LVI.

4.8K 568 366
                                    



...


— Debemos de hacer algo con ella.

Chisaki se quedó pensativo, con sus piernas separadas la una de la otra y con sus manos agarradas en el sofá de su recinto secreto. Las paredes blancas y sin nada acompañándolas era lo más decorativo que podía aguantar su trastorno obsesivo compulsivo. 

Pensaba que Echo había muerto, o que estaba indispuesta de alguna forma porque pese a los intentos de búsqueda del líder, nunca hallaban nada que indicase que seguía respirando. No creyó que la liga de los villanos dejarían viva a alguien como ella.

Pero allí estuvo, frente a él... Perfectamente de pie. Y con una mirada, que gritaba estar sospechando de sus actos. 

Había dejado en estado de coma a su tío y a su padre, como agradecimiento de todo lo que hicieron junto al antiguo líder. No era como si estuvieran muertos, ni tampoco vivos. Más bien... En el limbo. Hasta le parecía sorprendente estar dudando en si dejar a la chica vivir porque, en realidad, podía servir de mucha ayuda con respecto a su plan.

Y su enfermedad podría ser incluso más útil y utilizable que la de Eri.

Ella no sentía dolor, no iba ni a inmutarse; Podía usarla tantas veces como quisiera hasta dar con la mayor cura para dejarlos a todos sin singularidad. Para limpiar el mundo de esa falsa convicción.

Pero... Era demasiado arriesgado dejarla vivir.

— Debemos de deshacernos de Echo.

— ¿Estás seguro? —Preguntó Chronostasis. El moreno alzó la mirada— Esta misma mañana hemos hablado con el líder de la liga, sería un mal paso dañarla. 

— Esa niña es la ilegítima sucesora de la mafia, si decide indagar en el tema de la desaparición de sus tutores tendremos problemas. 

— No parece demasiado dispuesta a hacernos frente.

Chisaki pensaba todo lo contrario.

— Sólo la matas y ya, ¿No? Fin del problema— Habló un ser muy pequeño— No es como si fuera importante. Si puede ocasionarnos algún obstáculo será mejor quitarla del medio antes de que haga nada.

Chisaki se tocó la barbilla y luego levantó de su asiento, frívolo. Sin sentimiento observó a la niña que permanecía al lado de su compañero Kurono. 

Eri, cuya expresión se hallaba contrariada por todo lo que había estado escuchando. 

No conocía a la chica que mencionaban, pero no quería que nadie más sufriera. No deseaba que ella sufriera por culpa de Overhaul. 

No más muertes. 

— Sé dónde vive, voy a buscarla. Es rápida, pero dudo que vea venir nada de esto— Indicó, moviéndose para caminar por el pasillo—. Vosotros quedaros aquí y vigilad a Eri. 

— ¿Y la liga?

— Esa gente sólo piensa en Echo como una victoria contra esos que se hacen llamar héroes, la realidad es que no hay nadie que se preocupe por ella— Aferró sus guantes a sus manos—. Está sola. 

Con su familia toda desaparecida, podría tener el control absoluto.

Tranquilamente sus pasos hacían un vago eco en ese escurridizo pasadizo. Salió de su escondite, donde éste mismo se encontraba debajo de la casa de la mafia y donde la mayoría vivía o incitaban los planes que su mente pudiera tener.

Echo | BNHA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora