Echo | BNHA |

XLIII.

...

Echo se mordió el labio mientras agarraba una fuerte y desazonada bocanada de aire al verlos desaparecer. Pero con de igual manera, con el descanso de saber que Katsuki estaba bien. Tomura mantenía su agarre en su brazo, observando apático su alrededor, con un dedo en alza para no desintegrarla. 

Otros héroes y heroínas también habían aparecido por allí, sin embargo...

No lograrían realmente lo que querían. Nadie lo haría; Algo sería recuperado, pero en compensación, otra cosa les sería arrebatado. 

— ¡Joven Fujioka!—La muchacha ojeó al rubio que peleaba con el villano, agobiada— ¡Márchate de aquí en cuanto puedas!  

— Ya me encargaré yo de eso. 

Sus párpados se abrieron a lo grande al ver a un grupo de gente aparecer por detrás de la heroína gigante. Y un alivio instantáneo llegó a cada partícula al presenciar el rostro de su tío y su padre liderándolos. 

La mafia estaba allí. 

El albino se arrascó el cuello con el nerviosismo maniático típico de él. Que estuvieran ahí, significaba que podían poner en peligro su plan. Lo que acababa de conseguir, y no iba a dejar que eso sucediera. Por mucho que no se pudiera apreciar su rostro debido a la mano que le cubría, Echo discernía su estado emocional. 

No le daba buena espina. 

— No te preocupes, estamos aquí— Dijo Satoshi al ver el poco brillo en los ojos de su niña. El color gris claro que tanto le gustaba había desaparecido. 

Se mordió el labio. 

— Ella no se irá a ninguna parte— Gruñó Shigaraki. El rubio frunció el ceño. 

— Me has tocado demasiado las narices este tiempo, si no te mato es por respeto a mi hija— Se acercó con cautela hacia ellos, procurando que la batalla entre los más poderosos no le tocase—. Así que apártate si no quieres que te fría la cabeza. 

La mirada del villano se oscureció. 

Soltó a la muchacha y dio pasos hacia los mafiosos, totalmente dispuesto a ser el primero que atacaba para terminar. Toga sujetó a Fujioka de los brazos al darse cuenta que ésta se disponía a ir continuamente a retenerlo. 

Echo se giró hacia ella, impertérrita. 

— Suéltame. 

— ¡Lo siento, Echo-chan! — Sonrió con un rubor. La aprisionó con más fuerza— ¡Pero son órdenes!

Haciendo una mueca, a continuación instaló sus manos en los codos de la rubia. Hizo profundo su agarre, y haciendo impulso con su espalda, la tiró de un golpe al suelo. Utilizando ese pequeño tiempo de más mientras la villana estaba en la superficie, corrió hacia Tomura para que no llegara su familia. 

— ¡Basta!— Su grito consiguió llamar la atención del albino, quien miró el agarre que propinaba en su hombro— Como les hagas algo, Toshi...No dudaré en hacer lo que tenga que hacer. 

El albino cerró ligeramente los párpados ante la fría mirada de la chica. Ella la oscureció todavía más. 

— Y si eso significa pelear contra ti, lo haré.

— ¡Apártate de él, Echo!— Tomura mantuvo su mirada en ella, cavilando con ligeros murmuros incordiados. Jiro frunció el ceño al ver que no le hacía caso— ¡Te hará daño!