Friends (Paulo Dybala)

Capítulo 1

(Tema de esta novela: Friends/ Ed Sheeran)

- Pasajeros con destino a Madrid, hemos llegado a su destino, gracias por el viaje.

Y me quité el cinturón pensando en mi familia. Bajé del avión y entré en el edificio, en busca de mis maletas. Una vez las tuve en la mano empecé a andar hasta ver una cabellera rubia de espaldas a mí. Solté la maleta y fui corriendo hasta él para saltar encima.

- Hola.

- ¡Martina! ¡Al fin!- me bajé de él y nos abrazamos como buenos hermanos. Increíble que yo sea la mayor y la más baja.- ¿Qué tal el viaje? ¿Y tu maleta?

- Allí, la solté para ir a por ti y por suerte fuiste tú.

- Si no ya te hubieran denunciado por acoso.

Reí y él fue hasta mi maleta para volver hasta donde yo estaba y abrazarme antes de caminar conmigo a la salida. Cuando salí, saqué el móvil para llamar a un taxi pero él me quitó el móvil.

- ¿Qué haces?

- Mira, allí.- sacó una llave y señaló un Porsche Cayenne 958 blanco que se encendió.

- ¿Tienes coche?

- Papá me lo regaló cuando me saqué el carnet, pero claro, tú estabas en Buenos Aires.

- Bueno, perdona por ver mundo.

- Yo también lo he visto.

- ¿Así?- nos montamos en el coche dejando la maleta atrás.- ¿A dónde has ido?

- A París con Héctor y Jordi.

- Guau, París, como nunca has ido.- me hice la sorprendida y me miró serio antes de arrancar.

- Y a Italia.

- ¿Qué parte?

- Toda, he pasado por Roma, Venecia, Verona, Turín...un recorrido entero.

- ¿Solo?

- No, con Lucía.

- Oh, Lucía.

- Muy graciosa.

- Es que es tu novia.

- ¿No me digas?

Reí mientras salíamos por fin del aparcamiento y empezó con el recorrido hasta la casa de mis padres, done viviría hasta encontrar un piso para mí.

- ¡Llegamos!

- ¡Hija!

- ¡Mamá!- abrí mis brazos y nos abrazamos.- ¿Qué tal? ¿Cómo habéis estado?

- Estupendamente, ¿Y tú?

- Bien, me costará volver.

- Yo te ayudaré.

- ¡Papá!- me abracé ahora con él, que acababa de aparecer por el salón.- Cuanto os eché de menos.

- Nosotros igual, hija, ahora coloca tus cosas y ponte cómoda.

- Sí, que tu habitación está intacta.

Sonreí a mis padres y mi hermano me ayudó con las maletas, dejándome sola para colocar todo, como siempre hacía. Abrí las maletas y las puse encima de la cama, sentándome en la esquina y empezando a sacar todo y a colocarlo.

Terminé justo para la comida y me cambié de ropa para salir con mi familia a comer fuera. Al contrario que mucha gente, no me solía cansar cuando había viajado, al revés, sólo quería salir.