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Sus manos, decoradas con diversas y ya cicatrizadas heridas en sus dedos, tocaban delicadamente el rostro de la dulce y tan apacible pequeña. Agarrando esta vez sus palmas, las besó para apaciguar la rojez de estas.
— Echo, te dije que no tocaras la cocina si no estaba un adulto presente.
— Sólo quería apagar el fuego...—Murmuró la niña, sin ninguna pista de importancia hacia ese hecho— Olía a quemado.
— Cariño...—Suspiró la mujer. Agarró a la pelilila de cabello corto y caminó por el tatami— ¿Sabes lo que tenemos verdad? ¿Qué es lo que siempre te digo?
Fujioka se acurrucó en ella, moviendo la cabeza.
— Que no puedo acercarme a las cosas peligrosas...
— ¿Y qué más?
— Que tengo que tener cuidado porque mamá y yo no sentimos ese peligro— Su tierna voz provocó que la mujer sonriera con alegría—. Sí...Siempre me lo dices.
Volvió a recargarla para estar más cómoda nada más la infante de ocho años puso morritos. Ambas, con el mismo color de cabello, chocaron las cabezas.
La adulta suspiró.
— ¿Y entonces por qué lo haces, eh?—Echo movió su frente ante esa pregunta.
— No lo sé, mami...
— Eso es porque esta revoltosa no puede quedarse quieta y hacer lo que le piden—Un hombre rubio apareció por la sala, acercándose a ellas junto a otro de cabello azabache—. En eso se parece a ti, Hiriko.
— Habló— Se burló la de ojos negros. Satoshi esbozó una sonrisa acariciando a las dos sus mejillas—. Sólo espero que no coja el gusto por la pelea y la adrenalina como tú.
Ojeó a Echo con mesura y falsa inquisición al ver sus manos rojas, símbolo de que ya se había hecho daño. Ella sonrió con inocencia como si no hubiera hecho nada.
Ante su actitud, bufó.
— Creo que ya es tarde para eso...
— Mi sobrina es más inteligente, ¿Verdad que sí?—Expuso Jiro haciendo reír a la chica. El de cabello rubio lo fulminó con la mirada.
— ¡Sí!—Respondió Fujioka rápidamente.
— Así me gusta—A pesar de que Satoshi puso los ojos en blanco y agarró a su hija para ponerla encima de sus hombros, el megane siguió hablándole—. Sigue sin parecerte a él y cuando seas mayor no te enamores de alguien tan gruñón.
Sus manitas tocaron su liláceo cabello. No sabía muy bien de qué hablaban, pero se divertía con su padre dándole vueltas tan lejos del suelo.
Por el contrario, acercó la mano a su madre para que ésta la agarrara y así, fuera caminando junto a ella también. La otra, la llevó a su tío para tenerlos a uno a cada lado.
Jiro hizo un puchero.
— ¡Es tan lindaaaa!
— Tu tío tiene razón— Alegó Hiriko. Su marido la observó de soslayo, dolido, pero ella lo hacía precisamente para molestarle—. Si alguna vez quieres a alguien, que sea tranquilo y tenga buen corazón. Todo lo contrario a él.
— Eso ha sido cruel.
— O ninguno— Sonrió el azabache.
— ¿Por qué le decís esas cosas a papá? Él es bueno— Inquirió, haciendo sonreír a todos, Sobre todo al aludido—. ¿De quién me puedo enamorar?
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Echo | BNHA |
FanfictionCuando un fuerte y atronador eco atraviesa cada por de tu piel...Lo único que puedes hacer, es seguir con tu meta hasta lograr tu sueño...Y tus recuerdos. Pasara lo que pasara, y se encontrase a quien se encontrase. [Portada creada por @RocioMogollo...