Echo | BNHA |

LIX.

...

— ¿Está mal sentirme así?

— Tener rencor hacia más de una persona es más normal de lo que crees— La muchacha hizo un mohín—. Por más que seas compasiva, los humanos también tenemos esa vena de odio. 

— Hacerle eso a una niña... ¿Por qué la gente piensa que puede hacer lo que quiera con la vida de los demás?— Murmuraba con tirria. El simple hecho de pensar que estuviese pasando lo mismo que ella, le daban ganas de acabarlo todo.

Incluso su nombre se había quedado grabado en su nublosa y perturbada consciencia, cosa que usualmente no ocurría jamás; Eri. 

— La sacaré de ahí, no dejaré que Chisaki le ponga otra mano encima. 

— ¿Y qué harás después? 

— Puedo... Puedo adoptarla, ¿Verdad?— Dejó salir un bufido. Caminaba por la habitación, pensativa y nerviosa. El azabache sólo la seguía con sus ojos—. Siempre he querido tener una hermana. Seré lo que ella necesite. 

— Te estás viniendo arriba, Echo. No eres superwoman para encargarte tanto de tu familia como de esa niña— Recitó.

— Hablando de eso, ahora no hay ni una sola duda de que él ha sido quien los ha cogido. No tengo pruebas, pero mi sentido arácnido me lo dice.  

— ¿Y qué piensas hacer, hm?— La voz de Dabi hizo que Fujioka mordiera sus uñas. Estaba detrás de ella, sentado en su cama como si nada— No tienes a nadie a quien puedas acudir en este tema. 

— ¡Me da igual!— El muchacho pareció sorprendido por su grito, ya que muy pocas veces elevaba la voz o se mostraba tan molesta como en ese momento— ¡Es mi familia! No pienso quedarme de brazos cruzados, haré lo que tenga que hacer. 

Aunque sea sola. 

Siguió con sus uñas, intentando buscar una salida a todo aquello que incluyera a la infante sana y salva; Podía ser demasiado, pero no iba a dejarla sola. Había experimentado en carne propia lo que eso significaba y no lo quería para esa pobre chica. Sabía que los héroes le habían dicho que ellos se encargaban de su bienestar, pero sus remordimientos hacían eco si ella misma no hacía algo.

Le disgustó desde pequeña Overhaul, pero ahora lo aborrecía. 

— Si me lo pides por favor, puede que me plantee ayudarte— Se levantó del colchón y acortó la distancia entre ambos, mirándola con seriedad. Él agarró la mano de la joven para que dejara de morderse—.  De todas formas, no puedes hacer tanto por tu mano. 

— No necesito tu ayuda, luego las consecuencias pueden ser mayores.

Dabi la observó con mesura.

— Ah, piensas que luego te pediré algo a cambio— La ojigris se zafó de su agarre para no sentir su tacto, recogiéndose luego su cabello hacia un lado—. Haces bien en desconfiar. 

— Eres un villano, y aunque siga aquí algún día yo voy a ser una heroína— Dijo. Suspiró con cansancio, pero lo encaró más todavía—. No puedo pedirte ayuda, eso iría en contra de mi moral. 

— ¿Es más importante tu moral o tu familia? 

Calló al instante. Aquella palabra le había dado un pequeño golpe emocional donde realmente, lo rumió con profundidad.