- Buenos días.
Saludé a todos entrando en la cocina y me miraron en silencio, dejando lo que estaban haciendo hasta que les miré esperando a que dijeran algo. Pero no lo hicieron, siguieron con sus cosas.
- ¿Te ayudo con las cajas?- preguntó mi hermano.
- Solo quedan dos, puedo yo sola.
Le sonreí y me senté con ellos a desayunar. Cuando terminé fui a por esas cajas para bajarlas y llevarlas al coche de mi hermano. Esperé a que terminara el con sus cosas y subimos toda la familia para ir a la casa de mi tía, que nos esperaba mientras hablaba con Miguel.
- Hola.
- Aquí tenés las llaves, no me rompáis nada.
- No.
La sonreí y mi padre abrió la puerta. Entramos en la casa y volví a sonreír recordándome aquí con Paulo. Miguel me ayudó con mis cajas y después yo con las suyas, ayudando mi madre y mi prima a Roc.
Empecé a colocar las cosas, sacándolas de la caja y poniéndolas en la cama de matrimonio que tenía la habitación. Abrí los armarios y empecé a colocar mi ropa, después la mesilla, cajones, escritorio...Hasta terminar antes de comer.
Bajé hablando con Miguel, al que le encantaba la casa. Nos despedimos de mis tíos y mi prima y salimos a comer todos juntos, volviendo luego a la casa. Estuvimos con mis padres hasta que se tuvieron que marchar.
- Bueno, cuidaos mucho y no tardéis en visitarnos.
- No, mamá.- la abracé y miré a mi padre.- Y vosotros tampoco.
- Si por mi fuera, me vendría ya que hay sitio.- reí levemente y le abracé.
- Adiós, papá y mamá.
Mi hermano pasó su brazo alrededor de mis hombros y les sonreí mientras se subían al coche de Miguel, que los llevaría a casa. Miré a mi hermano y cerramos la puerta, entrando. Fuimos al salón y cada uno se sentó en una esquina del sofá, entrelazando nuestras piernas en el medio y sacando nuestros móviles.
- Martina.
- ¿Sí?
- ¿Qué pasó ayer?
- ¿Ayer?
- Sí, con las fotos.
- Solo quise recordar momentos.
- Malos.
- Pero lo son, son mi vida. Parte de mí.
- Está bien.
Lo miré durante unos segundos y después suspiré encendiendo mi móvil. Hablé con mis amigos, que ya querían preparar una fiesta aquí a la que yo me negué y entonces, él me llamó.
- Hola.
- ¿Pasó algo? Tenés la voz algo apagada.
- No, no, nada.- carraspeé.- ¿Qué tan en Turin?
- Bien, mañana tenemos partido.
- Sí, lo veré.
- Con la Roma, recordá.
- Ya, ya lo sé. Tengo un calendario con tus partidos.
- Sos mi amuleto, tenés que verlos todos.
- Y todos veré, tú tranquila.
- ¿Y como va Madrid?
- Bien, ya me instalé en la casa de mi tía.
- Donde estuve yo, ¿No?
- Sí, tú y tu familia.
- ¿Y cuál es tu habitación?
- La nuestra, elegí bien.- él rió y yo sonreí alegrándome un poco al oírla.- Paulo.
- ¿Sí?
- Te echo de menos.
- Yo también a ti, bebé.
- ¿Bebé?- sonreí aún más.
- Sos mi bebé.
- Solo tuya.
- Y yo solo de vos.
- No, pero en serio, te echo de menos.
- Intentaré ir uno de estos días, vos sabes que...
- Puedo ir yo si quieres.
- No, no. El regalo te lo tengo que dar allá, en Madrid.
- ¿Así? ¿Y no me vas a decir que es?
- No.
- Eres malo eh.
- Solo por vos.
- ¿Por mí?
- De lo que te quiero, me hiciste malo.
- No tiene sentido.- reí y Roc me miró sonriendo.- ¿Qué tal Higuain?
- Bien, bien...no sabe nada ni cree nada, eso sí, tiene las mismas ganas que yo de verte.
- Es que os enamoré al segundo.
- No te lo niego.
- ¿Ves? Soy la mejor.
- Ajá, la mejor de las mejores.
- Deja ya de piropearme.
- Es la única forma que tengo de saber que estás bien, porque sé que te gustan.
- Eres el mejor.
- ¿Así?
- Sí, el mejor de todos.
- ¿Más que Miguel?
- No te motives.- los dos reímos.- Te quiero, Bruno.
- Yo a vos también, doble zeta.
- Chao.
- Chao, da recuerdos.
- Tú igual.
Sonreí y termine la llamada mientras mi hermano conectaba la Play, sabiendo que quería jugar conmigo. Me acomodé en el sofá y cuando empezamos a jugar al FIFA, llegó Miguel para vernos jugar y después jugar él con nosotros.
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Friends (Paulo Dybala)
Fanfic- ¿Te quieres casar conmigo? - Por supuesto que sí, Bruno. - ¡Genial!- sacó un aro de gominola de la bolsa y me lo puso en el dedo.- Seremos felices por siempre y juro amarte hasta el final. - ¿Lo prometes? - Sí. - Pues yo juro recordarte...