

Era un chico con el cabello de una mitad rojiza, y la otra albina. Caminaba hacia ellos con una sonrisa arrogante.