Echo | BNHA |

XXXI.

...

Sin ni siquiera darse cuenta, había llegado golpeando la puerta con brutalidad hasta que el megane, corrió hacia ella con miedo en el cuerpo.

Sobre todo, al verla así.

Ella se tiró en sus brazos cuando estuvo más cerca, temblando y con la respiración agitada. No obstante, de lo único que se había dado cuenta el hombre, era de que sus ojos no le estaban prestando atención a él.

Ni a nada. Parecía aturdida.

— Echo...—Musitó con dulzura. Puso delicadamente sus manos en sus mejillas, alzándole la mirada para que lo viera a los ojos; Tenía el rostro mojado de la lluvia y de las lágrimas— ¿Qué ha pasado? Por favor...Háblame. 

— Él...— Tragó en seco. Quería con todas sus fuerzas que las palabras salieran, pero le era imposible. Su respiración estaba demasiado agitada— Chisaki...

Sin esperarlo ni un segundo Jiro buscó alguna forma de calmarla. Estaba tan inquieto y preocupado al verla respirar de esa forma, que pensaba que en cualquier momento se desmayaría. 

Fue a tocarla de nuevo, pero ella se apartó de repente.

— ¡No!

— Echo...— Musitó con pena. La chica negó con la cabeza, haciendo extraños movimientos entretanto se ponía de pie. 

— Tú lo conoces— Su voz había sonado bastante afilada, como un punzón que se incrustó en el cuerpo del hombre—. ¡Tú lo sabías todo! 

El azabache tragó en seco. 

— No, yo...Puedo explicarlo— Dijo. Se acercó a Fujioka, creando una mueca al ver que retrocedía— Déjame explicártelo. 

— ¿Explicarme el qué? ¿Por qué razón conocía a Shigaraki?— Enfatizó con ironía. A Jiro se le desfiguró la cara— ¿Que tú y el hombre que me boicoteó en el festival sois amigos? No, mejor...Que estabas demasiado tranquilo a pesar de que Kai, acaba de ensuciarme con la sangre de otra persona. ¡No sé ni por dónde empezar!

Deseaba no desconfiar de él. Desde que vio a Satoshi en su casa, supo que algo iba mal y que su tío estaba metido en algún lío del que ella desconocía por completo. 

Y había estado evitando esos sentimientos, sí. Los había escondido en lo más profundo de su interior, intentando no pensar mal de la única persona que había estado para ella toda su vida. Con la única persona que se sentía segura y protegida; Esas emociones y ese instinto que le decían que Jiro, estaba ocultando algo muy grande. 

Pero ahora, no podía más. Esa imagen de Kai explotando a esa persona lo había desencadenado todo. 

El familiar agarró una bocanada de aire para tranquilizarse a sí mismo. Por justamente, tener en frente la situación que había querido evitar todos los días. Hizo el amago de aproximarse a su sobrina, sonriendo meramente al ver que esta vez sí que le dejó acercarse. 

— Tienes razón— Habló. Echo se mordió el labio, todavía empapada—. Te he estado ocultando muchas cosas, pero todo ha sido por tu bien. 

— No quiero más mentiras, por favor...

Se quedó en silencio, rumiando en sus palabras. Asintió en un suspiro y tras apartarla de él, la de ojos grises siguió con la vista lo que hacía. 

Agarró su móvil, y marcó un número.

— Satoshi, necesito que vengas. 

La pelilila aguantó el aire. Comenzó con un tic en sus manos buscando con la mirada qué podría hacer; Seguía estando con un gran desazón en su cuerpo por la sangre que le escurría en el cuerpo.