XLII.

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...

Al ver a los monstruos creados por su enemigo saliendo de la nada, Toshinori se preparó para cualquier cosa. Alterado al acordarse de quiénes estaban allí con él, rápidamente llevó su atención a los dos jóvenes que esperaban a su lado para asegurarse de que seguían a salvo. 

Echo se acercó con preocupación a Bakugō una vez lo vio escupir una especie de masa negra inusual. A los segundos de poder adivinar de qué se trataba, le dedicó una mirada de último momento a Toshi, quien, simplemente, fijaba sus ojos en ella con fiereza.

Mordiéndose el labio sintió su interior también regirse por una sensación extraña. Y en poco tiempo, se encontró a ella también escupiendo aquella horrible sustancia. 

— All Might...

Ante la débil voz de la muchacha el aludido observó con inquietud y agitación a sus alumnos en tal estado. Corrió a cogerlos, a abrazarlos a ambos y salvarlos de esa situación tan desafortunada, pero...

Lo único que pasó, fue que tanto Katsuki como Fujioka, se desvanecieron antes de que el héroe pudiera si quiera tocarlos.

— ¡No! —Gritó el ojiazul. Atormentado por no haberlos conseguido atrapar a tiempo, llevó su atención igual de aturdido hacia el villano de cabello rizado. El causante.

Éste también estaba comenzando a marcharse.

No esperó, se fue directo hacia el chico de las manos para dirigirse hacia donde se los habían llevado, para traerlos de vuelta. No obstante, un Noumu lo golpeó para evitar que se acercara a él.

De esa forma, Tomura y los demás villanos desaparecieron de la vista de los profesionales.

~~ ~~ ~~ ~~

...


El cuerpo de la ojigris notó la fría superficie al revivir de esa mancha negra en la que se había convertido anteriormente. Desorientada, sus dedos sintieron el suelo y su mentón fue levantándose para poder hallar una pista de su paradero.

Tosió repetidas veces y examinó el entorno en el que se hallaba, oscuro, húmedo y resquebrajado. Un perfecto lugar abandonado. Siguió su inspección a su costado para garantizar que el chico de las explosiones, estaba bien. Casi al instante, recibió también la mirada del contrario.

Con el ceño fruncido éste mismo examinó el polvo que llevaba en su camisa blanca ya que ambos estaban, bastante magullados por la pelea anterior. Su mandíbula se tensó al notar el gesto serio de Echo.

No obstante, cuando la mirada gris de la muchacha cambió yendo más allá para ponerla en frente, cada partícula de su sistema se congeló.

Sus extremidades comenzaron a temblar, y su mano empezó a desgarrarse por lo tiesa que se había quedado al ver lo que había sólo a dos metros delante de ella. Sin poder moverse, permaneció de cuclillas. 

Tampoco tenía la intención de mover un músculo. 

— Ha pasado tiempo, pajarito.

Su mandíbula se tensó.

Sus ojos volvían a ver aquella sombra. Una sombra que prácticamente había detestado desde la primera vez que la conoció; Oscura, trajeada, y con un artilugio en la cabeza que evitaba de cualquier manera que su rostro fuera revelado. 

La misma muerte, que le daba la bienvenida una vez más. 

Bakugō miró por un momento a la del sonido al verla pálida, quieta como una estatua. Era fácil discernir el miedo y el odio en sus expresiones al observar a ese hombre, lo que a él, lo inquietaba. Nunca la había visto tan aterrorizada. 

Echo | BNHA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora