XXVII.

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Pov Echo

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Pov Echo


Sonreí con entusiasmo por donde iba. Ese callejón húmedo y frío no daba buena espina, pero yo estaba deseando llegar a donde la dirección me indicaba.

Izuku y Uraraka junto a los demás estaban haciendo sus prácticas con los profesionales en otra ciudad, así que a mí me tocaba mover ficha también.

Me sorprendió que al final una agencia me prestara atención. Tenía el pensamiento de que creerían de mí que era una renegada o algo parecido, pero por suerte...Alguien vio que tenía potencial.

Estoy segura de que pueden enseñarme muchas cosas.

Examiné mi entorno por las personas que tanto me miraban, sin cambiar mi ademán indiferente y manso a medida que seguía mi caminar.

Cuando llegué al bloque y me acerqué a la puerta metálica cerrada, esbocé una sonrisa al tocar dos veces.

Esperé sólo unos segundos a que me abrieran. Frente a mí, se presentó un hombre de una edad algo mayor, con barba, de gafas y con un cigarro en la boca. Tenía un gesto como si algo le divirtiera.

— ¿Tú eres Fujioka, verdad? —Asentí, ojeándole. Me sonrió algo arrogante— Bienvenida, te estaban esperando.

¿Se refiere a los héroes?

— Perdona por si suena grosero, pero... ¿Eres mi tutor o el asistente?

— Soy un socio, más bien—Esclareció. Me adentré, alzando una ceja por extrañarme al ver un bar dentro.

Me aferré a mis pertenencias.

Esto huele mal. No me gusta la sensación que tengo.

Me giré hacia él, sonriéndole como agradecimiento aún de que en mi interior, estaba más que suspicaz.

Ahí fue, cuando me di cuenta de que había puesto el pestillo a la puerta.

Volví a depositar mi mirada hacia adelante, sin levantar sospechas y siguiendo con mi tranquilidad.

Pero esa calma, cambió totalmente cuando me percaté  de quién había detrás de la barra. Ese ser de sombra, mirándome. Como un acto reflejo, solté la mochila hasta que cayó al suelo.

— Hemos estado esperándote, Fujioka Echo.

Maldita sea.

Me volteé a mis espaldas con mi palma en auge, decidida a darle un golpe en la barbilla al hombre del cigarro. Vi al completo su rostro nervioso, pero paré en seco cuando la nube negra de ese villano cambió la dirección de mi ataque.

Mi cuerpo había sido retenido, no podía moverme.

— Será mejor que te mantengas en calma, no quiero atarte— Murmuró el mismo—. Aquí estás a salvo, no te haremos nada.

Echo | BNHA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora