Capítulo 23

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- ¡Higuain!

- ¿Qué?- se asomó por la puerta y me asusté.- ¿Pasó algo?

- Me has dado un susto, idiota.

- Lo siento.- me sonrió.- ¿Qué querías?

- ¿Puedes llevarme a Moncalieri?

- ¿Monca...qué?

- Es donde ha pasado el caso y tengo que ir allí, ¿Puedes llevarme?

- Sí, claro que puedo.

- Después de comer, ya sabes, no te duermas.

- Uh, que difícil.

Reí levemente y él volvió a entrar en la cocina con una sonrisa para terminar su desayuno antes de marcharse al entrenamiento. Recogí y coloqué mis cosas de trabajo, guardándolas en el maletín que dejé en la entrada. Después, me pasé la mañana colocando la casa con música puesta.

- ¿Tú colocaste todo?

- Hacía falta, se nota cuando viven dos personas en una casa.

- Menos mal, no tenía tiempo para hacerlo.

- También hice la comida, así que te duchas y te unes a mí.

- Marchando, sargenta.

Le sonreí y subió al segundo piso. Yo, me senté a esperarle y una vez llegó empezamos a conversar mientras comíamos y después nos fuimos de excursión a Moncalieri. Fuimos a la dirección que me dijo mi jefe, llegando hasta una casa que tenía un patio con un gran olivo.

- ¿Te espero o...?

- Puedes irte, si quieres.

- Mejor me quedo.

Le sonreí, él sabía que en realidad quería que se quedara conmigo y o entendió a la perfección. Salimos del coche y llamamos a la puerta de la casa, abriéndonos un hombre con una niña en sus brazos. Le saludamos y le contamos quiénes éramos para que nos dejara pasar.

Nos dio unos asientos y algo de beber para que estuviéramos cómodos y por supuesto se hizo fotos con el famoso argentino que tenía como mejor amigo en Italia.

Estuvimos hablando toda la tarde, tomando declaración de todo lo que decía y después yendo a otra casa, donde se encontraba el otro testigo, esta vez una mujer más joven.

- Esto sí que fue una tarde movidita.

- Sí.- Higuain suspiró sentándose en el asiento de conductor.- Por suerte hoy no teníamos entrenamiento por la tarde.

- ¿A no?

- No, Allegri quiso darnos una tarde de descanso, mañana volveríamos y ya la próxima semana...

- Se acaban.

- Exacto.

- Pues vámonos, que para una tarde que podías descansar.

- No importa, me la pasé contigo y con eso estoy bien.

Le sonreí antes de que arrancara y volviéramos a Turín. Entramos en casa y fue directo al sofá, tumbándose boca abajo y durmiéndose en segundos mientras que yo pasaba todas las declaraciones a ordenador hasta que llegó la noche e hice la cena para los dos.

- Higuain, despierta.

- Mmm...

- La cena está lista.

- ¿Ya? ¿La has pedido o...?

- ¿Cómo la voy a pedir si no sé italiano?- le sonreí y él hizo lo mismo con sus ojos entrecerrados.- Venga, cenas y te vas a dormir.

- Sí, mamá.

Reí levemente sentándome con él en la mesa y no hablamos cosas serias, solo nos hacíamos gracias hasta que terminamos, recogimos todos y nos fuimos cada uno a la habitación.

Paulo Bruno

Hoy no te vi.

Estuve fuera.

Con Higuain.

Higuain.

Sí, leíste bien.

¿Podés hacer Skype?

¿O estás con Higuain?

¿Estás celoso, Dybala?

Dale.

¿Podés o no?

Sí, sí que puedo.

Pero algún día tendrás que responderme🙂

Dejé el móvil para acercar mi ordenador hasta mí y encenderlo. Al momento, ya me estaba llamando y yo acepté la lalmada, claramente.

- Hola.

- ¿Sólo hola me vas a decir?

- Bueno pues, hola, ¿Cómo estáis tú y Anto?

- Y siempre preguntas por ella.

- ¿No puedo acaso?

- Sí, pero estamos hablando los dos.

- Déjate de tonterías, Paulo.

- Está bien, está bien... ¿Qué tal tu día?

- Bien, trabajando sin parar.

- Yo me la pasé en casa con Anto.

- ¡Ajá! Ahora tú ha hablado de ella.

- Boluda.

- Te recuerdo que sé que significa.- sonreímos.- Así que no me insultes, boludo.

- Doble zeta.- la puerta sonó y pegué un pequeño chillido terminando la llamada y cerrando el ordenador de golpe.- ¿Pasó algo?

- Me asustaste, otra vez.

- Lo siento, lo siento...

- ¿Pasó algo?- pregunté respirando bien espués del pequeño susto.

- ¿Te puedes creer que ahora no puedo dormir?

- Sí, has dormido mucho.

- ¿Y qué hago?

- Estar despierto hasta dormirte.

- ¿Vos tenés sueño?

- No.

- Pues vení conmigo abajo, que vamos a ver cualquier película.

Le sonreí y dejé el ordenador y el móvil en mi habitación, bajando con Higuain al sofá y empezando a ver una película junto a él hasta acabar los dos dormidos.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora