L.

5.7K 687 989
                                    


...


Inquietos, esperaron pacientemente en la cafetería que ella había indicado; Su favorita, cerca de la casa de Midoriya. Una con un aspecto algo victoriano y con unos asientos cómodos y marrones. 

Sus ojos buscaban por todas partes que fuera a aparecer, pero debían de mantener la calma y la precaución para no levantar sospechas. Nadie podía saber que ella había salido, y mucho menos que la prensa se acabase dando cuenta.

Por lo que debían de ser cauteloso.

Los golpes del calzado de Katsuki los ponían más nerviosos, si fuera posible. Sin embargo, cuando por la entrada vieron a una muchacha de cabello lila, vestida con una sudadera negra y unos pantalones tejanos, sus rostros cambiaron al momento. 

Entre el olor a bebidas, café y postres, la del sonido sonrió nada más verlos al final de la sala. 

Cada uno la miró a su manera, como pudieron sentirse en ese instate. Pero todos, sorprendidos por la añoranza de verla. 

— Hola, chicos. 

— Fujioka...— Musitó Todoroki, con los ojos abiertos. 

El resto intentó contenerse, pero llegó a un punto en que no pudieron más.

— ¡Echo!— Exclamaron, a excepción de Bakugō. Éste, sólo la observaba con desazón y una mueca en su boca. 

— Tú... ¿Cómo mierdas has podido llamarnos y salir de allí?

— Hola a ti también— Dijo, sentándose en la silla que le habían guardado. Justo al lado del bicolor y Momo. Una vez se acomodó, suspiró—. Y es... Difícil de explicar.

— Me alegra demasiado verte, dios mío—  Musitó Uraraka con tristeza. Se levantó de su asiento y la abrazó con fuerza, mientras la contraria sonreía—. ¡Pensábamos que te había ocurrido algo!

Yaomomo y Kirishima se unieron a ellas, también para abrazarla. 

— No sabes lo preocupados que estábamos. 

— Me lo imagino...— Agachó la cabeza, con una sonrisa melancólica en sus labios. 

Tras sentir que se separaban, visualizó a los chicos que se habían quedado sentados. 

Algo dentro de ella recibió un impacto. Pero no con sentimientos que la hicieran sentirse peor, si no alivio de verlos sanos y salvos. 

Los había echado de menos. Demasiado. 

Quería estar con ellos, permanecer en la academia con sus días normales junto a sus amigos. No obstante... En realidad, había algo más primordial en su vida. 

— ¿Cómo...?— Observando a su costado, visualizó al heterocrómico ensimismado y sorprendido.

— Digamos que he conseguido poder salir, aunque no será por mucho tiempo. 

— ¿Entonces a qué esperamos para matarlos?— Gruñó el rubio. Su ceño se frunció cuando notó la atención de ella en él— ¡No pensábamos que fueras tú cuando llamaste al mitad y mitad!

— Conseguí tiempo, y decidí llamar por si os podía ver— Admitió. Se agarró las mangas—. Necesitaba veros... 

— ¿Estás realmente bien, Echo-san?— Izuku tragó en seco. 

Era una pregunta que por miedo no quería hacer, pero la respuesta era mejor si venía de ella. Su imaginación podía ser horrible. 

Él había sido el único que se encontró cara a cara con Shigaraki, que habló con él. Podía discernir cómo de loco estaba y que ella se encontrase bajo las mismas paredes que ese villano le ponía los pelos de punta. 

Echo | BNHA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora