Capítulo 36

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- Me voy a pegar un tiro.

- ¿Por qué? ¿Tan rápido te cansaste de Italia y me echabas de menos?

- Muy gracioso.- oí a Miguel reír a través del altavoz del móvil.- Pues no, es que...

- ¿Qué? ¿Otra cita para el psicólogo sin antelación?

- Correcto.

- ¿Qué es ahora? ¿Otra vez el amor? O mejor dicho, el amore.

- Muy gracioso, pues sí.

- ¿Ahora qué? ¿Te gusta Higuain?

- ¿Qué? No, sigo igual pero...

- ¿Ya te ha dicho que tú también le gustas?

- ¿Eh?

- A él también se le nota.

- Ya claro, lo ves tanto.

- Bueno, como digas, pero se gustan y aquí ya les están shippeando.

- Adivino, ha sido idea de Eric y lo acompaña mi gran hermanito, ¿Cierto?

- Ajá, os llaman Maulo y Doble Dybala.

- Estáis locos.

- Bueno, cuéntame.

- Pues...estábamos jugando ha fútbol.

- ¿Los dos solos?

- Sí, los otros habían ido a por algo.

- ¿Y?

- Y hablando mientras jugábamos pues...acabamos...

- ¿Os besasteis?

- Puede.

- ¿Puede? ¿Sí o no?

- Que conste que me besó él.

- ¿En serio? ¡Chicos, Maulo es verdadero!

- ¡Lo sabíamos! ¡Sí!

- ¿Estaban allí?

- Sí, se han portado muy bien mis niños.

- Eres un idiota.

- Idiota tú que en vez de estar en su casa seguro que estás en la de Higuain.

- Sí.

- ¿Ves? Si es que... ¿En qué hemos fallado, Sara?

- No sé.- la oí a lo lejos y reí.

- Bueno, ¿Y qué quieres que te diga? ¿Felicidades?

- Quiero que me digas que hacer.

- Pues estar con él.

- Pero...

- ¿Qué? ¿Es por Higuain?

- Le voy a romper el corazón.

- Pues que no se entero, tampoco hace falta que te mudes a su casa.

- ¿Me estás diciendo que le oculte cosas?

- Ya le has ocultado que se conocían de antes, a todos, ¿Te acuerdas?

- Uh, sí, sí que me acuerdo.

- ¿Entonces? Anda y habla con él, no conmigo.

- Pero...

Y me colgó, a veces era demasiado directo. Dejé el móvil y después de suspirar seguí con el trabajo de la mañana. Higuain estaba en el entrenamiento, por lo tanto, Paulo también.

Por supuesto que aquel beso significo algo, para mí fue su forma de decir que le gustaba como él a mí. Pero no quería hacerle daño al chico que me había acogido en su casa y me había cuidado casi dos meses en Italia, que se preocupó por mí y por mi padre cuando pasó aquel accidente. No podía hacerle daño a Higuain.

- Che, Martina, ¿Estás bien?

- ¿Qué?

- Te quedaste mirando a la nada.- me sonrió y yo hice lo mismo algo nerviosa.- ¿Pasó algo?

- No, nada, ¿Qué debería pasar?

- ¿Nada...?- me miró confundido y yo sonreí aún más.- Eh...me voy arriba.

- Vale.

Subió las escaleras y yo recogí las cosas borrando todos mis pensamientos. Higuain bajó y nos sentamos a hablar mientras comíamos y después me tumbé con él en el sofá.

Los dos dormimos y al despertarnos volvimos a jugar a la Play. Estuvimos toda la tarde sentados en el sofá, jugando mientras comíamos cualquier cosa y nos reíamos de tonterías.

- Buenas noches.

- Que duermas bien.

Me dijo y le sonreí antes de subir las escaleras y tumbarme en la cama. Estuve hablando con mis padres por video llamada, colándose a veces mi hermano pequeño, y luego por mensajes con los demás.

Paulo Bruno

¿Mañana podemos vernos?

Casi me da un ataque al corazón al leer eso y su nombre.

Tengo que terminar de trabajar.

Estos días no hice mucho.

¿Y pasado mañana?

No creo.

¿No crees o no querés?

¿Me vas a ignorar de ahora en adelante?

Porque se te hará difícil siendo amiga de Higuain.

Si es que sois solo amigos.

Quedamos mañana.

Creo que Higuain saldrá así que puedes venir a las seis.

Supe que leyó así que me despedí de mis amigos y dejé el móvil antes de acurrucarme a mí y dormirme.

Friends (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora