Cuando un fuerte y atronador eco atraviesa cada por de tu piel...Lo único que puedes hacer, es seguir con tu meta hasta lograr tu sueño...Y tus recuerdos.
Pasara lo que pasara, y se encontrase a quien se encontrase.
[Portada creada por @RocioMogollo...
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Pov Echo
— ¿Qué tal estos días, chicos?
— ¡Lo mismo de siempre!— Exclamó Midoriya, sonriente. Iida se colocó bien las gafas y asintió, mirándonos a nosotras dos.
— ¿Echo-chan?— Preguntó Uraraka, ojeándome. La observé mientras comía— ¿Qué has hecho tú?
— Me he ido de vacaciones al caribe.
Los tres se me quedaron mirando con la boca abierta. Suspiré con una suave sonrisa.
— Es broma...
Bufaron a la vez.
— No sabía que podías hacer bromas— Murmuró la morena, riéndose.
— Eso es cruel, ¿Sabes?— Musité. Los presentes, por alguna razón, rieron al verme refunfuñar con mi arroz en la boca.
— ¡Bromeo, bromeo!— Exclamó la de gravedad, sonriéndome. Repentinamente, abrió los ojos al recordar algo— ¡Ah! Una chica de nuestra clase me ha pedido tu número de teléfono, así que le dije que te lo iba a preguntar...
— No sabía que serías popular tan pronto, Fujioka-san—Expuso el megane, entre serio y sorprendido.
— ¡Y parece que entre las chicas!— Comentó nuestra compañera.
— Todos se llevan bien, así que es normal...—Sonrió el de verde— Echo-san es una persona amable.
Me encogí de hombros ante los abrumadores comentarios de Tenya e Izuku. Les dediqué una pequeña mueca como agradecimiento, y luego ojeé a mi compañera con una ceja alzada, curiosa por lo que había mencionado.
— ¿Qué chica?
— La que se sienta a tu lado...No sabía si hubiese hecho bien en entregárselo, ¡Así que luego hablas con ella!
Asintiendo, hice el máximo esfuerzo por recordar su nombre.
Era la de cabello negro con la que hice los abdominales, y sabía que su nombre comenzaba con la letra M.
¿Momia?
No... Seguro que ese no es su nombre.
— No sé qué estés pensando, Echo-san— Susurró Izuku, con una sonrisa nerviosa al verme mirar hacia el techo—. Pero tenemos que ir ya a clase, ¿Vamos?
— Fujioka-san, Aizawa-sensei nos castigará si llegamos tarde, ¡Venga!—Apremiándome de todas las maneras posibles, opté por hacerles caso y, rápidamente, me acerqué a ellos para ir caminando hacia el aula.
La tenía justo al lado, por lo que le preguntaría cuando tuviera oportunidad.
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