Cuando un fuerte y atronador eco atraviesa cada por de tu piel...Lo único que puedes hacer, es seguir con tu meta hasta lograr tu sueño...Y tus recuerdos.
Pasara lo que pasara, y se encontrase a quien se encontrase.
[Portada creada por @RocioMogollo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Echo
— ¿Qué tal todo, Echo? Creo recordar que has entrado en la academia que tanto querías.
— Sí...Lo logré.
— ¿Tienes amigos?— Me preguntó ella. Asentí adecuadamente, tocando la planta que había en la mesita de al lado— ¿Cómo son?
— Buenos, amables...— Respondí— No me esperaba que fueran así de simpáticos. Es bonito tener a esa clase de gente a tu lado.
— Me lo imagino...— Sonrió—¿Te gustan, entonces?
La observé brevemente antes de contestar; Obviamente que atesoraba que estuvieran conmigo.
— Claro que sí— Acabé respondiendo.
Hizo un gesto con la cabeza y apuntó algo en su pequeño bloc de notas.
Como cada semana, me hallaba conversando con mi psicóloga en un empeño de intentar profundizar en mi desorientada mente.
Pero no sabía si alguna vez podía resultar efecto.
— Y dime...— Me señaló la pierna, la cual la tenía agarrada con una de mis manos— He visto que está vendada, ¿Te has vuelto a hacer una herida?
— Es una más— Me encogí de hombros—. Tengo muchas, tampoco es que importe cuántas líneas me quedan en el cuerpo.
— Sí que importa, Echo. No puedes seguir dejándote marcada tantas veces...Ya llevas muchas cicatrices.
— No me refería a eso precisamente...— Dije en un suspiro. Ella me miró con intriga— Estoy procurando ir con más cuidado de ahora en adelante.
Con una sonrisa llamativa, me asintió.
— Me alegra oír eso— Contestó.
Le sonreí de vuelta, con un gesto de agradecimiento.
Se posicionó un poco más cerca de mí, pero sin dejar de estar frente a mis ojos en su típico sillón marrón.
— Y dime...Hablemos de cosas más importantes, ¿Has recordado ya algo sobre tus padres?
Me mordí el labio, y suspiré con desasosiego.
— No, la verdad es que no—Musité. Entorné los ojos, y puse mi mirada hacia la ventana de mi izquierda—. Jiro me cuenta varias cosas, pero no logro recrear memorias de ello.
Adoraba al megane, de verdad que lo hacía. Pero necesitaba conocer algo más de mi familia, reconocer sus caras y que significasen algo para mí cada vez que las veía en mi escritorio.
Por más que yo ansiara saber sobre ellos, por más que mi tío me contase lo que hacíamos cuando yo era pequeña o viera las imágenes de mis padres una y otra vez...